El Tea Party mide sus fuerzas en las primarias de Arizona y Florida

En una nueva jornada de primarias, diversos veteranos pol¨ªticos de EE UU se defend¨ªan ayer de la embestida de nuevos candidatos que han fundamentado sus campa?as en el recelo hacia las reformas emprendidas por Barack Obama. Suced¨ªa sobre todo en Florida y en Arizona, donde representantes consagrados de la derecha, como el senador John McCain o el gobernador Charlie Crist, se vieron obligados a asumir un cambio pol¨ªtico por la pujanza de la ultraderecha. Por su parte, la ex gobernadora Sarah Palin asumi¨® una batalla personal al apoyar a un desconocido en su intento de desbancar a la consagrada senadora por Alaska Lisa Murkowski.

Las encuestas, antes del cierre de las urnas en la noche de ayer (madrugada en Espa?a), daban como favoritos a los candidatos consagrados, como McCain o Murkowski. La de ayer era en realidad una jornada donde se pon¨ªa a prueba al Tea Party, un movimiento ultraconservador nacido de la oposici¨®n a pol¨ªticas de Obama como la reforma sanitaria. Sus candidatos se la jugaban en Alaska, Florida y Arizona. Tambi¨¦n se celebraban primarias en Oklahoma y Vermont. Hasta la fecha, hay tres candidatos auspiciados por el Tea Party que pugnar¨¢n por un esca?o en el Senado el pr¨®ximo mes de noviembre en Nevada, Kentucky y Colorado.

En Florida, al joven pol¨ªtico conservador Marco Rubio se le daba ayer, a falta del cierre de las urnas, por vencedor en la contienda republicana por el Senado, en la que se enfrentaba a dos candidatos menores. Su verdadero contrincante es Charlie Crist, un gobernador moderado que apoy¨® el plan de est¨ªmulo econ¨®mico de Obama y que anunci¨® en abril que se presentar¨ªa al Senado como independiente.

Rubio comenz¨® cortejando al sector m¨¢s conservador de su partido, con una ret¨®rica antiabortista y escepticismo frente al cambio clim¨¢tico. As¨ª, logr¨® una ventaja de 23 puntos en las encuestas sobre Crist. Aquello, sin embargo, acab¨® forzando a Rubio a moderar sus opiniones, ya que la nominaci¨®n la ten¨ªa asegurada pero, seg¨²n las ¨²ltimas encuestas, las elecciones legislativas las tendr¨ªa perdidas frente a Crist.

El voto independiente

Rubio se ha visto en la situaci¨®n de ser un conservador en un Estado con un gran n¨²mero de independientes. No le ha ayudado decir que habr¨ªa votado a favor de la pol¨¦mica ley de inmigraci¨®n de Arizona, llevada a los tribunales por la Casa Blanca porque permite a la polic¨ªa comprobar si las personas a las que detienen est¨¢n en el pa¨ªs de forma legal.

Quien ha centrado su campa?a en prometer duras medidas contra la inmigraci¨®n ilegal, en un Estado como Florida, que tiene unos 800.000 inmigrantes irregulares, es el fiscal general Bill McCollum, que aspira a ocupar el puesto que deja Crist como gobernador. El 12 de agosto propuso una legislaci¨®n migratoria m¨¢s dura que la de Arizona, pues convertir¨ªa el tr¨¢mite de comprobar si los detenidos est¨¢n en el pa¨ªs de forma legal en una obligaci¨®n para los agentes de polic¨ªa.

Ni con esa propuesta pudo obtener el apoyo del Tea Party, que ha preferido a su contrincante, el empresario Rick Scott, c¨¦lebre por sus campa?as de protesta contra la reforma sanitaria. Su campa?a, en la que se ha gastado 50 millones de d¨®lares (39 millones de euros), se ha centrado en acusar a McCollum de ser poco conservador. Ambos se encontraban ayer en un empate t¨¦cnico en las encuestas.

M¨¢s suerte tuvo en esos sondeos Kendrick B. Meek, que se presenta a las primarias dem¨®cratas al Senado por Florida y al que apoyan Bill Clinton u Obama.

En Arizona, el senador John McCain ha tenido que pasar a un intenso ataque para desbancar a su oponente, el candidato del Tea Party J. D. Hayworth, que acusa a McCain de no ser suficientemente conservador. McCain se vio obligado a virar a la derecha, apoyando la ley migratoria de su Estado. Tir¨® tambi¨¦n de hemeroteca: rescat¨® un anuncio de televisi¨®n en el que Hayworth, trabajando para una empresa privada, aconsejaba c¨®mo "obtener dinero del Gobierno, totalmente gratis". La empresa acab¨® en los tribunales acusada de fraude.

En Alaska, Sarah Palin intent¨® sacar provecho pol¨ªtico de su predicamento entre el Tea Party. Pidi¨® el voto en las primarias republicanas al Senado para Joe Miller, abogado y veterano de guerra, un desconocido que ha acusado a la senadora Lisa Murkowski de ser demasiado progresista. Las relaciones entre ambas mujeres nunca han sido buenas.