Que no nos quiten el autocar
La huelga de Auto Res ha tenido poco eco en los medios, pero el autob¨²s de l¨ªnea es el transporte colectivo m¨¢s usado en Espa?a
En la d¨¢rsena de la estaci¨®n Sur de Autobuses de Madrid, Heitzell, salvadore?a de 30 a?os, espera, bolso de viaje en mano, a que se abran las puertas del autob¨²s de Auto Res que la llevar¨¢ a Valencia, un trayecto de unas cuatro horas. A su lado, formando un corrillo en el suelo, parlotean y r¨ªen varios gitanos portugueses que esperan la salida de otro veh¨ªculo con destino a Set¨²bal y Lisboa. El grupo transporta incontables bolsas, paquetes y objetos, pero casi todo cabe en el maletero de un autob¨²s.
Heitzell y los otros pasajeros, que esperan pacientes con sus mochilas y maletas en el and¨¦n, a resguardo del implacable sol de agosto, han tenido la habilidad de escoger un d¨ªa normal para desplazarse. De haber optado por este domingo, la cosa se hubiera complicado, porque s¨®lo funcionar¨¢n los servicios m¨ªnimos en la compa?¨ªa. "Ni me hab¨ªa enterado de que hab¨ªa huelga", dice Mar¨ªa Teresa, una se?ora madura, que arrastra una peque?a maleta de ruedas rumbo a la d¨¢rsena de salida del autocar con destino a Salamanca.
"El billete de ida y vuelta a Madrid me cost¨® 23 euros, lo que val¨ªa la ida en tren", dice Heitzell, salvadore?a
En Espa?a m¨¢s de una cuarta parte de los hogares no tiene coche propio, y depende del autob¨²s de l¨ªnea
El grupo Avanza, al que pertenece Auto Res, fue adquirido en diciembre de 2006 por un fondo de capital riesgo brit¨¢nico
Los j¨®venes son los principales usuarios de un transporte imbatible por los bajos precios y la frecuencia horaria
Desde abril pasado, los trabajadores de Auto Res (empresa hist¨®rica del sector, con unos 400 empleados) llevan realizadas ocho jornadas de huelga, concentradas en d¨ªas punta del mes de agosto. Los paros terminar¨¢n el 1 de septiembre, con una traca final que incluye tres d¨ªas clave: hoy, domingo, 29, y los d¨ªas 31 de agosto y 1 de septiembre, y espera desatar algo m¨¢s de pol¨¦mica.
Paco Morales, gaditano, miembro del comit¨¦ de huelga de Auto Res y sindicalista de UGT, lamenta que los paros no hayan servido, de momento, para ablandar a la empresa, y s¨ª hayan perjudicado a decenas de miles de viajeros. Aunque, en realidad, los pasajeros de autob¨²s no compran sus billetes con demasiada antelaci¨®n, y muchos han podido atenerse a la oferta de los servicios m¨ªnimos o cambiar de d¨ªa su viaje. Los sindicatos calculan, en cambio, que la medida de presi¨®n ha dejado a decenas de miles en tierra, y ha supuesto un buen toque para la compa?¨ªa. Pero, en su opini¨®n, las razones de los paros eran poderosas. "La empresa ha despedido a 14 compa?eros, nos ha reducido el sueldo entre un 5% y un 8%, y lo que quiere es externalizar muchas de las tareas que hacen hoy empleados de Auto Res", cuenta Morales, libreta en mano, en una cafeter¨ªa de la ¨²ltima planta de la estaci¨®n atendida por inmigrantes caribe?as.
