Pacto en la empresa por el Ramad¨¢n
Los empresarios ajustan horarios con sus empleados musulmanes para facilitar el ayuno - Los expertos piden di¨¢logo para evitar conflictos
Los casi dos millones de musulmanes que viven en Espa?a celebran, desde ayer, el Ramad¨¢n. Este a?o, cumplir con el ayuno absoluto entre la salida y la puesta del sol les va a resultar m¨¢s sacrificado que de costumbre, ya que la festividad coincide con el caluroso mes de agosto. Los musulmanes no pueden combatir la sed y, adem¨¢s, pasan m¨¢s horas sin probar bocado. Algunos han podido coger vacaciones y viajar a sus pa¨ªses de origen. Pero otros tienen que trabajar. Los que est¨¢n ocupados en labores arduas (como el campo o la construcci¨®n) llevan la peor parte.
Obligados por su fe a permanecer sin comer ni beber, los musulmanes corren el riesgo de deshidratarse y sufrir problemas de salud. Por ello, reclaman a sus jefes flexibilidad en la jornada laboral. Pero ?deben las empresas ceder a las demandas de sus trabajadores para que estos cumplan con su religi¨®n? ?Es una reivindicaci¨®n leg¨ªtima, ya que se trata de un derecho fundamental, o una medida de discriminaci¨®n positiva? ?Conviene una regulaci¨®n estatal que clarifique las cosas?
La abstinencia, en pleno agosto, se hace m¨¢s dura este a?o en el campo
"Los religiosos no tienen derecho a imponerse", defiende un ateo
Si no cumplen el precepto, los fieles deben 'recuperarlo' o pagar cinco euros
"Hay que conciliar la fe y las obligaciones del contrato", dice un sindicalista
Con el incremento de poblaci¨®n -y, por tanto, de mano de obra- procedente de pa¨ªses musulmanes, algunas empresas optaron en su d¨ªa por tomar medidas para facilitar el disfrute de la libertad religiosa. Es el caso de la empresa Escorxador de Girona. El 30% de los trabajadores de este matadero -el segundo de Espa?a, despu¨¦s del de Melilla, que empez¨® a acoger sacrificios isl¨¢micos- son musulmanes. Tres de ellos trabajan como imanes en sendas mezquitas. "Hay gente con profundas convicciones religiosas y nosotros tenemos una cultura de respeto a la diversidad", explica el gerente, Josep Maria Puigvert.
Para evitar suspicacias -y porque hay trabajo- nadie coge vacaciones durante el mes de ramad¨¢n. La jornada, en cambio, se adapta a las necesidades. As¨ª, al empleado musulm¨¢n se le permite un descanso antes del amanecer para que pueda rezar, beber agua y comer en abundancia. Como contrapartida, cuando los dem¨¢s paran para almorzar a eso de las nueve de la ma?ana, el musulm¨¢n contin¨²a trabajando. La empresa procura, adem¨¢s, que pueda marcharse a casa un poco antes para estar con la familia. Puigvert admite que esa medida ha generado malestar entre algunos aut¨®ctonos, que la perciben como un trato de favor injusto.
Una opini¨®n similar expresa Albert Riba, presidente de la Asociaci¨®n Ateos de Catalu?a. "Hay una legislaci¨®n civil que fija los horarios, y se deben cumplir. Los religiosos deben adaptarse o aguantarse, pero no tienen derecho a imponerse". Riba no rechaza que, si una empresa lo desea, modifique sus costumbres. Pero insiste en que los trabajadores deben ofrecer algo a cambio.
Esa f¨®rmula, la del pacto y la contrapartida, es la que se ha impuesto entre las empresas que han optado por la flexibilidad. Son solo unas pocas y pertenecen a sectores muy concretos (la hosteler¨ªa, la agricultura y la construcci¨®n), donde los esfuerzos f¨ªsicos son mayores. "Lo ideal es compaginar las creencias religiosas con las obligaciones del contrato. Hacemos ver a los empresarios que no es discriminaci¨®n positiva y que no les supone ninguna p¨¦rdida, porque el trabajador rendir¨¢ igual", relata uno de los responsables de inmigraci¨®n de UGT, Samir Kollech.
