VEINTINUEVE
En medio de este caos narrativo, sufro otro ataque de invisibilidad. Me viene en el retrete de la Casa del Libro (el ¨²nico sitio de Gran V¨ªa donde puedes mear sin consumir nada). Esta vez no padezco mareos ni v¨¦rtigos previos, como si mi cuerpo se hubiera adaptado ya a los cambios de estado. Si no es por el espejo, en el que me miro sin verme, casi ni me entero. Pero ah¨ª estoy (o ah¨ª no estoy, seg¨²n), esta vez sin n¨¢useas, sin miedo, incluso con un poco de gusto. Salgo a la tienda y empiezo a moverme entre los dependientes y el p¨²blico sin que nadie repare en m¨ª. Pueden atravesar mi cuerpo (y yo el suyo) porque, adem¨¢s de invisible, soy sutil, una cualidad que, seg¨²n Google, poseen los ¨¢ngeles. Me percibo como un cuerpo porque no concibo otro tipo de existencia, pero en realidad soy una idea, una mente, un pensamiento, no s¨¦ c¨®mo expresarlo, que puede ir de un lado a otro de la tienda sin necesidad de andar, proyect¨¢ndose simplemente. Al principio manejo ese no-cuerpo con grandes precauciones, como el que estrena un coche cuyos mandos no conoce bien. Pero enseguida me doy cuenta de que es sencill¨ªsimo (un mecanismo intuitivo, como el de los m¨®viles) a condici¨®n de que no tengas miedo de viajar en ¨¦l. Y ya no tengo miedo.
Me percibo como un cuerpo porque no concibo otro tipo de existencia, pero en realidad soy una idea
En la planta baja de la Casa del Libro, adonde llego atravesando los suelos y los techos, veo a una piba guap¨ªsima leyendo las primeras l¨ªneas de un libro. Me introduzco en su cuerpo, me acoplo a ¨¦l (el m¨ªo puede adoptar cualquier forma), sintiendo, casi como propias, sus tetas, tambi¨¦n su melena y sus muslos, sus manos, sus dedos, sus u?as afiladas... Leo con ella, desde sus ojos, las primeras l¨ªneas del libro que sostiene entre las manos: "?rase una vez un hombre llamado Albinus, que viv¨ªa en Berl¨ªn, Alemania. Era rico, respetable, feliz. Un d¨ªa abandon¨® a su mujer por una amante joven; am¨®; no fue amado; y su vida acab¨® en un desastre".
Da la puta casualidad de que es el p¨¢rrafo que nos ley¨® el profe del taller, en una de las primeras clases, para explicarnos la figura del narrador invisible. ?Qui¨¦n habla? ?Qui¨¦n dice todo eso de Albinus? No se sabe.
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