Empate en Australia entre laboristas y conservadores

El color pol¨ªtico del pr¨®ximo Gobierno australiano quedaba ayer en un limbo tras difundirse el recuento provisional de las elecciones legislativas que apunta a un Parlamento sin una mayor¨ªa n¨ªtida por primera vez desde 1940. De confirmarse esta situaci¨®n, los diputados independientes y el primer candidato verde que entra en la C¨¢mara baja en la historia del pa¨ªs tendr¨¢n en sus manos la llave del nuevo Ejecutivo.

Si bien los sondeos a pie de urna conced¨ªan una victoria m¨ªnima a los laboristas en el poder, los datos sucesivos desgranados durante la velada fueron denotando una oscilaci¨®n del voto contraria a ese partido en las circunscripciones marginales (las m¨¢s re?idas, especialmente en los Estados orientales de Queensland y Nueva Gales del Sur). Con un 80% de las papeletas escrutadas, la oposici¨®n liberal-conservadora liderada por Tony Abbott obtendr¨ªa 73 esca?os, frente a los 72 de la primera ministra laborista, Julia Gillard, ambos protagonistas de un apretado duelo pol¨ªtico sin precedentes en las ¨²ltimas d¨¦cadas.

El complejo sistema electoral australiano, que contempla el voto preferencial, puede dilatar varios d¨ªas la confirmaci¨®n de los resultados definitivos. Los analistas predicen, sin embargo, que Abbott acabar¨¢ proclam¨¢ndose vencedor, pero no conseguir¨¢ los 76 diputados que requiere la mayor¨ªa absoluta (150 esca?os en total). Las proyecciones indican que los independientes controlar¨¢n cuatro bancos en la C¨¢mara baja, y los ecologistas, uno. El Partido Verde va a erigirse adem¨¢s en el ¨¢rbitro del nuevo Senado, objeto de una renovaci¨®n parcial (la mitad de sus 76 esca?os) en estos comicios generales.

"Los votantes han hablado, pero nos llevar¨¢ un tiempo determinar exactamente en qu¨¦ sentido lo han hecho", declar¨® ayer Gillard. Con ello pretend¨ªa subrayar el car¨¢cter todav¨ªa abierto de los resultados preliminares y la vocaci¨®n laborista de buscar alianzas con independientes y verdes para conseguir un segundo mandato. La primera mujer que haya ocupado nunca la jefatura del Gobierno de Australia, de 48 a?os, se arriesga a marcar un nuevo hito, en esta ocasi¨®n negativo: en los ¨²ltimos 80 a?os todos los partidos ganadores de unas elecciones han conseguido encadenar una segunda victoria.

Contra la candidatura de Gillard ha pesado el golpe de Estado interno que encabez¨® hace casi dos meses en el seno del laborismo para desbancar al entonces primer ministro, su correligionario Kevin Rudd. El liberal-conservador Abbott ha sabido explotar esas disensiones internas de sus rivales y el rechazo que provoca entre las bases laboristas aquella pu?alada por la espalda. Conocido popularmente como el monje loco, por su condici¨®n de ex seminarista cat¨®lico y su car¨¢cter un punto err¨¢tico, el aspirante de la oposici¨®n conf¨ªa en el veredicto final de los distritos m¨¢s disputados para devolver a los conservadores los resortes del poder.