Hundimiento
Espa?a despilfarra 18 puntos de ventaja ante Lituania en un horrible tramo final y se complica la vida porque ahora puede que se encuentre con Estados Unidos en cuartos
La nave zozobra. La selecci¨®n espa?ola perdi¨® un partido ante Lituania que ten¨ªa en el bolsillo porque dominaba por 18 puntos a 14 minutos para el final. La derrota le complica de forma extraordinaria la vida, puesto que vuelve a cobrar fuerza la posibilidad de que se enfrente antes de lo previsto a Estados Unidos. El peligro ahora es que se encuentre con los virtuosos de la NBA en los cuartos de final. M¨¢s all¨¢ de eso, lo peor fue la sensaci¨®n de desastre, de ca¨ªda en el abismo que depar¨®. El desplome fue rotundo. Ya hab¨ªa dado indicios de su tendencia a los cortocircuitos tanto en los d¨ªas previos como durante el desarrollo del propio partido ante Lituania.
Lo peor es que no supo aprovechar sus buenos momentos para remachar. Fue incapaz de hacer valer las buenas dosis de baloncesto que se esperan del talento de sus jugadores. Navarro enganch¨® buenas rachas, Rudy desparram¨® su intensidad f¨ªsica y atl¨¦tica con una inesperada explosi¨®n en su capacidad reboteadora, Marc Gasol ense?¨® la vara de mando bajo los aros en alg¨²n momento y Garbajosa volvi¨® a mostrar la fineza de su mu?eca. No era escaso el recuento de s¨ªntomas saludables, pero junto a ellos se amontonaron los defectos que los hicieron absolutamente in¨²tiles y acabaron llevando a esos mismos jugadores a inesperados s¨ªntomas de impotencia y desesperaci¨®n. Superados tanto por el l¨ªder de la selecci¨®n lituana, Kleiza, como por la l¨ªnea de tiradores formada por Kalnietis, Maciulis y Pocius.
Los de Scariolo volvieron a ser inferiores en los rebotes a sus rivales
M¨¢s preocupantes todav¨ªa son sus s¨²bitas bajadas de tensi¨®n competitiva
Entre esos defectos, los peores son su contumaz incapacidad para completar un balance siquiera reconfortante en el casillero de los rebotes. Volvi¨® a ser inferior a su rival, esta vez con diez menos. M¨¢s preocupante fueron a¨²n sus s¨²bitas bajadas de tensi¨®n competitiva, primero puntuales y en los ¨²ltimos 14 minutos absolutas. Anot¨® en ellos 14 puntos por 33 su rival. Desperdici¨® los 18 puntos que se hab¨ªa cobrado antes. Un despilfarro.
El equipo espa?ol, como en cada uno de sus partidos, tom¨® carrerilla y se mostr¨® muy capaz de desarbolar a un adversario hist¨®ricamente elegante y tendente al virtuosismo como Lituania. Con las l¨ªneas muy abiertas y sin excesivas trabas para correr en las transiciones, Espa?a se puso las botas. Anot¨® triples con la soltura propia, por ejemplo, de los lituanos de otras ¨¦pocas y lleg¨® a menudo con tal superioridad en la creaci¨®n de espacios que no le hizo falta acudir a la l¨ªnea de tiros libres para abrir una brecha apreciable (26-11) poco despu¨¦s de ponerse en juego el segundo cuarto.
Los lituanos reaccionaron con una defensa m¨¢s agresiva y con mayor presi¨®n sobre el inicio de la jugada por el equipo espa?ol. En esas, adem¨¢s, Scariolo estaba en plena fase de rotaciones, con la segunda unidad en la cancha y los titulares abanic¨¢ndose en el banquillo. No se trata de estigmatizar a unos u otros. El caso es que, en el traj¨ªn, el equipo pierde fuelle. Y puede hacerlo de forma s¨²bita. Los lituanos empezaron a encontrarse m¨¢s c¨®modos subiendo sus l¨ªneas defensivas. Y, como si una cosa llevara a la otra, empezaron a anotar triples al mismo tiempo que Kleiza desatasc¨® su cuenta anotadora.
La din¨¢mica del juego cambi¨® en un abrir y cerrar de ojos. Espa?a se pas¨® cinco minutos sin anotar m¨¢s que dos tiros libres de Navarro mientras que iba encajando puntos hasta ver reducida su cuenta hasta tres (38-35). El tercer cuarto no fue sino una repetici¨®n menos acentuada del vaiv¨¦n. Espa?a volvi¨® a jugar muy bien durante varios minutos y ampli¨® la brecha hasta los 18 (61-43). Con el segundo equipo en danza y esta vez s¨ª m¨¢s n¨ªtidamente responsable del nuevo apag¨®n, el marcador volvi¨® a estrecharse hasta la m¨ªnima (64-63) a solo seis minutos del final. En nueve minutos, Espa?a solo pudo anotar un triple de Llull. Los lituanos acabaron ech¨¢ndose a su yugular y empataron a 66 con un triple de Pocius. Ese espacio de tiempo fue horrendo para el equipo espa?ol y el ¨²ltimo tramo no fue mucho mejor, actuando ya con una apreciable desesperaci¨®n.
Hac¨ªa tiempo que el campe¨®n mundial y europeo no daba una sensaci¨®n de vulnerabilidad tan acusada, con excepci¨®n del desastroso arranque el a?o pasado en Polonia. Ante Lituania se hinch¨® a perder balones en los momentos decisivos, se hizo un l¨ªo constante en el ataque y no supo c¨®mo frenar las embestidas ofensivas de sus contrincantes. Fue un hundimiento en toda regla.
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