Morales lleg¨® a Auto Res hace 22 a?os y ha sido mozo y lavacoches, y mozo otra vez. Y ha visto con sus propios ojos la evoluci¨®n de la empresa, creada en los a?os cuarenta, desde los tiempos en que la familia fundadora, los Moratiel, gestionaban hasta 11 estaciones de autobuses, adem¨¢s de un mont¨®n de l¨ªneas interurbanas. La empresa ten¨ªa y tiene sus talleres, sus oficinas, su servicio de venta de billetes. Era y es todav¨ªa un cuerpo empresarial entero, totalmente aut¨®nomo, que empieza a desintegrarse. Morales recuerda con nostalgia aquellos tiempos de vacas gordas. Cuando Auto Res ten¨ªa su propia estaci¨®n de autobuses en la plaza de Conde de Casal, en Madrid, y la gente se agolpaba en las taquillas de venta. El transporte por carretera era un negocio seguro. La Espa?a democr¨¢tica y europea apostaba por las autov¨ªas y autopistas, y las l¨ªneas de autob¨²s compet¨ªan con ventaja con un ferrocarril claramente anticuado. Ofrec¨ªan viajes m¨¢s cortos, baratos y con mayor frecuencia horaria. Y circulaban por carreteras razonablemente transitables. El sector ha vivido una expansi¨®n continua, al menos hasta la llegada de la crisis, y al contraataque de Renfe, con sus trenes AVE y sus cercan¨ªas, competencia directa al servicio de autobuses que comunica los grandes n¨²cleos de poblaci¨®n con las superpobladas localidades que les rodean.
La recesi¨®n, la dif¨ªcil competencia, los precios de los carburantes, todo ha contribuido a ponerle las cosas cuesta arriba al transporte de pasajeros por carretera, y las empresas empiezan a hacer cuentas y a ajustar gastos. "Quieren encargar la venta de billetes a una empresa de fuera, y que se ocupen los conductores de lavar los coches. F¨ªjese, eso despu¨¦s de llegar de un viaje de cuatro o cinco horas", se queja Paco Morales. Da un sorbo a su vaso de caf¨¦ con leche y lamenta, una vez m¨¢s, que los Moratiel se fueran. Esta familia contribuy¨® a crear el grupo Avanza en 2002, integrando Auto Res con las empresas familiares Vitrasa y Tuzsa, y m¨¢s tarde La Sepulvedana. Pero el grupo se vendi¨® por 600 millones de euros al fondo de capital riesgo brit¨¢nico Doughty Hanson, en diciembre de 2006. Desde entonces, las cosas han cambiado y todo apunta a que cambiar¨¢n mucho m¨¢s.
Los trabajadores de Auto Res temen por su futuro. Sus sueldos no son altos -entre 1.200 a 1.400 o 1.500 euros mensuales-, pero tienen sus derechos adquiridos. Y los recientes despidos han desatado la inquietud. "Lo ¨²nico que se les plante¨® a los sindicatos, en abril pasado, es que se sentaran a negociar una estructura salarial para el futuro en la que se introduzcan variables vinculadas a resultados econ¨®micos", explica un portavoz de la empresa. "Tenga en cuenta que la rentabilidad de Auto Res ha ca¨ªdo un 40% en los ¨²ltimos tres a?os. Vemos que el mapa del transporte por carretera se est¨¢ reajustando como consecuencia de la competencia interna y la del tren de alta velocidad y el de cercan¨ªas. Pero ellos se levantaron de la mesa y optaron por la huelga. Si en septiembre quieren volver a negociar ser¨¢n bienvenidos". El mismo portavoz reconoce que se prev¨¦n recortes. La sociedad ha cambiado, dicen los nuevos due?os, y si la gente compra masivamente los billetes por Internet, ?para qu¨¦ mantener abiertas oficinas de venta?
Lo que los sindicatos no esperaban es que la huelga que acordaron pasara casi desapercibida en los medios de comunicaci¨®n. Que apenas hubiera titulares, ni espacio en los informativos de radio y televisi¨®n. Como si el autob¨²s de l¨ªnea fuera un medio de transporte anticuado, carente de glamour, pobret¨®n. "Ni siquiera los grandes sindicatos, que est¨¢n a la que salta, han salido a denunciar el caso como ocurre en otras cuestiones", se lamenta Morales, y le sale de golpe su acento andaluz.
