La felicidad
Igual la crisis nos hace el favor de ahorrarnos este a?o la recurrente matraca del s¨ªndrome posvacacional, esa emoci¨®n negativa de ira y estr¨¦s, ya que quienes sigan teniendo trabajo tras las vacaciones van a estar tan felices que hasta olvidar¨¢n lo duro que es volver.
De felicidad se ha hablado mucho desde los Mundiales y dec¨ªan que Casillas hab¨ªa hecho venturosas al 40% de las espa?olas, a saber porqu¨¦. Para profundizar en esta "mentirosa y criminal ilusi¨®n" que cada cual entiende a su manera y en la que no hay un territorio com¨²n, puedes pasearte por Russell, Savater o Confucio. La ciencia (Luis Rojas Marcos) asegura que el 40% de la felicidad depende de los genes, y ciertas encuestas la relacionan con la edad. Un macroestudio en EE UU (donde la felicidad es derecho constitucional) ofrece curiosos resultados: ellos son m¨¢s felices a partir de los 55 a?os y ellas entre los 25 y los 39 (?hay qui¨¦n se lo crea?). Otra conclusi¨®n ex¨®tica indica que el de Nigeria encabeza el ranking de pueblos dichosos, reafirmando a Kant cuando asegura que ¨¦ste no es un ideal de la raz¨®n sino de la imaginaci¨®n.
Sesudos art¨ªculos y suplementos dominicales. El tema est¨¢ de moda en sociedades que se creyeron merecedoras de su opulencia y que ahora se sienten desgraciadas en la relativa austeridad. Hasta la Fundaci¨®n Hugo Z¨¢rate de Valencia, tan dedicada a los asuntos ciudadanos y sociales, ha convocado su concurso literario sobre la felicidad. Los libros de autoayuda (que al parecer necesitas m¨¢s si tienes hijos que si no, esto s¨ª se comprende) reverberan citas y explicaciones sobre las endorfinas, las ondas alfa, la serotonina y la dopamina. Se declinan verbos: tener, no tener, desear, amar, servir... Pero, ni siquiera Grouxo Marx explica c¨®mo puede darnos dicha un zumo o una empresa de gas: esa clave la poseen s¨®lo los inventores de anuncios. Si buscas en Internet, junto a las filosof¨ªas de andar por casa te asaltan en banner ofertas de descargas gratis, cuentas Euribor o vuelos a 20 euros que te convertir¨¢n en la persona m¨¢s afortunada del mundo. Y pegada a la admonici¨®n beat¨ªfica de "conformarse, no esperar demasiado, hacer felices a los dem¨¢s", esta publicidad: "Lo que los ricos conocen y nunca ense?an a nadie. Solucione para siempre su problema de dinero".
Loquillo, para ser feliz, necesitaba un cami¨®n. Cierto peri¨®dico ha estado aplicando el feliz¨®metro a gentes diversas con diversos resultados: uno quiere vivir el presente, las peque?as cosas, otra dice que las personas felices son aburridas... cada cual aporta sus man¨ªas y sue?os. Pero quien m¨¢s me ha llamado la atenci¨®n ha sido el subvencionado negociante Adolfo Dom¨ªnguez. En la p¨¢gina de Sociedad se derrite con las recetas ¨¦ticas de Epicuro y S¨¦neca. Y en la de Econom¨ªa exige despido a¨²n m¨¢s libre y una rebaja de los sueldos, como es sabido escandalosamente elevados.
En fin, feliz retorno a la m¨¢quina de fichar. Y que el futuro nos sea leve.
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