Caminito de Arizona
D¨ªas despu¨¦s de que le detuvieran y le mantuvieran durante unas horas en la comisar¨ªa de Sol, en Madrid, en donde le fue confiscada su c¨¢mara, mantuve un furioso a la par que desanimado chateo con el fotoperiodista Edu Le¨®n, quien, con su compa?ero Olmo Calvo, lleva meses capturando im¨¢genes de las redadas contra inmigrantes practicadas por polic¨ªas en la capital del Reino. La furia y el des¨¢nimo proven¨ªan de su detenci¨®n, por una parte, pero no se deb¨ªan a un sentimiento gremialista, sino de esa rabia que uno siente que deber¨ªa experimentar todo el mundo, es decir, los ciudadanos, debido a que se les priva de una informaci¨®n. Debo decir que, de la charla, sal¨ª reconfortada, m¨¢s adelante les contar¨¦ por qu¨¦. Aunque contin¨²o igualmente furiosa.
"La 'lucha contra la inmigraci¨®n ilegal' tiene mucho gancho popular y populista"
Migraciones. Extranjeros. Repatriaciones. Racismo. Acoso. Peligrosos delincuentes. Expulsiones. Si mezclan todo eso en la coctelera informativa oficial, les saldr¨¢ un nombre: Arizona. No hallar¨¢n Madrid, ni ciudades del Levante -zonas de alta peligrosidad para inmigrantes-, no sabr¨¢n de esas redadas nocturnas, de esos altercados, de esas exigencias chulescas: papeles, papeles. De esos empleados de seguridad que, en el metro madrile?o, se refocilan parando a personas solo por su aspecto.
Cierto que las repatriaciones bajaron en 2009 en relaci¨®n con el a?o anterior. Eso se debe a que, tal como reconoci¨® el propio Rubalcaba, cada vez llegan menos extranjeros. Sin embargo, el tema est¨¢ en que la llamada "lucha contra la inmigraci¨®n ilegal" tiene mucho gancho popular o populista, y da igual que la autoridad se encuentre en manos de la derecha o de la izquierda, aunque si es la izquierda la que arrincona a los trabajadores extranjeros, eso da mucha m¨¢s pena y verg¨¹enza. El caso es que hay que rendir cuentas a la parte m¨¢s sombr¨ªa y cerrada de nuestra ciudadan¨ªa, hay que contentar a la carcundia, y para eso est¨¢n las expulsiones. Estamos echando sin aviso y de mala manera a mucha gente que no hace otra cosa que intentar ganarse la vida.
De modo que tenemos malos tratos en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIES), y las identificaciones en la calle. Claro que no todo el que es identificado es expulsado: faltar¨ªa m¨¢s, dado que, solo en Madrid, el a?o pasado se pidieron documentos a casi medio mill¨®n de personas, seg¨²n datos del Sindicato Unificado de Polic¨ªa, que es el m¨¢s poderoso. Imag¨ªnense, yendo de ca?as y siendo interpelados una y otra vez. ?Nos gustar¨ªa convertirnos en el centro de atenci¨®n de los transe¨²ntes, que posiblemente nos tomar¨¢n por malhechores?
En www.periodismohumano.com encontrar¨¢n ustedes un reportaje sobre el asunto, sobre Edu y su detenci¨®n. Se informar¨¢n bien y, sobre todo, ver¨¢n las grabaciones realizadas, ante las que es muy dif¨ªcil permanecer indiferentes. Tanto Le¨®n como Calvo han sido objeto de amenazas desde que empezaron a ejercer de notarios gr¨¢ficos de los controles de documentaci¨®n a inmigrantes. Durante m¨¢s de cinco meses han estado fotografiando estos controles discriminatorios que hacen los agentes en Madrid y, fruto de su trabajo y del apoyo del tambi¨¦n fot¨®grafo Daniel Fern¨¢ndez, la Secretar¨ªa Nacional del Migrante, el peri¨®dico Diagonal y el colectivo Ferrocarril Clandestino, se hizo una exposici¨®n en julio, en Barcelona. La muestra se ha convertido en una denuncia social, que recorrer¨¢ los barrios de la capital, gracias a la Federaci¨®n de Asociaciones de Vecinos de Madrid. Est¨¦n atentos: ser¨¢ a partir de septiembre.
Chate¨¦, pues, furiosa y, a la par, desanimadamente con Edu Le¨®n. "Hemos retrocedido", se quej¨®. "D¨ªmelo a m¨ª, que soy vieja y vengo de m¨¢s lejos", apostill¨¦. Pero luego estuvimos charlando de lo que queda por hacer, y de la gotita de agua que aumenta el mar. Cuando le pregunt¨¦ si necesitaba, personalmente, algo de m¨ª, me dijo que no. Que ¨¦l, y Olmo, y todos los que trabajan para que el maltrato a los inmigrantes no resulte invisible, es eso lo que quieren. Que se sepa.
Por ello les he dedicado hoy este art¨ªculo. Para darles las gracias. Me llena de orgullo que dignifiquen esta profesi¨®n. Y, sin haberles conocido personalmente, les quiero por el bien que me proporcionan.
H¨¢ganme un favor: si detienen a un extranjero en su presencia, no pasen de largo. Saquen el m¨®vil y gr¨¢benlo. Al fin y al cabo, todos podemos ser periodistas y denunciar.?
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