Las especulaciones sobre una posible huelga de controladores a¨¦reos hizo correr r¨ªos de tinta este verano, pero la huelga real de Auto Res no despert¨® atenci¨®n. "Sin embargo, el autob¨²s interurbano es el medio de transporte colectivo m¨¢s usado en Espa?a. M¨¢s que el avi¨®n y m¨¢s que el tren", explica Rafael Barbadillo, secretario general de la patronal Asintra, que, junto a la veterana Feneb¨²s, representa a este sector enorme. M¨¢s de la mitad de todos los desplazamientos que se realizan en Espa?a en transporte colectivo se hacen en autob¨²s. Por supuesto, el coche es el verdadero rey, con m¨¢s de dos tercios de todos los desplazamientos. Pero el tercio restante, est¨¢ claramente dominado por el autob¨²s. En total hablamos de m¨¢s de mil millones de desplazamientos anuales. En un pa¨ªs que adora la carretera por encima de todo, el sector ha progresado hasta el punto de que hay 3.800 empresas peque?as, medianas y grandes, dedicadas al transporte de viajeros. Impera la atomizaci¨®n, pese a que en la ¨²ltima d¨¦cada se han producido grandes concentraciones, y ha entrado a raudales el capital extranjero. ?Cu¨¢l es el secreto del autocar de l¨ªnea? ?Por qu¨¦ este ¨¦xito?
"Sin coche, y con poco dinero, es la mejor forma de moverse" dice Pedro, mochilero de 17 a?os, que espera un autob¨²s rumbo a Gand¨ªa, donde piensa disfrutar de unos d¨ªas de playa con unos amigos. Los precios parecen imbatibles. Por poco m¨¢s de 28 euros se llega a Soria y se regresa a Madrid. Heitzell pag¨® unos 23 euros por un billete de ida y vuelta de Valencia a la capital. "El tren val¨ªa eso solo de ida, y adem¨¢s, con el autob¨²s sal¨ª de Valencia a las tres de la madrugada, ?qu¨¦ tren tiene ese horario?", dice esta chica salvadore?a.
Como Heitzell, la mayor¨ªa de usuarios de autob¨²s son j¨®venes. Seg¨²n datos del Ministerio de Fomento recogidos en 2007, m¨¢s de un tercio de los pasajeros tienen entre 15 y 29 a?os. La franja se ampl¨ªa hasta casi la mitad si se incluye a los ni?os. El otro colectivo de viajeros m¨¢s numeroso es el de los jubilados. Casi el 18% tienen m¨¢s de 65 a?os. Los precios bajos atraen a los bolsillos escu¨¢lidos. De cada 10 pasajeros, 1,4 son inmigrantes, aunque habr¨ªa que corregir al alza estos datos, porque los inmigrantes son muchos m¨¢s hoy que en 2007.
"Una cosa que se olvida es que m¨¢s de una cuarta parte de los hogares espa?oles no tienen coche", dice Ana Ramos, experta en transporte de la consultora Afi, especializada en Administraciones P¨²blicas. El porcentaje aumenta por encima del 30% en provincias como Zamora, ?vila, Cuenca, Orense, Asturias, Salamanca o Soria. Territorios con poca poblaci¨®n, dispersa y envejecida. Bolsas de pobreza en la Espa?a pr¨®spera y derrochadora que dependen del autob¨²s. Como dependen los habitantes del Pa¨ªs Vasco, un territorio donde se hacen en autob¨²s el 70% de los desplazamientos en transporte colectivo.
Los altos costes del servicio ferroviario han decidido a Renfe a suprimir muchas l¨ªneas ruinosas. La ¨²ltima que caer¨¢ inexorablemente, la Madrid-Aranda de Duero-Burgos, tiene una ocupaci¨®n media de cuatro viajeros diarios. La compa?¨ªa estatal parece decidida a concentrarse en la alta velocidad y en las cercan¨ªas, y ah¨ª es donde colisiona con el autob¨²s de l¨ªnea. El a?o pasado, la patronal del transporte por carretera plante¨® una queja a la UE, por la competencia desleal que suponen, a su juicio, las subvenciones a Renfe, lo que permite a la empresa ofrecer precios bajos en el AVE.
