La vida debajo del AVE
Los vecinos de la aldea de Manselle, en Dodro, han visto como un viaducto del tren de alta velocidad se construye pr¨¢cticamente sobre sus casas
Poco a poco la construcci¨®n de las v¨ªas del AVE va dejando entrever el paisaje que quedar¨¢ cuando finalicen las obras y el tren de alta velocidad empiece a recorrer el Eje Atl¨¢ntico. Cientos de kil¨®metros c¨²bicos de hormig¨®n siembran ya parte del paisaje gallego, y en tramos como el Riali?o-Vacariza, entre los municipios coru?eses de Dodro y Riaxo, los inmensos pilares del futuro viaducto del tren de alta velocidad nacen entre las huertas y a pocos metros de las casas.
En la aldea de Manselle, en la parroquia de San Xi¨¢n de La¨ª?o, algunas viviendas quedan ya pr¨¢cticamente bajo los vanos del viaducto de casi un kil¨®metro de largo. A su sombra trabaja Carmen Bustelo, vecina de Manselle, que a sus 69 a?os sigue segando la hierba a golpe de hoz cubierta por un sombrero de paja. Otros habitantes de la poblaci¨®n remiten a ella los comentarios sobre las obras del viaducto del AVE, porque fue una de las m¨¢s afectadas y no tiene miedo a hablar.
La aldea ha quedado totalmente arrinconada entre el tren y la autov¨ªa
"Ahora no vienen ni los autobuses a recoger a la gente a los entierros"
Bustelo afirma con rabia que trabaj¨® muy duro mientras su marido "recorr¨ªa el mundo" para poder comprar las fincas que cultiv¨® durante a?os y sobre las que ahora se asientan los pilares del viaducto. La casa que construy¨® a su hijo se levanta a pocos metros de uno de los pilares y tuvo muchos problemas para obtener las compensaciones por sus terrenos ocupados. Cuando las excavadoras comenzaron su trabajo sin que ella hubiese recibido dinero, no tuvo problema en ponerse delante de las ruedas para detenerlas y reclamar lo que era suyo, pues esta mujer asegura que, si hace falta, morir¨¢ por defender lo que le pertenece.
"No tenemos quien nos defienda", asegura Bustelo, y grita contra la corporaci¨®n municipal. "Los del ayuntamiento solo quieren llenarse los bolsillos, y los de la oposici¨®n, tambi¨¦n, deber¨ªan dejar de discutir y solucionar nuestros problemas". "Nadie mira por Manselle", afirma una y otra vez, mientras se queja de los problemas que ocasionan las obras del viaducto. A diferencia de lo ocurrido durante la construcci¨®n de la AP-9, la que entonces se denomin¨® "navallada", cuando hubo un fuerte movimiento de oposici¨®n al proyecto con apoyo pol¨ªtico, sobre todo nacionalista, las obras del AVE cuentan con el consenso de todo el espectro parlamentario gallego.
La aldea ha quedado completamente arrinconada contra los montes por la Autov¨ªa do Barbanza y ahora por el AVE, infraestructuras que han cortado las comunicaciones tradicionales con el resto del municipio y dificultan el acceso a la poblaci¨®n. "Ahora ya no vienen ni los autobuses a recoger a la gente para los entierros". La mujer acusa al alcalde de olvidarse de la zona porque "¨¦l vive al lado de la carretera general, y no tiene estos problemas". "Pero yo tengo que andar dos kil¨®metros hasta la parada del autob¨²s para ir al hospital", afirma.
El alcalde de Dodro, el socialista Arturo D¨ªaz, niega que el Ayuntamiento haya olvidado la aldea y asegura que "cada poco" pasa por all¨ª el concejal de Obras para comprobar si hay alg¨²n problema. Alega que cuando un vecino se queja se ponen en contacto con los responsables del proyecto, pero que, de momento, no les consta ninguna protesta formal.
Adem¨¢s del aislamiento, el d¨ªa a d¨ªa en Manselle se ha vuelto m¨¢s complicado. Bustelo destaca los problemas de convivencia con algunos obreros, que dejan sus huertas llenas de desperdicios despu¨¦s de comer, o a veces "las usan de ba?o", asegura. Adem¨¢s las voladuras del t¨²nel que desemboca en el viaducto en construcci¨®n est¨¢n provocando da?os en las casas. Bustelo protest¨® y se realiz¨® una medici¨®n de decibelios desde su casa, pero ella afirma que para esa comprobaci¨®n se acometi¨® una voladura de muy baja intensidad.
Otra vecina, Maruxa Abu¨ªn, asegura que por culpa de las obras ya no les llega agua de los manantiales: "En 80 a?os no se hab¨ªa secado, y no quiero beber el agua de la tra¨ªda, porque sabe demasiado a cloro". El alcalde admite estos problemas, pero asegura que son "pasajeros" y que la empresa constructora se ha comprometido a dejarlo "tal y como estaba, o incluso mejor".
Aunque las obras siguen muy avanzadas, Bustelo contin¨²a dispuesta a luchar y a trabajar sus tierras con la hoz en la mano, aunque no tenga apoyo. Son gente acostumbrada a pelear, pues no por casualidad La¨ª?o es la tierra del hist¨®rico luchador nacionalista Moncho Reboiras, asesinado en Ferrol en 1975.
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