La transformaci¨®n de Anton
Beneficiado por el trazado, el vizca¨ªno sigue el m¨¦todo de Contador para intentar ganar
La misma distancia que separa a la Vuelta del Tour, se puede decir, es la que separa a Igor Anton de Alberto Contador, o as¨ª. As¨ª que, tambi¨¦n se puede decir, la Vuelta 2010, la del 75? aniversario, ya tiene due?o, o as¨ª. Como Contador, de todas maneras, se est¨¢ comportando estos d¨ªas el ciclista de Galdakao, quien, beneficiado por un trazado variado y de media monta?a, luce del chico de Pinto la misma tendencia a dejarse llevar libremente por un impulso de ataque irresistible en cuanto la carretera se empina, la misma necesidad de tirar de su equipo en todo momento, el mismo esp¨ªritu, la misma capacidad e instinto ganador, la ambici¨®n. Se lo demostr¨® al propio Contador derrot¨¢ndolo en el mano a mano en que se convirti¨® la subida al Morredero en abril, en la Vuelta a Castilla y Le¨®n. Lo demostr¨® en esta Vuelta en la contrarreloj por equipos, esprintando como un descosido a orillas del Guadalquivir, arrastrando ¨¦l, menudo escalador de piernas de acero, a sus compa?eros, la mayor¨ªa tiarrones m¨¢s grandes, como si los llevara atados con una soga a su sill¨ªn. Atac¨®, y abri¨® hueco, y consigui¨® 28s de bonificaciones en total, en las dos llegadas, M¨¢laga y Valdepe?as de Ja¨¦n, de duro repecho. Y su equipo, el Euskaltel, que lo toma en serio, que sus jefes, Madariaga, Igor Galdeano, saben que pueden ganar con ¨¦l su primera grande, le acompa?aron ayer poniendo en funcionamiento otro ep¨ªgrafe del m¨¦todo Contador. Como el chico de Pinto aconsejaba en el Tour a sus amigos escaladores, Hern¨¢ndez, Navarro, De la Fuente, Tiralongo, que levantaran el pie en los kil¨®metros finales de las etapas llanas para no desperdiciar fuerzas cara al viento y contra el estr¨¦s de los l¨¢tigos, as¨ª hicieron ayer en el Euskaltel con los min¨²sculos Txurruka e Intxausti. Mientras, decidido, acompa?ado por su guardaespaldas en el pelot¨®n, Egoi Mart¨ªnez, en el momento en que un cambio de viento puso nerviosos a todos, Anton, de 27 a?os, puso en cabeza su maillot verde, mostr¨® que ya no teme ni al viento.
Otras virtudes propias de Contador, referentes a la mentales sobre todo, a la dureza mental, claro, a¨²n tiene que demostrarlas Anton, quien, dicen algunos, no tiene alma de hombre de tres semanas, capacidad de resistir el desgaste, la tensi¨®n, de no tener deseos irresistibles, como aquel Gorospe al que derritieron entre Fignon e Hinault en Serranillos en el 83, de quitarse de encima la responsabilidad de tener que ganar. Otros que tambi¨¦n le conocen dicen, sin embargo, que Anton ha cambiado, que la ca¨ªda en la que se rompi¨® la cadera en la Vuelta de 2008, que las circunstancias familiares y personales, le han templado, endurecido, que no ser¨¢ nunca m¨¢s el pusil¨¢nime que se derriti¨® en las etapas llanas del Tour 2007, su peor recuerdo.
"Anton llegar¨¢ a la contrarreloj con tres minutos", pronostica Eusebio Unzue, director del Caisse d'?pargne. "Y ganar¨¢ la Vuelta tras un mano a mano con Nibali".
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