Porque el dinero cuenta. Y mucho. Jos¨¦ Antonio Herce, de la consultora Afi, cree que la filosof¨ªa low cost, consagrada por las compa?¨ªas a¨¦reas, ha calado hondo en los j¨®venes. Eso, la seguridad (datos de la DGS muestran que este transporte tiene los ¨ªndices m¨¢s bajos de accidentes en la carretera), y una cierta conciencia ecologista inclinar¨ªan la balanza hacia el autocar, que contamina mucho menos que el coche. Despu¨¦s de todo, en un autob¨²s caben los mismos pasajeros que en 30 autom¨®viles, lo que reduce adem¨¢s los precios, recuerda la patronal del sector. El coste de transporte por viajero y kil¨®metros es de 1,7 euros, frente a los 4,9 del coche y a los 1,9 del tren. Y hasta podr¨ªa ser m¨¢s r¨¢pido si los accesos a las grandes ciudades se dotaran de m¨¢s sistemas bus vao para facilitar el paso a estos veh¨ªculos colectivos.
No es el transporte ideal para mis¨¢ntropos ni exquisitos, porque exige un alto grado de sociabilidad y paciencia. Aunque algunas compa?¨ªas ofrecen servicios expr¨¦s con comodidades de todo tipo. Pero, como el tren, es perfecto para el que va cargado de equipaje.
En el viaje en autocar perdura la filosof¨ªa antigua del coche de l¨ªnea, y el escritor en ciernes puede hacer acopio de material sociol¨®gico para futuras novelas. Existe adem¨¢s la posibilidad de llegar a cualquier rinc¨®n, desde el centro o sin pasar por ¨¦l. Se puede ir de Badajoz a Barcelona, con parada en Zaragoza. Y de Soria a Pamplona. Hay rutas expr¨¦s, como la de Madrid-Salamanca, o Salamanca-aeropuerto de Barajas, y otras que enlazan las dos ciudades a trav¨¦s de un rosario de pueblos, nada menos que 23.
En autob¨²s se llega a las capitales de provincia, pero tambi¨¦n a las playas, y a los pueblos de la Espa?a profunda. A rincones cada vez m¨¢s remotos en el imaginario colectivo. Bembibre, La Ba?eza, Albadejo, La Cabrera, C¨®zar, Villamanrique, Miajadas, Herrera del Duque, Talamanca Siruela. Decenas y decenas de nombres. Rutas de una Espa?a rural, cada vez m¨¢s despoblada, que las compa?¨ªas tienen que conectar porque forman parte de las obligaciones que asumen al quedarse con la concesi¨®n de una l¨ªnea.
La crisis econ¨®mica y las exigencias cada vez mayores de la Administraci¨®n concesionaria, han endurecido la batalla entre las compa?¨ªas, en un panorama dominado por dos grandes grupos: Alsa y Avanza. Alsa, con un siglo de historia, es el m¨¢s veterano de Espa?a, y pertenece al grupo brit¨¢nico National Express, que adquiri¨® La Continental en 2007. Avanza, que incluye a Auto Res entre sus 17 compa?¨ªas, est¨¢ en manos del fondo Doughty Hanson. Pero todo apunta a que el proceso de concentraci¨®n continuar¨¢ en un sector que cuenta con 3.800 empresas, que facturan unos 3.800 millones de euros al a?o y dan empleo, directa o indirectamente, a m¨¢s de 80.000 personas. Los nubarrones est¨¢n ah¨ª, pero lo que est¨¢ claro es que ser¨¢ dif¨ªcil prescindir del autob¨²s de l¨ªnea. Mientras siga ofreciendo precios bajos y llegando al ¨²ltimo rinc¨®n del pa¨ªs.
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