M¨¢s clases para los primeros de la clase
Educaci¨®n ultima un plan para reunir a los alumnos con mejores notas fuera del horario escolar para potenciar sus conocimientos - ?Se quedar¨¢n fuera chicos brillantes pero sin recursos?
Siempre se menciona el 30% de alumnos espa?oles que no logra el t¨ªtulo de la ESO, lo que se llama fracaso escolar. Pero ?qu¨¦ pasa con el 70% que s¨ª se grad¨²a? As¨ª como no todos los anteriores son torpes, inconscientes o desinteresados, tampoco entre los que sacan el t¨ªtulo podemos hablar de alumnos sobresalientes.
Hay, en ambos grupos, de todo. Pero los esfuerzos y los recursos siempre se han destinado a los alumnos que ten¨ªan m¨¢s dificultades mientras que el resto ha permanecido como una masa informe a la que se ha dedicado una atenci¨®n m¨¢s bien escasa. Con aprobar cumpl¨ªan. ?C¨®mo puede as¨ª formar un pa¨ªs profesionales de excelencia, m¨¦dicos brillantes, cient¨ªficos laureados, jueces de altura y, porque viene al caso, maestros excelentes? Con dificultad.
Hay expertos que piden respetar la diversidad que existe en las aulas
No se puede ense?ar hablando a todos igual ni con el mismo examen
El sistema trata de integrar a los que menos saben, no a los m¨¢s capaces
La ley del m¨ªnimo esfuerzo se traslada a la Universidad
Hay demasiados alumnos con malos resultados y pocos en lo m¨¢s brillante
Existen dudas sobre qui¨¦n debe realizar la selecci¨®n de los mejores
Las ¨²ltimas leyes educativas s¨ª mencionan ya de forma expl¨ªcita la atenci¨®n especial a estos alumnos cuyo talento podr¨ªa estirarse m¨¢s all¨¢ de lo que proporciona la escuela o la universidad. Pero en la pr¨¢ctica apenas hay todav¨ªa alg¨²n pu?ado de experiencias, con m¨¢s o menos ¨¦xito, desperdigadas por ah¨ª.
El Ministerio de Educaci¨®n ultima un plan con las comunidades aut¨®nomas para que, ya en enero, algunos alumnos destacados en cierta materia, un pu?ado seleccionado en cada instituto, pueda incorporarse a proyectos fuera de las aulas que potencien sus capacidades, algo parecido a lo que se viene haciendo, tambi¨¦n fuera del horario escolar, con los alumnos que flojean. "No es contradictorio actuar con unos y con otros a la vez, con los que tienen dificultades y con los que destacan", afirma el secretario general de Formaci¨®n Profesional del ministerio, Miguel Soler.
Dicho as¨ª parece l¨®gico, incluso f¨¢cil, pero hay voces que atisban peligros, porque ?qui¨¦n selecciona a estos alumnos? ?Basta con el expediente acad¨¦mico? Dada la estrecha relaci¨®n que hay en Espa?a entre el nivel socioecon¨®mico y cultural de las familias y los resultados acad¨¦micos de sus hijos, ?no ser¨¢n estas clases las que se beneficien de los apoyos previstos? ?Se quedar¨¢n fuera alumnos brillantes a los que les falte informaci¨®n o cuyos expedientes est¨¦n lastrados por la falta de libros en las estanter¨ªas de sus casas desde que nacieron?
"La idea es que sean los profesores los que propongan a los chicos. Estos programas ser¨¢n gratis, para que entren tambi¨¦n aquellos que no tienen tanto dinero, porque las familias acomodadas ya suelen apuntar a sus hijos a actividades extraescolares, idiomas... Se tendr¨¢ en cuenta el expediente, pero tambi¨¦n el inter¨¦s, la motivaci¨®n. Y adem¨¢s no es solo para los que sacan sobresaliente en todo, tambi¨¦n para el que destaca en algo en particular", aclara Miguel Soler.
"El peligro de que se produzca ese sesgo entre el alumnado es lo que ha retardado durante a?os el apoyo a la excelencia acad¨¦mica. Lo grave ser¨ªa formar estos grupos en tercero de Secundaria, porque entonces s¨ª estar¨ªamos segregando entre los mejores y los peores dentro de la escuela", a?ade Soler.