Adem¨¢s de hacer coincidir las vacaciones de los musulmanes con el Ramad¨¢n, hay medidas menos dr¨¢sticas. Por ejemplo, permitir que acaben la jornada una hora antes. O, en el caso de los temporeros que deben recoger fruta de sol a sol, hacerles empezar una hora antes para aprovechar las energ¨ªas de la ¨²ltima comida.
"La cultura empresarial en Espa?a todav¨ªa no ha llegado a cotas como las de Holanda o Canad¨¢, donde la acomodaci¨®n de las fiestas religiosas est¨¢ m¨¢s avanzada", resalta Kollech. "Si un trabajador pide fiesta un d¨ªa por motivos religiosos, hay dos opciones: d¨¢rsela, y que la compense otro d¨ªa, o neg¨¢rsela. Pero si se le niega, el empresario corre el riesgo de sufrir una baja laboral. Estas medidas evitan el absentismo", apostilla el responsable sindical.
Hace dos meses, una asociaci¨®n agraria de Lleida anunci¨® que iba a obligar a firmar a los temporeros musulmanes un documento por el que les exim¨ªan de cualquier responsabilidad si ca¨ªan enfermos por el ayuno. La entidad dio marcha atr¨¢s y, en vez de eso, imparti¨® cursos de formaci¨®n a 400 empleados para evitar riesgos en la medida de lo posible.
Desde hace unos a?os, adem¨¢s, los convenios colectivos de ciertos sectores recogen esas demandas. En 2000, patronal y sindicatos firmaron un convenio en Baleares por el que los empresarios se compromet¨ªan a que los temporeros pudieran hacer jornada intensiva. El pacto tambi¨¦n reconoce como d¨ªa festivo (no retribuido) la Fiesta del Cordero. En la ciudad de Melilla, el convenio de la construcci¨®n de 2006 consideraba inh¨¢biles los dos ¨²ltimos d¨ªas del Ramad¨¢n.
Para Taoufik Cheddadi, te¨®logo e im¨¢n de la mezquita de Matar¨® (Barcelona), se trata de un falso debate. "Los musulmanes llevan siglos ayunando y no les ha pasado nada. Las mayores batallas que han ganado las han luchado, precisamente, en ¨¦pocas de Ramad¨¢n, como cuando Saladino ech¨® a los cruzados de Jerusal¨¦n. Y eso es gracias a la fortaleza espiritual", se?ala Cheddadi. El im¨¢n admite que el Ramad¨¢n es una de las festividades "que mejor se conocen y m¨¢s se acepta" en Europa, pero remarca que los europeos "solo se han quedado con la faceta material: con que no se puede comer ni beber ni practicar sexo. La gente ve el sacrificio, pero no el mensaje m¨¢s profundo, de contacto con Dios".
Cheddadi concede, no obstante, que las altas temperaturas pueden suponer un esfuerzo excesivo para los que desempe?an las tareas m¨¢s duras. Por eso recuerda que "el islam solo obliga al ayuno a aquellos que pueden seguirlo". Algunas personas, por su condici¨®n, est¨¢n exentas de seguir el ayuno: los ni?os, los ancianos, los enfermos (cr¨®nicos o temporales), las embarazadas, en periodo de lactancia o menstruaci¨®n. Cheddadi cree que no se trata de escoger entre trabajo o religi¨®n, sino de buscar caminos intermedios: "Hay un principio isl¨¢mico universal: la vida prevalece sobre la creencia, la pr¨¢ctica y la liturgia".
El tercer pilar del islam, sin embargo, es observado por la inmensa mayor¨ªa de musulmanes. Los que, por alguna raz¨®n, no pueden seguirlo en el mes correspondiente, tienen que recuperar los d¨ªas de ayuno antes del siguiente Ramad¨¢n. Y, si aun as¨ª no pueden hacerlo, deben dar dinero a los pobres. Este a?o, la cantidad fijada por la mayor¨ªa de comunidades isl¨¢micas de Espa?a es de cinco euros por cada d¨ªa que el musulm¨¢n come y, por tanto, incumple el precepto.
