Las muchas vidas del cr¨ªtico y escritor Enrique Llovet
A principios de los a?os setenta, los cr¨ªticos teatrales m¨¢s influyentes eran Alfredo Marquer¨ªe, en Pueblo; Jos¨¦ Monle¨®n, en Primer Acto y Triunfo, y Enrique Llovet, que simultaneaba su trabajo en Informaciones y en Televisi¨®n Espa?ola y falleci¨® el pasado 6 de agosto en Madrid a la muy respetable edad de 93 a?os. Llovet practicaba una cr¨ªtica culta, cult¨ªsima, a veces con resabios acad¨¦micos, con una cierta severidad, pero siempre tamizada de iron¨ªa. Y, sobre todo, para la joven progres¨ªa de entonces, era el responsable del muy controvertido, exitoso y accidentado Tartufo de Marsillach, pero esa historia se contar¨¢ m¨¢s tarde.
Si no recuerdo mal, Llovet pas¨® del Informaciones al Abc y, esto s¨ª lo recuerdo bien, se convirti¨®, en mayo de 1976, en el primer cr¨ªtico teatral de este diario, donde permaneci¨® hasta 1979, mano a mano con Eduardo Haro Tecglen.
El malague?o Enrique Llovet vivi¨® varias vidas y acab¨® aterrizando en la cr¨ªtica un poco por casualidad. En su primera vida es un universitario brillant¨ªsimo, que estudia en Madrid, en Par¨ªs (la Sorbona) y en el Trinity College de Dubl¨ªn, y se licencia con honores en Derecho, Filosof¨ªa y Letras, Ciencias Pol¨ªticas y Econ¨®micas. Un reportaje suyo llamado Los h¨¦roes de Baler le mete de hoz y coz en el cine: el director Antonio Rom¨¢n se lo compra para reconvertirlo en Los ¨²ltimos de Filipinas, para la que Llovet escribir¨¢ tambi¨¦n la habanera Yo te dir¨¦ que, con m¨²sica de Jorge Halpern, populariz¨® Nani Fern¨¢ndez. Esto sucede en 1945, poco despu¨¦s de firmar, junto a Antonio de Lara, Tono, el libreto de la revista de Celia G¨¢mez Hoy como ayer, con -segundo ¨¦xito en un a?o- la tambi¨¦n popular¨ªsima copla Luna de Espa?a ("La luna es una mujer..."), musicada por el maestro Moraleda.
En esa ¨¦poca escribir¨¢, entre otros, los guiones de Si te hubieses casado conmigo (1948), Aeropuerto (1953) o la versi¨®n mexicana de Se?ora ama (1954) mientras cursa la carrera diplom¨¢tica. En 1959 es destinado a Par¨ªs y Teher¨¢n. Desde all¨ª env¨ªa unas c¨¦lebres cr¨®nicas para Abc firmadas con el pseud¨®nimo Marco Polo, que le valen el Premio Mariano de Cavia y una furibunda reprimenda de Pedro Cortina, ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, tan furibunda que Llovet abandona su cargo para siempre.
En el mundo del teatro
En Berl¨ªn conoce al productor Samuel Bronston, que est¨¢ a punto de levantar su imperio espa?ol y le contrata como coordinador de guiones del equipo de Philip Yordan, cobrando 1.500 d¨®lares semanales (1.185 euros): entre otros cometidos, se encarga de escribir los di¨¢logos espa?oles de Rey de reyes y El Cid. Desmantelados los estudios de Las Matas, vuelve al mundo del teatro como adaptador de textos cl¨¢sicos para Tamayo, Narros y Marsillach: a lo largo de los a?os firmar¨¢ innumerables versiones, de las que cabe destacar Don Gil de las Calzas Verdes, Las mujeres sabias, La gaviota, Marco Antonio y Cleopatra y Enrique IV.
En 1968 reconvierte el Tartufo de Moli¨¨re en una s¨¢tira de la facci¨®n opusde¨ªsta del Gobierno. Marsillach, que dirigir¨¢ y protagonizar¨¢ el espect¨¢culo, siempre sospech¨®, seg¨²n cuenta en sus memorias, que hubo una secreta connivencia entre Llovet y Fraga, entonces ministro de Informaci¨®n y Turismo, quien ve¨ªa con malos ojos la ascensi¨®n de sus enemigos pol¨ªticos. Y no sin raz¨®n: Tartufo, estrenado el 3 de octubre de 1969 en el Teatro de la Comedia de Madrid, se convierte en un gran ¨¦xito, pero 20 d¨ªas despu¨¦s los tecn¨®cratas del Opus copan el Gobierno, Fraga es sustituido por S¨¢nchez Bella y la funci¨®n sufre todo tipo de presiones: "No pod¨ªan prohibir la obra", cont¨® Llovet, "porque hab¨ªa pasado censura, pero amenazaron con represalias a los empresarios de provincias, de modo que solo pudo verse en Madrid y en una gira sudamericana". (La funci¨®n se repuso en 1979, con motivo de su d¨¦cimo aniversario).
Despu¨¦s de Tartufo, el t¨¢ndem Marsillach-Llovet consigue un nuevo triunfo con S¨®crates (1971), pero la relaci¨®n se enfr¨ªa y no vuelven a trabajar juntos. Enrique Llovet vuelve a la cr¨ªtica y a Televisi¨®n Espa?ola, donde seguir¨¢ con su labor de adaptador, asesor de programas dram¨¢ticos, guionista de series (las Sonatas, de Valle-Incl¨¢n, y Las p¨ªcaras) y, ya en 1982, director del programa 300 millones, sustituyendo a Gustavo P¨¦rez Puig. En esa ¨¦poca obtuvo de nuevo un gran ¨¦xito con la adaptaci¨®n de Historia de un caballo, el cuento de Tolst¨®i reconvertido en musical y dirigido por Manuel Collado, que en 1980 estren¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Rodero y en 2000 se repuso con Carlos Hip¨®lito.
Sus ¨²ltimos guiones cinematogr¨¢ficos fueron Divinas palabras (1987), para Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez, y Ho sap el ministre? (1991), a las ¨®rdenes de Josep Maria Forn. En 2002 apareci¨® su libro La magia del teatro, una selecci¨®n de sus cr¨ªticas, ensayos y art¨ªculos teatrales.
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