Interinidad ofensiva
Semanas atr¨¢s escrib¨ªa aqu¨ª un art¨ªculo, Nuestra irrelevancia, sobre nuestra incapacidad para construirnos como un pa¨ªs y concretamente sobre la incapacidad de los partidos gallegos para crear pol¨ªtica propia. Pero, adem¨¢s de las causas estructurales, de las carencias ideol¨®gicas y pol¨ªticas de esos partidos, hay causas coyunturales que hacen que la vida social no tenga horizonte. Por ejemplo, esas dos convocatorias electorales que est¨¢n ah¨ª flotando.
En las elecciones municipales del pr¨®ximo a?o el PP se juega en Galicia consolidar o no su pasada victoria en las auton¨®micas, y el PSdeG conservar alcald¨ªas, lo que depende tambi¨¦n de que el BNG conserve los resultados de las anteriores. El desenlace de esas elecciones no est¨¢ escrito, se ver¨¢. Pero son los comicios legislativos los que est¨¢n asfixiando la vida pol¨ªtica. El PP intentar¨¢ por tercera vez que su candidato, Mariano Rajoy Brey, sea presidente del Gobierno. Eso est¨¢ decidido. Lo que no lo parece a¨²n es si el PSOE presentar¨¢ o no al actual presidente, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, y, por tanto, no podemos saber a¨²n qu¨¦ dilema se va a dirimir, porque unas elecciones no solo deciden qui¨¦n va a gobernar sino qu¨¦ proyecto pol¨ªtico va a ser el de los siguientes cuatro a?os. El proyecto que hasta ahora ha encarnado Rajoy se resume en sustituir a Zapatero, ya que hace de ¨¦l el origen de todos los problemas y males, mientras que el del actual presidente ha ido cambiando en tres fases sucesivas hasta el momento, la ¨²ltima, totalmente condicionada por una crisis imprevista. Si finalmente Zapatero se vuelve a presentar, no sabemos preveer qu¨¦ nuevo proyecto ofrecer¨¢, pero si su partido presenta al fin otro candidato, todo es todav¨ªa m¨¢s imprevisible.
Si el PSOE pierde las generales, no ser¨ªa un mal retiro para Blanco optar a la presidencia de la Xunta
Ese dilema, el triunfo bien del PP bien del PSOE, tiene consecuencias que mantienen maniatada nuestra vida pol¨ªtica, ya que hay pol¨ªticos aqu¨ª que parecen atar su destino a ese resultado. Es el caso de las organizaciones de ambos partidos en Galicia, que se muestran as¨ª como dos meras sucursales de una patente centralista. En la pasada campa?a electoral vimos llegar a N¨²?ez Feij¨®o apoyado por la artiller¨ªa medi¨¢tica del b¨²nker madrile?o y tras su llegada a la presidencia de la Xunta vimos su dependencia de las consignas ideol¨®gicas y pol¨ªticas de la derecha de la Corte. Vemos su pol¨ªtica que calca la realizada por Esperanza Aguirre: privatizaci¨®n o desmantelamiento de la sanidad y educaci¨®n p¨²blica, de los servicios sociales, de la protecci¨®n del medio...Con un complemento espec¨ªfico, el cuestionamiento de nuestra lengua y reducci¨®n de cualquier signo de identidad nuestro a un m¨ªnimo folcl¨®rico soportable para el casticismo. Eso, acompa?ado de una presencia constante en los medios de comunicaci¨®n de la capital del Estado. De todo ello se deduce una vocaci¨®n de hacer carrera pol¨ªtica all¨ª, con Galicia como un mero paso en el camino para ese objetivo ¨²ltimo: ser ministro de un imaginado Gobierno de Rajoy, o incluso su delf¨ªn.
En el PSdeG observamos que late una situaci¨®n semejante de inminencia e interinidad. Hace cinco a?os, daba la impresi¨®n de que en el BNG y en el PSdeG se hab¨ªa dirimido un liderazgo estable, Quintana y Touri?o parec¨ªan tener autoridad para capitanear sus organizaciones, pero la derrota electoral acab¨® abruptamente con esas situaciones en apariencia estabilizadas: el BNG hoy se presenta nuevamente con el liderazgo ambiguo de la UPG y el PSdeG no aclara si sube o baja.
Tras la retirada de Touri?o, se cubri¨® el hueco con el nombramiento de Pachi V¨¢zquez, pero su designaci¨®n no fue fruto de haberlo ganado con un proyecto pol¨ªtico propio, que en eso consiste tener liderazgo. M¨¢s bien pareci¨® que el vicesecretario general del PSOE y ahora tambi¨¦n ministro de Fomento, Jos¨¦ Blanco, busc¨® con ese nombramiento una salida coyuntural a aquella situaci¨®n. Desde entonces, nada ha cambiado, V¨¢zquez gestiona razonablemente la situaci¨®n aunque parece carecer de la autoridad necesaria para encarnar un proyecto pol¨ªtico aut¨®nomo. Sigue marcado por la interinidad, la falta de un proyecto propio y a¨²n no ha sido designado como candidato. Y es natural que pensemos que est¨¦ pesando en ello ese futuro resultado de las pr¨®ximas elecciones generales: si el PSOE perdiese el Gobierno, no ser¨ªa un mal retiro pol¨ªtico para un ministro de Fomento el presentarse como candidato de los socialistas a la Xunta. La eterna incapacidad de los socialistas para generar en Galicia una pol¨ªtica y un liderazgo propios.
Lo que subyace es el papel subalterno que tiene Galicia en estas pol¨ªticas. Para el sucursalismo, Galicia no es un fin en s¨ª mismo, no somos lo bastante importantes para ellos. Ellos no nos merecen, pero nosotros tampoco los merecemos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.