El gran seguimiento del Ramad¨¢n hace que la comunidad isl¨¢mica insista en la necesidad de ser flexibles. El presidente de la Uni¨®n de Comunidades Isl¨¢micas de Espa?a e im¨¢n de la mezquita del barrio madrile?o de Tetu¨¢n, Riay Tatary, llama a empleadores y administraciones a ser "generosos" y facilitar el cumplimiento del ayuno. Tatary recuerda que las horas que se dejen de trabajar "tendr¨¢n que ser recuperadas" y que siempre debe haber "previo acuerdo" de las partes.
Las comunidades isl¨¢micas no solo apelan a la buena voluntad, sino tambi¨¦n al acuerdo de cooperaci¨®n entre el Estado y la Comisi¨®n Isl¨¢mica de Espa?a, de 1992. El art¨ªculo 12.1 indica que las entidades pueden solicitar "la conclusi¨®n de la jornada laboral una hora antes de la puesta del sol, durante el mes de ayuno (Ramad¨¢n)". La misma norma fija que el horario de las comidas en las prisiones debe adaptarse. Aun as¨ª, los expertos aseguran que prevalece lo que fija el Estatuto de los Trabajadores.
"La religi¨®n les proh¨ªbe comer, pero no trabajar. No existe ninguna obligaci¨®n de acomodar horarios, eso depender¨¢ de que la empresa, buenamente y si no le supone ning¨²n perjuicio, lo haga. En los trabajos f¨ªsicos, esa situaci¨®n puede ser m¨¢s dif¨ªcil, y lo ser¨¢ m¨¢s en los pr¨®ximos a?os", dice la profesora Zoila Combal¨ªa, profesora de la Universidad de Zaragoza experta en islam, en alusi¨®n a la alteraci¨®n de fechas que sufre cada a?o el Ramad¨¢n.
Hasta ¨²ltima hora, los musulmanes de Espa?a no supieron que ayer, a las 5.05 horas, empezaba el periodo de abstinencia, ya que el inicio del Ramad¨¢n depende de la observaci¨®n de la luna. Adem¨¢s, como el calendario es lunar, cada a?o se pierden 12 d¨ªas. Si en los a?os noventa, el Ramad¨¢n se celebraba en pleno invierno, en los pr¨®ximos a?os caminar¨¢ hacia el mes de julio, cuando los d¨ªas son a¨²n m¨¢s largos.
En los pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana, hasta el tiempo se adapta a la festividad del islam: en Egipto, las autoridades han adelantado la hora para minimizar el periodo de abstinencia. Aqu¨ª, nada de eso ocurre. Hay algunos a los que no les preocupa: los que tienen jefes musulmanes o llevan su propio negocio. Pero son una minor¨ªa. El islam espa?ol es, sobre todo, un islam asalariado.
En qu¨¦ consiste la celebraci¨®n
- Qu¨¦ es. Es una de las festividades m¨¢s importantes de los musulmanes, que rememoran la revelaci¨®n divina al profeta Mahoma para escribir el Cor¨¢n.
- Duraci¨®n. El Ramad¨¢n se celebra el noveno mes lunar del calendario isl¨¢mico, durante un mes. Este a?o ha comenzado el 11 de agosto.
- El ayuno. Los musulmanes no pueden ingerir alimentos ni l¨ªquidos entre el amanecer y el ocaso. Tampoco pueden fumar o mantener relaciones sexuales.
- No lo siguen. Los ni?os, los ancianos, los enfermos, las embarazadas y, en general, las personas que no pueden hacerlo.
- Antes del alba. Los fieles rezan su primera oraci¨®n del d¨ªa e ingieren m¨¢s calor¨ªas de lo habitual para aguantar el trabajo hasta la ca¨ªda del sol.
- Tras el ocaso. Rompen el ayuno con un d¨¢til e ingieren una peque?a cantidad de agua u otros l¨ªquidos. Despu¨¦s rezan y empiezan a comer con la familia.
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