De placeres y culpas
Como una nube negra extendi¨¦ndose en un cielo azul, as¨ª arrancan las mejores novelas de Carol Oates, indicios que presagian tormentas que vendr¨¢n, descripciones de la placidez en la que se concebir¨¢ la tragedia, po¨¦ticas del contraste y de la hip¨¦rbole en narraciones en las que el sue?o americano se convierte una y otra vez en pesadilla. Un suicidio destrozaba en Ni¨¢gara (2004) una luna de miel, y en Qu¨¦ fue de los Mulvaney (1996) un aciago d¨ªa de 1976 oscurece para siempre la vida id¨ªlica de los Mulvaney, la familia feliz encerrada en su granja de cuento de hadas. A Carol Oates le encanta levantar las piedras del camino de la vida para encontrar bajo ellas las alima?as, las bestias, como ella las bautiza, que traen consigo la seductora amenaza del l¨ªmite y de la violencia que despu¨¦s sus novelas despliegan con un realismo de Steinbeck al que se le han infiltrado una polifon¨ªa y una introspecci¨®n claustrof¨®bica que en Ave del para¨ªso contribuyen a que la cruenta historia del asesinato de la joven madre y cantante country Zoe Muller, promiscua, drogadicta, so?adora y marginal, de las espesas sospechas que se ciernen sobre su marido mestizo y alcoh¨®lico Delray y sobre Eddy Diehl, el redneck veterano de Vietnam que fuera su amante, y de la complicidad ambigua y el deseo degenerado de los hijos de Zoe y de Eddy, el desnortado y vengativo Aaron y la solitaria, lib¨¦rrima y ed¨ªpica Krista ("no existe felicidad como la de tener quince a?os y que tu padre te lleve en coche a un destino que eres incapaz de adivinar"), no se quede en una t¨®pica trama policial, sino que desarrolle por encima de todo una narrativa poli¨¦drica que englobe lo existencial y lo moral, lo er¨®tico y lo costumbrista, y asimismo el retrato ¨ªntimo de las relaciones familiares, que ya llev¨® a cabo en Qu¨¦ fue de los Mulvaney o en Mam¨¢, y el proceso mismo de degradaci¨®n de una familia arruinada por la muerte violenta de la madre y perseguida, a lo largo y ancho de dos d¨¦cadas, a la vez por el infortunio y por la c¨¢mara escrutadora e implacable de Oates, heredera, como las de Alice Munro o Jayne Anne Phillips, de las de Woolf o Edith Wharton, que fueron capaces de retratar los enrarecidos paisajes dom¨¦sticos, pero sobre todo les liaisons dangereuses de quienes los habitan.
Ave del para¨ªso
Joyce Carol Oates
Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis L¨®pez Mu?oz
Alfaguara. Madrid, 2010
520 p¨¢ginas. 24,50 euros
Ave del para¨ªso cuenta -y de forma obsesiva y confusa en la primera parte, que est¨¢ a cargo de Krista, como revelan el uso de la cursiva para destacar fragmentos de discurso, los saltos temporales ("la conciencia del tiempo que tiene un ni?o es et¨¦rea") y las frecuentes repeticiones- el entramado de un crimen que mantiene similitudes con el de Laura Palmer en Twin Peaks, perpetrado en el espacio decadente y desolador de Sparta donde tambi¨¦n se situaba el drama familiar de Qu¨¦ fue de los Mulvaney, en el que asimismo cobraban protagonismo los hijos adolescentes, una ciudad zafia del Estado de Nueva York que alcanza car¨¢cter m¨ªtico como aquella Shady Hill de John Cheever o las geograf¨ªas morales que construy¨® Faulkner, la "ciudad maldita del Black River", un espacio suburbano tan deteriorado, tan sucio, como las conciencias de sus habitantes, que merodean por "el caso Kruller" ahog¨¢ndolo en insidias y corrupciones que el lector reconoce como un modo de probar que el hombre no es sino un lobo para el hombre.
La prol¨ªfica Oates tiene tanto oficio que podr¨ªa decirse que en realidad es Oates, Inc., cuidando el proceso de producci¨®n de sus textos como lo har¨ªa el m¨¢nager de una cadena de montaje, desde La hija del sepulturero carga las tintas melodram¨¢ticas, y es cierto que su narrativa se ha venido dedicando a remodelar los modelos o nichos narrativos, acerc¨¢ndose al g¨¦nero negro y al thriller m¨¢s convencional, no muy alejado de las maneras de Grisham, mientras se aleja del relato g¨®tico sensu strictu, al que ha consagrado espl¨¦ndidos cuentos recopilados en Bestias (2002) o en Infiel (2001), y cedi¨¦ndole terreno a la obsesi¨®n por describir infiernos emocionales en detrimento de las tramas cuyo objetivo no era sino la cr¨ªtica de la sociedad americana contempor¨¢nea, que hace d¨¦cadas ya que dej¨® de ser un tema para convertirse en todo un g¨¦nero narrativo, consolidado por Mailer, Updike, Tyler o Ford. Ave del para¨ªso (2009), en cualquier caso, le entrega al lector el universo de Carol Oates en estado tan qu¨ªmicamente puro que se dir¨ªa una vuelta de tuerca cercana a la parodia, una versi¨®n a lo David Lynch de la tragedia griega proyectando la oscura sombra del destino sobre un pu?ado de miserables h¨¦roes de arrabal, una historia coral, negra y faulkneriana de cr¨ªmenes y traiciones contada sucesivamente a trav¨¦s del punto de vista de los hijos de los presuntos asesinos, una poderosa historia morbosa y siniestra de placeres y de culpas, de lujuria y violencia, de libido y crueldad.
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