En el instituto La Sisla, de Sonseca (Toledo), donde acaba de jubilarse el profesor Francisco Caballero, se ofreci¨® a los alumnos hacer el curso con ciertas asignaturas en ingl¨¦s. "Entraban por la nota de su expediente, y s¨ª, desgraciadamente, el grueso pertenec¨ªa a familias de mayor altura intelectual y econ¨®mica", dice.
A Caballero le parece casi "imposible" revertir esa situaci¨®n, pero, a pesar de ello, cree que la necesidad de dar una salida con refuerzos a los alumnos brillantes que as¨ª lo demandan es perentoria. "Con gastar la mitad de la mitad de lo que se dedica a los programas de apoyo para los que van peor, ser¨ªa suficiente", sostiene.
Sobre la selecci¨®n del alumnado para participar en estos programas de excelencia tiene sus dudas Alejandro Tiana, que fue secretario general de Educaci¨®n en la legislatura pasada: "No solo el docente debe participar en eso, porque puede producirse el llamado efecto Pigmali¨®n. Debe haber un contraste externo", se?ala.
Pero Tiana s¨ª est¨¢ convencido de la necesidad de impulsar la excelencia: "En los pa¨ªses germ¨¢nicos, donde ya separan a los chicos a edades m¨¢s tempranas atendiendo a sus capacidades, quiz¨¢ no sea necesario, pero en Espa?a, que ha optado por un sistema comprehensivo, donde se busca que todos alcancen un m¨ªnimo com¨²n, s¨ª caben estos refuerzos extra", a?ade.
Pero Tiana s¨ª cree en el peligro de que, si algo falla, se rompa la equidad que tanto tiempo le ha costado conseguir a Espa?a, y que es el indicador donde el pa¨ªs muestra sus mejores resultados en las comparaciones internacionales. Y no siempre se hacen las cosas perfectas: en Espa?a tradicionalmente existe la posibilidad de que un alumno destacado pueda saltarse un curso entero y pasar al siguiente. Pues bien, de esta posibilidad casi siempre se han beneficiado los hijos de los maestros, quiz¨¢ por una simple cuesti¨®n de informaci¨®n privilegiada.
En todo caso, los an¨¢lisis internacionales detectan para Espa?a el doble problema: demasiados alumnos con malos resultados, demasiados pocos en lo m¨¢s brillante de la tabla. A la izquierda y a la derecha, ya todos reconocen que no hay que desatender a los alumnos m¨¢s capaces. Pero, como siempre, se discrepa en el m¨¦todo.
Y es una antigua discusi¨®n que a la experta en Psicolog¨ªa de la Educaci¨®n Elena Mart¨ªn ya empieza a cansarle. O como se suele decir, ya le duele la boca de explicar que "esto no es una cuesti¨®n de excelentes ni de torpes, sino de diversidad, una diversidad de alumnado que, adem¨¢s, ha de atenderse en la escuela, no fuera de ella. Eso es la atenci¨®n a la diversidad, no solo dedicar esfuerzos a los que tienen m¨¢s dificultades, sino tratar de sacar de todos lo mejor que puedan dar. Y no haber entendido esto es no haber entendido nada".
Para ello se necesitar¨ªan maestros excepcionales, que prestaran una exquisita atenci¨®n a los que quedan rezagados, pero tambi¨¦n que sepan encauzar el hambre acad¨¦mica que muestran otros, m¨¢s all¨¢ del programa escolar previsto.
"Esto requiere recursos, claro, no es f¨¢cil hacerlo con una clase donde haya 30 alumnos, pero tambi¨¦n es cierto que hay pa¨ªses donde el n¨²mero de asistentes del profesor es casi tan alto como el de profesores". "Hay que darle mucha formaci¨®n al profesorado y romper los t¨®picos de que todos somos iguales. No se puede ense?ar hablando a todos los alumnos igual, ni poniendo las mismas actividades, ni los mismos ex¨¢menes. No entienden nada quienes dicen que defendemos un modelo uniformizador", a?ade Mart¨ªn. Y pone un ejemplo esclarecedor: "Si un padre educa a todos sus hijos por igual se estrellar¨¢ con alguno".
La meta es lo com¨²n, lo espec¨ªfico debe ser el camino. Esa es la teor¨ªa de los que defienden la diversidad, tambi¨¦n como una manera de potenciar la excelencia. En esa misma l¨ªnea se mueve el catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad de Salamanca Mariano Fern¨¢ndez Enguita. "El problema no es de excelencia, sino de diversificaci¨®n al alza. El sistema educativo espa?ol ha asumido la idea de integrar a los alumnos con menos capacidades, menor disposici¨®n, pero no hace otro tanto con los que tienen capacidades especiales o superiores. La mejor prueba de ello es la vida mortecina del decreto sobre alumnos con altas capacidades o sobredotaci¨®n".
