Las primarias como problema y oportunidad
Los socialistas madrile?os resolver¨¢n en primarias el problema de liderazgo para enfrentar a la derecha. Independientemente de c¨®mo se ha desarrollado el proceso -no exento de injerencias poco est¨¦ticas de la direcci¨®n nacional-, acudir a un proceso de primarias no era s¨®lo inevitable, sino tambi¨¦n la mejor manera de convertir un problema en una oportunidad.
La izquierda tiene, y no solo en Madrid, un serio problema a la hora de escoger sus candidatos. La derecha resuelve estos problemas verticalmente y ello no le supone ning¨²n coste en t¨¦rminos de opini¨®n, porque su electorado asume acr¨ªticamente el principio de autoridad. Para la izquierda las cosas son distintas. Pasados los tiempos del partido fuertemente disciplinado y jerarquizado, los militantes sienten cada vez m¨¢s como propias las demandas de transparencia de las sociedades modernas. Saben que uno de los impedimentos para lograr la implicaci¨®n de la ciudadan¨ªa es la opacidad de los partidos. Y entienden que para convertirse en el referente pol¨ªtico de los ciudadanos activos no s¨®lo deben participar de su activismo, sino que han de abrir puertas y ventanas para ver y ser vistos desde fuera.
Las elecciones primarias no son el ¨²nico procedimiento de decisi¨®n de liderazgos, pero son el que m¨¢s se parece a la transparencia que la ciudadan¨ªa reclama. El debate entre candidatos desata din¨¢micas internas y externas al partido que concitan la atenci¨®n del p¨²blico y llevan no s¨®lo a los militantes, sino tambi¨¦n a los simpatizantes y ciudadanos activos, a considerar sus opciones en funci¨®n del supremo inter¨¦s de hacer avanzar a la izquierda. Esto exige, que el proceso sea abierto a la ciudadan¨ªa y se pongan empe?o y medios para movilizar voluntades, del modo capilar en que hoy d¨ªa pueden hacerse estas cosas: involucrando foros ciudadanos y redes virtuales. En este sentido hablamos de primarias como oportunidad.
Ahora bien, ser¨ªa suicida ignorar los problemas que se pueden derivar de una aplicaci¨®n mec¨¢nica o poco meditada de este proceso. Los socialistas franceses han tenido un calvario con este asunto hasta que, tras una elecci¨®n ajustad¨ªsima de su l¨ªder, parece que empiezan a recoger sus frutos. Las primarias entre Almunia y Borrell, que suelen presentarse como fracaso, deber¨ªan verse como oportunidad, ya que supuso la demostraci¨®n f¨¢ctica de vitalidad y capacidad de renovaci¨®n del partido. E invirtieron la tendencia decadente del PSOE y pudo haber llegado muy lejos. Lo que fracas¨® all¨ª fue la gesti¨®n de la bicefalia resultante, el punto d¨¦bil de este asunto. Algo que, cuando el candidato electo no cuenta con apoyo del aparato, s¨®lo puede afrontarse con audacia. Cuando esto ocurre s¨®lo un congreso extraordinario puede resolverlo. En todo caso, la apuesta de las primarias s¨®lo ser¨¢ cre¨ªble si se incorpora como m¨¦todo estatutario de selecci¨®n del cartel electoral y no como ¨²ltimo recurso para las situaciones de crisis.
En la ciudad de Valencia, la necesidad de un proceso participativo de este tipo es mayor que en Madrid. Si no logramos desatar una din¨¢mica esperanzadora, una repetici¨®n de la victoria conservadora tendr¨¢ consecuencias deprimentes y lesivas para la democracia, dado el nivel de corrupci¨®n e incompetencia de nuestros gobernantes. La encomiable labor del grupo municipal sigue falta de la visibilidad y el empuje preciso. Habr¨¢ que examinar a fondo luego, si el partido podr¨ªa haber hecho algo m¨¢s por respaldar esa labor con un mayor compromiso ciudadano y un funcionamiento m¨¢s sensible al p¨¢lpito de la militancia. Lo que ahora est¨¢ en juego es la legitimaci¨®n de una alternativa que tiene que ser visualizada como una opci¨®n de los ciudadanos. Eso pasa por un proceso de primarias en el que Carmen Alborch pueda medir el apoyo de la militancia y los ciudadanos de izquierda en nuestra ciudad y, si es el caso, compita por plasmar en una candidatura el compromiso de librar a Valencia del dominio conservador.
Firman tambi¨¦n Berta Chulvi, Isamel Serralbo, Marisa Bou, Carles Luzuriaga, Carmen Garc¨ªa-Monerris, M? Jos¨¦ Gonz¨¢lez y Pepe S¨¢nchez, militantes del PSPV en Valencia
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