?Qu¨¦ pasa en Melilla?
Activistas marroqu¨ªes y el PP alientan de forma temeraria un conflicto sin causa conocida
La tensi¨®n en la frontera con Melilla lleva camino de convertirse en una crisis diplom¨¢tica grave sin que, hasta el momento, nadie haya ofrecido una explicaci¨®n clara y convincente acerca de cu¨¢les son sus causas. En un primer momento, el Gobierno marroqu¨ª acus¨® a la polic¨ªa espa?ola de infligir malos tratos a los subsaharianos que entraban en la ciudad aut¨®noma, un extremo desmentido desde el Ejecutivo de Zapatero. Sobre este trasfondo, diversas asociaciones desde el lado marroqu¨ª, y el principal partido de la oposici¨®n desde el espa?ol, se han propuesto complicar en su propio beneficio el problema.
La carga de la prueba recae en quien acusa, y, por tanto, corresponde a Rabat identificar con precisi¨®n los incidentes en los que dice basar sus protestas. Y el Gobierno espa?ol, por su parte, est¨¢ obligado a enfrentar la tensi¨®n a trav¨¦s de cauces que no alimenten el equ¨ªvoco. No es f¨¢cil entender que se invoquen unas relaciones calificadas de excelentes cuando es evidente que atraviesan un momento de dificultades, aunque se ignore su gravedad. Tampoco se comprende una estrategia que coloca al Rey en primera l¨ªnea, al tiempo que Exteriores se mantiene al margen y cede la iniciativa a Interior.
Sean cuales sean las causas de la tensi¨®n, no es admisible que organizaciones marroqu¨ªes exhiban carteles vejatorios para la polic¨ªa espa?ola e impidan el tr¨¢nsito de mercanc¨ªas por la frontera. El respeto a la sociedad civil no puede justificar la inhibici¨®n de las autoridades marroqu¨ªes. Los afectados ¨²ltimos del boicoteo son, sin duda, los habitantes de Melilla, pero sus organizadores est¨¢n coartando la libertad de sus conciudadanos.
Desde Espa?a, el PP ha optado por el oportunismo. La visita a Melilla de su portavoz Esteban Gonz¨¢lez Pons fue una exhibici¨®n de populismo veraniego. Sus declaraciones, propias de un agitador, buscaban un cierre de filas nacionalista. Solo a un inconsciente se le ocurre decir, pocas horas antes del inicio de los anunciados bloqueos, que la situaci¨®n en la frontera es de "m¨¢xima tensi¨®n" y que el Gobierno tiene que recuperar la "tierra de nadie" existente entre las fronteras de Espa?a y Marruecos. Pons deber¨ªa aprender del presidente de Ceuta, el popular Juan Vivas, quien manifest¨® su apoyo a las acciones emprendidas por el Gobierno y el Rey ante Rabat. El PP tiene que colaborar en la soluci¨®n del problema. Hasta ahora ha optado solo por echar gasolina al fuego.
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