La batalla socialista de Madrid
En el ¨²ltimo mes los titulares han dado a conocer al secretario general del Partido Socialista de Madrid, Tom¨¢s G¨®mez, quien fue el alcalde m¨¢s votado de Espa?a en dos elecciones consecutivas en Parla, un municipio de 50.000 habitantes.
Tras el descalabro electoral de 2007, el PSM aclam¨® al flamante alcalde con m¨¢s del 85% de los votos de sus delegados. De esto han pasado tres a?os, y quien fue un¨¢nimemente bienvenido ha perdido el aliento de la c¨²pula de su partido. A juicio del presidente del Gobierno, el candidato merece un calificativo de "bueno", mientras que la ministra Jim¨¦nez merece el de "buen¨ªsima". ?Por qu¨¦ la ¨¦lite del PSOE piensa ahora que G¨®mez est¨¢ "inmaduro" para convertirse en candidato?
Quien venza en estas primarias saldr¨¢ muy reforzado ante la militancia socialista y ante los madrile?os
Las razones que se han esgrimido para explicar el descontento hacia G¨®mez provienen de diversas encuestas, algunas internas y no divulgadas a la opini¨®n p¨²blica. Una de Metroscopia (EL PA?S, 2 de mayo de 2010) puso de manifiesto que este era el pol¨ªtico peor valorado (con un 3,9), y que era desconocido para el 46% de los 500 madrile?os consultados (el a?o anterior lo conoc¨ªan sin embargo el 70%) frente a la archipopular Esperanza Aguirre, que acumula siete a?os como presidenta de la Comunidad.
El principal problema al que deben enfrentarse los pol¨ªticos de Madrid es la falta de medios de comunicaci¨®n locales, lo que hace que estos solo puedan ganarse un espacio medi¨¢tico cuando hablan en clave nacional. Aguirre es una especialista en conquistar ese espacio mediante el enfrentamiento con Zapatero (con lo que, de paso, roba titulares al l¨ªder de su propio partido); pero es imposible ser noticia cuando se est¨¢ en la oposici¨®n del Gobierno madrile?o (sin tener esca?o en la Asamblea) y alineado con el Gobierno central.
En semejante situaci¨®n, G¨®mez ha optado durante estos tres a?os por mantener al PSM apaciguado (algo que tradicionalmente ha sido dif¨ªcil) hasta la llegada de los siguientes comicios, en los que podr¨ªa movilizar a sus bases, exponerse a los medios y explicar su programa. Los buenos pol¨ªticos se crecen en el escaparate que constituyen las campa?as, de modo que es de suponer que esa era su estrategia.
Sea como fuere, tras el revuelo desatado por el pulso entre Zapatero y G¨®mez, este ¨²ltimo ha adquirido no solo la relevancia que le faltaba, sino tambi¨¦n un interesante perfil como pol¨ªtico aut¨®nomo. Para algunos, Tom¨¢s G¨®mez podr¨ªa constituir una alternativa socialista a la corriente mayoritaria del PSOE, necesariamente erosionada tras seis a?os de Gobierno.
Hay, no obstante, que reflexionar acerca de la verdadera naturaleza del recelo que suscitaba la candidatura de G¨®mez. Como se ha explicado, este recelo se achac¨® a unas encuestas, y es parad¨®jico que el PSOE les d¨¦ tanto valor cuando el PP pide elecciones generales anticipadas bas¨¢ndose en la encuesta oficial del CIS, que le da seis puntos de diferencia en intenci¨®n de voto sobre el partido en el Gobierno.
Por otra parte, la experiencia demuestra que siempre es un error confundir las encuestas con la realidad: ¨²nicamente el proceso democr¨¢tico de las elecciones proclama la voluntad de los votantes. En el seno del PSOE llegaron a escucharse voces en contra de las primarias por el temor a que transmitiera una imagen de escisi¨®n interna, pero por suerte Zapatero declar¨® que "ante la duda, m¨¢s democracia".
Por consiguiente, las primarias son una gran noticia para los electores por diversas razones. Lo son porque sabemos que el ejercicio de la democracia siempre acaba reforzando a los partidos, y realmente sorprende que nuestros partidos no establezcan siempre primarias para elegir a sus candidatos. Lo son porque reactivar¨¢n a los militantes de izquierda, desafectos ante los ejercicios autoritarios de poder. Lo son porque sabremos qu¨¦ alternativas presentan los aspirantes (recu¨¦rdese cu¨¢nto supimos de las respectivas propuestas de Clinton y Obama durante las primarias dem¨®cratas). Lo son porque, gracias a la extraordinaria visibilidad de las primarias, el PSM acaparar¨¢ una extensa y sana resonancia medi¨¢tica, algo de lo que no ha gozado en a?os.
Y lo son, sobre todo, porque, como escribi¨® Cervantes, uno no debe rogar lo que puede conseguir por sus propios medios (El Quijote I, Cap¨ªtulo XXI). Quien venza en estas primarias saldr¨¢ completamente reforzado ante la militancia socialista y ante los madrile?os. Es admirable la voluntad de la ministra, que vuelve a intentarlo en Madrid (solo obtuvo un 37% de los votos en 2003, cuando se present¨® a la alcald¨ªa) y se baja del coche oficial para recuperar el contacto con los ciudadanos; es loable tambi¨¦n que el secretario general del PSM someta su liderazgo a la prueba de las urnas dentro de su partido (contrasta esta actitud con la de Aguirre, quien acumula cad¨¢veres pol¨ªticos, a los que ha expulsado o, presuntamente, espiado).
El PP se caracteriza por hacer designaciones a dedo y plebiscitos internos al m¨¢s puro estilo franquista, y es esta una tentaci¨®n en la que finalmente no ha ca¨ªdo el PSOE, cuyos actuales dirigentes arrasaron en la escena pol¨ªtica bajo el lema Otra forma de ser, otra forma de gobernar (con todas las encuestas en contra).
Irene Zoe Alameda es escritora y cineasta. Actualmente dirige el Instituto Cervantes de Estocolmo.
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