El Katrina como una de las bellas artes
Series, documentales y libros recuerdan la tragedia de Nueva Orleans en su quinto aniversario
El 27 de agosto de 2005, el alcalde de Nueva Orleans pidi¨® a los ciudadanos que abandonaran sus casas. La tormenta se ve¨ªa venir, pero no as¨ª las dimensiones de la tragedia que azot¨® la ciudad, una de las m¨¢s segregadas racialmente del pa¨ªs y con mayores ¨ªndices de pobreza. El hurac¨¢n lleg¨®, revent¨® las descuidadas presas, inund¨® un 80% de las calles y destroz¨® 182.000 casas. Murieron m¨¢s de 1.500 personas. Un a?o despu¨¦s, el mismo alcalde quiso conmemorar aquello con fuegos artificiales y un show c¨®mico. La furibunda respuesta de los ciudadanos impidi¨® que sus planes prosperaran. Cinco a?os despu¨¦s, el dramaturgo orleaniano Rob Florence hace un gui?o ir¨®nico a aquella descabellada propuesta en el t¨ªtulo de su nueva obra de teatro The Hurricaine Katrina Comedy Festival, estrenada esta semana en el Fringe Festival de Nueva York y acogida con excelentes cr¨ªticas. Florence re¨²ne en esta pieza -una entre la avalancha de series, documentales, libros y dem¨¢s proyectos art¨ªsticos que coinciden con el aniversario- cinco mon¨®logos escritos a partir de historias reales de supervivientes. "El hilo narrativo de Katrina hasta ahora no ha admitido ning¨²n matiz que no fuera tr¨¢gico", explica en conversaci¨®n telef¨®nica. "Creo que ese tono lo impuso de alguna manera la cobertura medi¨¢tica. Si coges al azar una hoja de la gu¨ªa telef¨®nica de la ciudad y te pones a llamar, escuchar¨¢s cientos de historias tremendas sobre lo que la gente padeci¨® durante el hurac¨¢n".
El dramaturgo apunta que el hurac¨¢n sac¨® tambi¨¦n lo mejor de Nueva Orleans y descubri¨® a un mont¨®n de h¨¦roes an¨®nimos. "Esta es una ciudad con graves problemas, pero hay una veta irreductiblemente optimista y la gente sabe celebrar, aqu¨ª se inventaron los funerales de jazz y el humor negro y mordaz est¨¢ a la orden del d¨ªa".
La amenaza de destrucci¨®n total puso a todos en guardia: "El arte ha sido terap¨¦utico. La veta art¨ªstica de la ciudad ha resurgido con un sentimiento de furia y venganza", dice el dramaturgo. Las camisetas que muestran un pu?o en alto y el lema "defiende Nueva Orleans" son una prueba de ello. La obsesi¨®n por ofrecer un testimonio fidedigno de lo ocurrido, tambi¨¦n. "Parte de esa lucha pasa por la no-ficci¨®n. Los hechos superaron lo imaginable. No podr¨ªas inventar historias m¨¢s tr¨¢gicas, potentes, c¨®micas y humanas", dice.
Lo cierto es que el apego a la realidad, a los hechos, es un potente denominador com¨²n de las series, libros y obras de teatro surgidas desde que Katrina arrambl¨® con la ciudad hace cinco a?os. Treme, la nueva serie de David Simon, el creador de la m¨ªtica The wire, no es una excepci¨®n. Rodada en las calles de la ciudad, rinde tributo a los supervivientes de la cat¨¢strofe y narra la vida de un ecl¨¦ctico grupo entre los que se encuentran un chef, una abogada de derechos civiles, un dj, una violinista y un tromb¨®n que luchan por recomponer sus vidas tras la tormenta. Elvis Costello y el trompetista de Nueva Orleans Kermit Ruffins son algunos de los artistas que act¨²an en la serie.
Zeitoun, el nuevo libro de Dave Eggers, uno de los escritores j¨®venes m¨¢s importantes de EE UU, narra con rigurosa precisi¨®n la historia de Abdulrahman, estadounidense de origen sirio, y su esposa Kathy. Poco despu¨¦s del hurac¨¢n, un equipo de voluntarios de Voices of Witness entrevist¨® a centenares de personas para construir una historia oral de lo sucedido. El matrimonio Zeitoun ofreci¨® su testimonio y Eggers decidi¨® seguir adelante y profundizar, hasta reconstruir toda su historia. Ella sali¨® de la ciudad con sus hijos. ?l se qued¨® y, montado en una canoa, auxili¨® a decenas de personas antes de ser detenido debido a su ascendencia musulmana. "Aquello fue el legado de la guerra contra el terror, de esa mentalidad que sosten¨ªa que una contundente respuesta militar era la soluci¨®n para una crisis humanitaria", declar¨® el escritor cuando sali¨® el libro en EE UU, hace ahora un a?o. La obra, que llegar¨¢ en oto?o a Espa?a de la mano de Mondadori, se mantiene en el n¨²mero 15 en las listas de m¨¢s vendidos y el director de El silencio de los corderos, Jonathan Demme, se ha hecho con los derechos para llevarlo a la gran pantalla, como una pel¨ªcula de animaci¨®n. Todo el dinero recaudado con las ventas ha sido donado a la Zeitoun Foundation, que financia a distintas ONG.
Las secuelas del hurac¨¢n tambi¨¦n articulan el trabajo documental de los veteranos fot¨®grafos Stanley Greene y Kadir van Lohuizen, reunido en la exposici¨®n itinerante Those who fell through the
cracks, que desde ayer recorre el sur de EE UU en un cami¨®n y que visitar¨¢ distintas zonas de Nueva Orleans desde el 26 agosto hasta el 1 de septiembre. "Llegu¨¦ siete d¨ªas despu¨¦s del hurac¨¢n. Hac¨ªa muchos a?os que no trabajaba en mi pa¨ªs y al ver aquello -el barro, el agua, la destrucci¨®n y la basura- pens¨¦ en Chechenia", explica Greene. Regres¨® a la ciudad peri¨®dicamente y vio c¨®mo la poblaci¨®n padeci¨® "primero el hurac¨¢n, luego la incompetencia de la Administraci¨®n y la avaricia de las aseguradoras".
Kadir centr¨® su trabajo en los exiliados forzosos. "Hay 250.000 familias de la regi¨®n que siguen en Houston y el n¨²mero total de desplazados asciende a un mill¨®n", explica. "Nadie quiere hablar de esta di¨¢spora contempor¨¢nea americana" . El informe de Brookings Institute publicado este mes le da la raz¨®n: el n¨²mero de personas que viven bajo el umbral de la pobreza en Nueva Orleans se ha recortado a la mitad aunque todav¨ªa asciende a 68.000 personas, es decir, un 23% frente al 13% de media nacional. Mientras tanto, el nuevo alcalde anunciaba el jueves en Washington que la ciudad tardar¨¢ al menos otros cinco a?os en reponerse. Su futuro, dijo, no es solo supervivencia, es "resurrecci¨®n y redenci¨®n".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.