La ley de Messi
El Bar?a ratifica su ideario futbol¨ªstico despu¨¦s del traspaso de Ibrahimovic con una goleada en Santander - El Madrid de Mourinho solo empata en Mallorca en una jornada de signo visitante
Ibrahimovic se equivoc¨® cuando quiso convertir un asunto futbol¨ªstico en una cuesti¨®n personal con Guardiola. No entendi¨® nada de lo que pasa en el Camp Nou. Pudo decir que el Bar?a es un equipo particular, hasta cierto punto sectario, dif¨ªcil para un extranjero, entregado a su cantera, esclavo de un estilo que defini¨® Cruyff. La hinchada habr¨ªa entendido su enfado y tambi¨¦n su salida por la dificultad que representa integrarse en un club tan exclusivo en el que marcar 22 goles no sirve para ganarse el respeto. Incluso le habr¨ªa agradecido su aportaci¨®n, su tanto al Madrid y hasta su suplencia a favor de Bojan cuando el equipo gan¨® la Liga. La sumisi¨®n del sueco en la cancha contrast¨® con su rebeld¨ªa en las oficinas. Quiso salvar su pellejo y dispar¨® al entrenador, el punto neur¨¢lgico del campe¨®n, la figura que provoca la cohesi¨®n interna del barcelonismo. Ibrahimovic ni siquiera llam¨® mal entrenador a Guardiola, sino que le despreci¨® con el calificativo de fil¨®sofo.
A Guardiola, un t¨¦cnico de momento local ante la universalidad de Mourinho, se le puede discutir como entrenador porque algunas de sus decisiones son opinables. Ayer, por ejemplo, prefiri¨® jugar con Abidal de central y Maxwell de lateral, seguramente para dar salida a la pelota desde la banda izquierda, cuando se supone que es m¨¢s fiable la pareja Puyol-Piqu¨¦ por m¨¢s problemas f¨ªsicos que tengan. A muchos les escuece todav¨ªa la falta de feeling que tuvo con Eto'o o la ruina que pueden suponer para el club operaciones como las de Ibrahimovic o Chigrinski. Hay muchas cosas de Guardiola que no gustan y se le pueden reprochar, m¨¢s all¨¢ de si sobreact¨²a o no ante la prensa.
No se puede dudar, sin embargo, de su filosof¨ªa futbol¨ªstica, de su capacidad para entender el juego ni de saber qu¨¦ le conviene al barcelonismo. Nadie ha interpretado mejor los silencios de Messi que Guardiola. El entrenador act¨²a en representaci¨®n de Vald¨¦s, de Xavi, de Iniesta, de Messi..., y los jugadores responden en la cancha, como ayer: Vald¨¦s par¨® un penalti, Xavi enhebr¨® el f¨²tbol cuando era preciso abrir el partido, Iniesta marc¨® un golazo y asisti¨® a Messi para que metiera el 0-1 nada m¨¢s empezar y Villa cerr¨® el marcador como exig¨ªa el gui¨®n para que la funci¨®n resultara perfecta para el Bar?a de Guardiola y, por extensi¨®n, de Messi.
A Ibrahimovic, ya en Mil¨¢n, le habr¨ªa venido bien escuchar a Villa en Santander porque habr¨ªa entendido los motivos de su desencuentro con Guardiola: "Quien no se acople a Messi no puede jugar en este equipo". Villa sabe de Messi por Xavi, por Iniesta, por Vald¨¦s. Ya quer¨ªa fichar el a?o pasado por el Bar?a para sustituir a Eto'o y la negativa del Valencia provoc¨® indirectamente la llegada de Ibra. Ahora a quien le toca aguardar es a Cesc, que tambi¨¦n entiende que encajar¨ªa porque naci¨® en La Mas¨ªa y viene jugando en la selecci¨®n.
Quien quiera jugar en el Bar?a deber¨¢ someterse a la ley de Messi, autor del gol n¨²mero 131 con su zamarra. Los misterios de La Pulga, inescrutables para Ibrahimovic y Maradona, son un libro abierto para Guardiola.
Mourinho, en cambio, acaba de empezar en el Madrid y es l¨®gico que a¨²n no haya dado con el equipo. Los madridistas no pasaron del empate en Mallorca en un partido muy abierto. Hay que ir muy atr¨¢s, hasta enero, para encontrar un d¨ªa en el que el Madrid se haya quedado a cero. Le falt¨® ser m¨¢s concreto ante el imbatible Aouate en una jornada inicial de signo visitante por cuanto respecta a los m¨¢s fuertes.
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