Como Elena Mart¨ªn, el catedr¨¢tico Enguita tambi¨¦n observa la incapacidad de la escuela para llevar a cabo esta tarea: "Es una instituci¨®n donde se ofrecen los mismo horarios, temarios, textos, actividades. Al que no llega lo estiran hasta que no soporta el dolor y al que sobresale le cortan los pies y la cabeza", explica de una manera gr¨¢fica. "De hecho, la mayor parte de los refuerzos o ampliaciones que se ofrece a los alumnos se hace fuera de la instituci¨®n, sin ella o contra ella, raras veces con ella", lamenta.
Y cree Enguita, por cerrar el cap¨ªtulo escolar, que "es dif¨ªcil, por no decir constitutivamente imposible, lograr la excelencia entre los alumnos cuando se yugula entre los profesores, y eso es lo que se consigue con la pol¨ªtica del caf¨¦ para todos en primaria y secundaria y con la endogamia y la llamada promoci¨®n interna en la universidad".
Vayamos, pues, a la universidad, donde ya encontramos alumnos que pueden volar solos, reivindicar m¨¢s posibilidades.
Alejandro Tiana se?ala que es m¨¢s acertado intervenir en la excelencia, sin miedo a equivocarse, a edades en las que ya se han diluido en el alumno los efectos de origen social -que son, sobre todo, preuniversitarias-. Aunque todo ello depende de lo que se exija a los alumnos en la universidad, porque muchos pueden llevar ya puestas las ventajas que le aportaron desde el comienzo de su educaci¨®n su clase social.
Hay algunos ejemplos de intervenci¨®n en los estudios superiores, por ejemplo en la Comunidad de Madrid, donde desde el curso 2002/2003 se ofrecen becas de excelencia, este a?o con un presupuesto de 6,7 millones de euros que permitir¨¢ al alumno disponer de 4.500 euros.
Este proyecto se descarga por completo sobre el expediente acad¨¦mico del alumno. Se exige una nota media de 12,70 puntos, del total de 14 en que ahora se cuentan las calificaciones de la Selectividad, o sea, un 9 sobre 10 siguiendo el sistema anterior. Para los de FP se exige un 11,4. Es, desde luego, una forma de premiar a los m¨¢s brillantes, as¨ª definidos por las calificaciones acad¨¦micas.
En la Comunidad Valenciana arranca este a?o una experiencia que tambi¨¦n quiere primar la excelencia, basada tambi¨¦n en el expediente acad¨¦mico y en los conocimientos de ingl¨¦s. Los alumnos que cumplan estos requisitos podr¨¢n optar a recibir en ingl¨¦s el 50% de las materias troncales en los dos primeros cursos de la carrera.
Estos estudiantes "tendr¨¢n puntos extra para las becas Erasmus, por ejemplo. Y tambi¨¦n pretende ser un incentivo para los profesores, que habr¨¢n de acreditar sexenios de investigaci¨®n. Los docentes podr¨¢n observar qui¨¦nes pueden ser sus mejores futuros investigadores", explica la secretaria auton¨®mica de Universidad y Ciencia, Mar¨ªa Amparo Camarero.
La universidad es, en opini¨®n, de Enguita, un ¨¢mbito que favorece un trabajo m¨¢s aut¨®nomo y variado que permite al estudiante, por tanto, "tener m¨¢s oportunidades de desplegar y ver reconocidas sus oportunidades, a la vez que pueden ir incorpor¨¢ndose a actividades de investigaci¨®n...".
Pero se queja Enguita de la obcecaci¨®n por ir a la universidad de todo aquel que consigue acabar el bachillerato, por lo que, "un alto porcentaje de alumnos trasladan a las aulas universitarias una presi¨®n a la baja al optar por la l¨ªnea del m¨ªnimo esfuerzo, acogida por profesores que se adaptan porque prefieren el m¨ªnimo conflicto".
![El sistema educativo hace un esfuerzo con los alumnos que obtienen peores resultados, pero no con los mejores.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/2CI3FWZYJTRBBKD5H7DKXTNU34.jpg?auth=87825ff69a3dca6804b74976c9bf61530eb122a762dfc4c1d9a21eebcc303540&width=414)
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