El camino de Rothko a la oscuridad
Ensayo. El t¨ªtulo y subt¨ªtulo dejan claros de qu¨¦ trata este libro, sugieren su naturaleza y las condiciones en que hay que leerlo. Se trata de una aproximaci¨®n filos¨®fica a la dimensi¨®n est¨¦tico-religiosa de la obra de Rothko (de 1939/1940 en adelante), privilegiado ejemplo de pintor expresamente religioso y filos¨®fico. No son ep¨ªgrafes rebuscados, como no lo es el libro, son objetivos, como el libro, que trata de muchas m¨¢s cosas pero, efectivamente, del sacrificio -tanto del ritual de los mitos y religiones como del personal del yo- como comienzo de toda experiencia creadora; y de la emoci¨®n est¨¦tica que, en ese supuesto, esta experiencia conlleva en el artista y que se transmite tambi¨¦n al contemplador como emoci¨®n religiosa. "La gente que llora ante mis cuadros tiene la misma experiencia religiosa que yo tuve cuando los pint¨¦".
Sacrificio y creaci¨®n en la pintura de Rothko. La v¨ªa est¨¦tica de la emoci¨®n religiosa
Amador Vega Esquerra
Siruela. Madrid, 2010
138 p¨¢ginas. 19,95 euros
?Experiencia religiosa la est¨¦tica? Expresi¨®n de "alg¨²n impulso religioso oculto y profundo", dice Rothko, para quien, de todos modos, el arte no representa nada ni proporciona idea alguna de c¨®mo entender lo que se llama misterio o invisible. Es "expresi¨®n de una expresi¨®n", simplemente, una expresi¨®n casi imposible porque "la representaci¨®n de la que proviene es inasible". S¨®lo expresa emociones b¨¢sicas de la existencia en las que no aparece ni ha de aparecer el yo. Una especie de "teogon¨ªa de la conciencia elemental", a la que Rothko llamaba tambi¨¦n "abstracci¨®n emocional". En ese sentido este libro insiste en destacar b¨¢sicamente la v¨ªa emocional como centro de la experiencia art¨ªstica.
La conjunci¨®n de lo visible e invisible, de luz y oscuridad, Pers¨¦fone misma dir¨ªamos, condujo a Rothko a una abstracci¨®n que fue eliminando cualquier mediaci¨®n figurativa para ir aproxim¨¢ndose a una v¨ªa de representaci¨®n -puro color y forma de color- de lo que queda m¨¢s all¨¢ de toda apariencia. Lo que queda m¨¢s all¨¢ de toda apariencia es la apariencia de la abstracci¨®n misma. No se puede decir de otro modo. Se trata de algo muy cercano a ciertas concepciones de la teolog¨ªa negativa. Abstracci¨®n de la abstracci¨®n misma, donde la imagen esencial (inasible) de esa originaria abstracci¨®n misma Rothko la denomina Dios. No es extra?o entonces que contin¨²e: "En caso de que lleg¨¢ramos a conocer la apariencia de la abstracci¨®n misma estar¨ªamos constantemente reproduciendo s¨®lo su imagen".
Parece que Rothko lo consiguiera de alg¨²n modo y que sus sectionals fueran, por tanto, reproducciones insistentes del mismo rostro oscuro de Dios. En cualquier caso la repetici¨®n es el ¨²nico camino posible en ese proceder contemplativo: rodadas del c¨ªrculo de asimilaci¨®n progresiva de la experiencia de lo tremendum et fascinans.
El libro va mostrando as¨ª c¨®mo la experiencia est¨¦tica y la religiosa van de la mano: ambas nacen de una misma actitud nihilista ante el mundo, que es la actitud m¨ªstica. Ya desde su primer gran libro, Zen, m¨ªstica y abstracci¨®n (Trotta, 2002), cuyo ¨²ltimo cap¨ªtulo contin¨²a ¨¦ste, el profesor Vega Esquerra intenta comprender el nihilismo a trav¨¦s de la meditaci¨®n zen, la m¨ªstica cristiana y el arte abstracto moderno. En este contexto hay que entender este ensayo, que, en busca de objetividad en lo oscuro, va haciendo una lectura paralela de la obra pict¨®rica de Rothko y de su obra escrita, recientemente publicada: Philosophies of Art (2004) y Writings on Art (2006). As¨ª, el camino de Rothko a la oscuridad, desde 1939/1940 hasta su oscurecimiento definitivo en 1970, se convierte en manos del profesor Vega en una experiencia l¨²cida. Para entender menos emocionalmente la abstracci¨®n emocional de Rothko, digamos, o para entender objetivamente las emociones que despierta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.