Tirso de Molina a ritmo de 'capoeira'
Un maestro brasile?o imparte clases gratuitas en pleno centro de Madrid
El maestro Dirceu Aquino Da Silva, consagrado entre sus alumnos como contramestre Dirceu de Angola, arquea un palo de larga longitud llamado beriba haciendo presi¨®n entre el suelo y el interior de su brazo. Lo tensa con un alambre entre sus callosas manos y le incorpora media calabaza hueca en uno de sus extremos. El instrumento que ha construido se llama berimbau, y con ayuda de una baqueta, un dobl¨®n y una maraca de cester¨ªa, el caxixi, lo hace sonar en el c¨ªrculo que han formado sus pupilos, la roda. "?Ieeeeee!", grita el maestro. Contestan los alumnos a coro. Y el sonido de sus artilugios musicales transforma el entorno en una fiesta tribal. Comienza la clase de capoeira angola, la versi¨®n m¨¢s ancestral de esta danza afrobrasile?a. Estamos en la plaza de Tirso de Molina.
"La 'capoeira' fue mi manera de salir de la favela", revela el instructor
"Es la modalidad m¨¢s ancestral, la m¨¢s pura", dice una aficionada
Dirceu lleg¨® a Madrid desde una favela de R¨ªo de Janeiro hace ahora seis a?os. Desde los 16, se ha dedicado a entrenarse y entrenar en el arte de la capoiera, y ya tiene 43 primaveras encima. O debajo. Porque la verticalidad del maestro se invierte con una facilidad pasmosa ante su c¨ªrculo de disc¨ªpulos. Durante el a?o es profesor en una academia de baile, pero al llegar el buen tiempo, a Dirceu le gusta impartir sus lecciones al aire libre para que alumnos y otros atrevidos puedan iniciarse en este arte. Totalmente gratis. "Llevamos cuatro a?os haciendo esto en la calle. Empezamos en la plaza del Dos de Mayo, pero nos hemos trasladado a Tirso. Venimos los lunes, los mi¨¦rcoles y los jueves de ocho a 10 de la noche, y aqu¨ª la gente puede aprender a hacer sus instrumentos, ensayar los pasos de la capoiera angola y hasta a cantar ladainhas (canciones con las que se acompa?a esta danza)", invita Dirceu.
Gloria de la Maza, una ingeniera industrial que se ha convertido en una de las jogadoras m¨¢s veteranas de Dirceu, como se denomina a los que practican la capoeira, explica con las puntualizaciones del mestre el origen de la t¨¦cnica: "La capoiera angola es distinta que la capoiera regional", matiza. "Esta modalidad es la m¨¢s ancestral. La m¨¢s pura. Viene de un rito africano en el que dos adolescentes peleaban con las manos atadas a la espalda. El que se quedaba en pie, eleg¨ªa esposa. Lo consolid¨® en Brasil el maestro Pastinha. Aunque la gente conoce m¨¢s la capoeira regional, que ha incorporado elementos de artes marciales que sirven incluso como t¨¦cnica para luchar. Pero la angola no es para competir", explica. "Es un di¨¢logo corporal con tu oponente", apostilla el maestro.
Como De la Maza, para esta clase se han reunido una decena de jogadores que poco tienen que ver los unos con los otros. Como David S¨¢nchez, un fornido militar, o Noelia P¨¦rez, una menuda orientadora. "La capoeira angola te relaja. Te evade. Te conecta con los otros jogadores. Puedes conocer la personalidad de la pareja con la que est¨¢s jugando sin cruzar una palabra con ella", explican los practicantes.
Dirceu va a¨²n m¨¢s all¨¢ en cuanto a las funciones que cumple esta t¨¦cnica. "Yo nac¨ª pobre. En una favela de R¨ªo. Y hoy, casi todos los amigos que tuve all¨ª est¨¢n muertos. La droga, el narcotr¨¢fico, intentar conseguir dinero f¨¢cil...", cuenta con la expresi¨®n firme. "Aprend¨ª capoeira, y eso fue mi salvoconducto para salir de eso. Ahora mi sue?o es ahorrar para poder volver a Brasil y construir una escuela de capoeira fuera de la favela, y que los ni?os salgan de all¨ª para aprender, para vivir, para jugar, para dar un paso fuera de la miseria. Porque son ni?os", recuerda. "No se merecen la vida que les ha tocado, y como mis alumnos de aqu¨ª, s¨¦ que pueden hacer algo divertido a la vez que se alejan de la mala vida", a?ade. "Porque a capoeira n?o um baile. ? um jogo".
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