Retrato de un autor ir¨®nico

Martin Parr (Epsom, Reino Unido, 1952), fot¨®grafo de la prestigiosa agencia Magnum desde 1994, es directo y confiesa que no distingue entre su trabajo y su tiempo libre, porque la fotograf¨ªa le apasiona. Por eso no le gusta destacar ninguno de los 50 libros que ha publicado ni rememorar alguna instant¨¢nea especial. "Aislar un solo proyecto individual ser¨ªa absurdo. El trabajo de una vida es todo uno. Como si fuera una ¨²nica fotograf¨ªa", remarca.

Parr, de hecho, lleva su profesionalidad hasta el extremo de imponer d¨®nde y en qu¨¦ postura deb¨ªa retratarle el fot¨®grafo de EL PA?S, desechando en un principio la opci¨®n que se le propon¨ªa. Finalmente, acept¨® posar como este le hab¨ªa sugerido, pero sus gestos de desaprobaci¨®n no terminaron de desaparecer en toda la sesi¨®n.

"El buen profesional debe de conectar con las personas y las situaciones"

En los a?os setenta desech¨® el blanco y negro y no lo ha vuelto a utilizar

Es la primera vez que Parr pisa Getxo y ver su obra Luxury -una serie de instant¨¢neas con detalles opulentos recabada en fiestas internacionales durante cuatro a?os- ampliada en las calles de Algorta en el marco de Getxophoto le agrada. "En Inglaterra no se toma la fotograf¨ªa tan seriamente como lo hacen en Espa?a o Francia. Aqu¨ª hay una cultura fotogr¨¢fica activa. No es tan importante como la alemana, pero siempre saca algo bueno".

No cree que la crisis haya cambiado la lectura del trabajo que expone en Getxo. "Supongo que la forma de mirarlo s¨ª", concede. No tuvo problemas para completar su proyecto. "En esos eventos se espera que haya fot¨®grafos", explica.

El multipremiado profesional -obtuvo en 2008 el galard¨®n Baumer Mercier en PhotoEspa?a en reconocimiento a su contribuci¨®n a la fotograf¨ªa contempor¨¢nea- Parr, que combina su labor fotogr¨¢fica con la docente en la Universidad de Gales, se?ala que el buen fot¨®grafo debe "estar obsesionado con su trabajo, ser constante y tener la habilidad para conectar con las situaciones y las personas". Coincide con quienes sit¨²an su trabajo en el campo de la sociolog¨ªa y est¨¢ convencido de que los grandes problemas del mundo occidental no son externos, sino que los genera el propio ser humano. "Estamos pagando el precio de nuestra codicia", asegura con vehemencia.

En los a?os setenta abandon¨® para siempre la fotograf¨ªa en blanco y negro por las posibilidades que descubri¨® en el color.

Se le ilumina la cara cuando habla de su pr¨®xima participaci¨®n en la Brighton Photo Biennal que se celebrar¨¢ a principios de octubre y la exhibici¨®n de su obra sobre la fuerte carga industrial de la ciudad inglesa de Birmingham, en su d¨ªa considerada la f¨¢brica del mundo por ser el motor de la Revoluci¨®n Industrial en Gran Breta?a.

Impregna de iron¨ªa su trabajo porque la "¨²nica forma de hacer fotograf¨ªa seria es entretener" a la gente. "Si pretendes hacer algo serio, la gente se interesa menos todav¨ªa", sostiene. ?l hered¨® la pasi¨®n por la fotograf¨ªa de su abuelo, George Parr.

?Han mejorado o empeorado las nuevas tecnolog¨ªas el trabajo de los fot¨®grafos? "Ofrecen herramientas fant¨¢sticas porque se consigue m¨¢s audiencia y crear tus propios espacios en Internet donde exhibir el trabajo".