Pontevedra, cara B
El escritor Rodrigo Cota ha reunido decenas de an¨¦cdotas hist¨®ricas de la ciudad
Un matem¨¢tico obsesionado con la cuadratura del c¨ªrculo que muri¨® convencido de haber dado con la f¨®rmula, un peluquero poeta perseguido por la Inquisici¨®n por las "proposiciones her¨¦ticas" de sus ripios o el primer n¨¢ufrago en el Pac¨ªfico. Podr¨ªan estar sacados de las p¨¢ginas de una novela hist¨®rica, pero fueron personajes reales. Pontevedreses.
Sus historias -y as¨ª hasta sumar m¨¢s de una treintena, a cada cual m¨¢s ins¨®lita- las ha divulgado el escritor Rodrigo Cota Gonz¨¢lez en el libro La loca historia de Pontevedra, un curioso compendio de an¨¦cdotas sobre la ciudad y las R¨ªas Baixas.
"Trabajo con el material de desecho de los historiadores convencionales", explica Cota, que ha explorado con minuciosidad de detective archivos, bibliotecas y hemerotecas hasta encontrar y seleccionar las historias que acaba de publicar. "Por cada una de las escogidas, hay unas 80 descartadas", calcula.
"Trabajo con el material de desecho de los historiadores convencionales"
El libro abarca desde la Edad Media hasta mediados del XIX
En las miles de sentencias, cr¨®nicas, noticias, cartas o actas que ha revisado ha conseguido escuchar las conversaciones de los corrillos de la villa medieval, el burgo mar¨ªtimo moderno o la capital decimon¨®nica. "Decid¨ª llegar hasta el siglo XIX porque ya se han escrito anecdotarios contempor¨¢neos, pero no sobre otros periodos anteriores", explica. S¨®lo se ha permitido una excepci¨®n, y ha sido para reivindicar la figura del olvidado violinista Manuel Quiroga.
Retroceder hasta la Edad Media le ha permitido recrear la vida cotidiana en los a?os de esplendor de la ciudad portuaria. "Pontevedra vivi¨® mirando al mar hasta el siglo XVII; el mar fue su historia y su raz¨®n de ser". Del traj¨ªn comercial, pesquero y militar del muelle surgen historias como el paso por la ciudad de un grupo de esp¨ªas franceses a mediados del siglo XVI o el embarque de cientos de pipas de vino para las tropas de Felipe II.
La historia que m¨¢s ha impactado a Cota aparece en el Bolet¨ªn de Jurisprudencia y Administraci¨®n de 1857. Dos vecinos de Adina (Portonovo) acudieron a la feria de la ciudad con la idea de vender al hermano de uno de ellos "para matarlo y usar de su grasa en las boticas".
Dos guardias civiles de paisano consiguieron que los feriantes firmasen por escrito un contrato donde especificaban el precio del desdichado y los detalles del asesinato. Rubricaron su sentencia de prisi¨®n. Sus vecinos se sorprendieron al enterarse del caso: "Son tenidos por personas bien avisadas y astutas", seg¨²n el bolet¨ªn.
M¨¢s amable es la historia protagonizada por el arquitecto Alejandro Rodr¨ªguez-Sesmero, autor de varios edificios emblem¨¢ticos de la ciudad, como la sede del Ayuntamiento. Algunos de los planos de este edificio -dibujados sobre lienzos de tela encolada- acabaron convertidos, despu¨¦s de lavarlos convenientemente, en unas enaguas para su nieta.
Del matem¨¢tico empe?ado en descifrar la cuadratura del c¨ªrculo, Diego L¨®pez Gonz¨¢lez de la Pe?a, no podemos saber si era un genio o una especie de cient¨ªfico loco. "Dec¨ªa que hab¨ªa dado con la f¨®rmula, pero su hija quem¨® todos sus papeles en cuanto muri¨®", cuenta Cota, "tal vez harta de su obsesi¨®n."
Un limosnero de B¨¦rtola (Pontevedra) que se hizo pasar por juez en el Valladolid del siglo XVII, varios cr¨ªmenes, un campesino encarcelado en Cuba acusado de asaltar a un esclavo, un par de milagros, un hombre enterrado vivo o una pareja de Redondela que se hizo pasar por padre e hija hasta que fueron descubiertos y obligados a casarse tambi¨¦n tienen cabida en este cat¨¢logo de esperpentos.
Para contarlo, Cota tira de humor y huye del tono grave de los "aburridos ensayos hist¨®ricos". "Es un libro que se puede leer en los institutos. Pretendo que las historias se entiendan a la primera", explica. "El g¨¦nero humor¨ªstico est¨¢ muy restringido y eso encorseta a los escritores". A Cota le gusta leer a los que, como Wenceslao Fern¨¢ndez Fl¨®rez o Bruno Traven, rompen los moldes del academicismo. ?l tampoco se adapta a los estereotipos. Apuesta por los blogs -el suyo, Glub, recibe centenares de visitas diarias- como herramienta literaria. "Me interesa mucho ese formato, me da mucha libertad".
Si cuando hayan pasado unos cuantos siglos alguien se anima a rebuscar en la vida cotidiana de la Pontevedra de hoy para escribir su peque?a historia, tal vez le parezca oportuno rendir un justo homenaje al escritor que recopil¨® historias locas de la ciudad, indag¨® en los or¨ªgenes gallegos de Crist¨®bal Col¨®n, escribi¨® el gui¨®n de un premiado cortometraje e ide¨® a Centoloman, "el primer superh¨¦roe gallego en el sentido marveliano". "Puede que yo sea uno de esos tipos raros que surgen en Pontevedra", dice sonriendo. De que la ciudad se presta a excentricidades da fe su libro.
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