La libertad comienza en casa
Uni¨¦ndose a Arabia Saud¨ª y a los Emiratos ?rabes Unidos, el Gobierno de India amenaza con bloquear los servicios de BlackBerry si Research in Motion (su fabricante) no acepta su petici¨®n de obtener privilegios para la vigilancia de sus comunicaciones. Y parece que planea ampliar sus peticiones a servicios ofrecidos por otras compa?¨ªas, como Google o Skype. De esa decisi¨®n se desprenden dos conclusiones: que el tipo de Gobiernos que exigen la capacidad de controlar las comunicaciones no se limita a reg¨ªmenes autoritarios y que las empresas tecnol¨®gicas deber¨¢n encontrar el equilibrio entre la adecuada protecci¨®n de las libertades civiles y la respuesta a los problemas de seguridad nacional.
Durante la ¨²ltima d¨¦cada, aun los pa¨ªses m¨¢s democr¨¢ticos han buscado un mayor control de las comunicaciones en aras de la seguridad nacional. Pero India, EE UU y otras democracias deben entender que es necesario para ellos predicar con el ejemplo. Dado que EE UU ha ampliado sus programas de vigilancia electr¨®nica sin prestar demasiada atenci¨®n a las libertades civiles, no deber¨ªa sorprenderse cuando otros pa¨ªses se remiten a su legislaci¨®n para justificar medidas similares, tal y como hicieron los Emiratos ?rabes la semana pasada. EE UU, India y otras democracias deben poner orden en sus propias casas antes de dedicarse a promover la libertad en Internet en el extranjero.
Al mismo tiempo, las empresas tecnol¨®gicas tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos y evitar ser c¨®mplices de abusos por parte de algunos Gobiernos, que ejercen una gran presi¨®n sobre compa?¨ªas que desean acceder a mercados importantes. Estas deber¨ªan ofrecer una mayor transparencia sobre c¨®mo sus productos pueden poner en riesgo la privacidad de sus clientes.
Ahora que Google y Skype est¨¢n en la lista de India, otras empresas deber¨ªan tomar nota y aprender que deben defender en¨¦rgicamente normas legales que respeten los derechos humanos all¨ª donde hacen negocios, sean pa¨ªses democr¨¢ticos o no. Adem¨¢s, deben colaborar con grupos pro derechos humanos para establecer sistemas basados en la legislaci¨®n vigente en esa materia. De lo contrario, ser¨ªa f¨¢cil para los Gobiernos acosar, una a una, a las empresas para exigirles m¨¢s concesiones que acaben mermando la libertad en la Red.
Cynthia Wong es investigadora en el Centro para la Democracia y la Tecnolog¨ªa de EE UU.
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