La pesadilla de John Lurie
Aquejado de una rara enfermedad, el m¨²sico, pintor y actor se ve obligado a esconderse por el acoso de un antiguo amigo
Se rumoreaba en el mundillo del arte visual, donde ahora se desenvuelve John Lurie: que el fundador de los Lounge Lizards vive escondido, v¨ªctima del seguimiento obsesivo de alguien que se sol¨ªa presentar como su mejor amigo. Lo revel¨® incluso el pasado a?o, en una entrevista con EL PA?S, realizada con motivo de la salida de su libro A fine example of art. Comentaba entonces: "Estoy huyendo. Una historia incre¨ªble. Un tipo, conocido, que intent¨® suicidarse y al que ayud¨¦, y que ahora quiere matarme. Un loco. La polic¨ªa me dijo que me fuera una temporada de Nueva York. El acoso ha sido terror¨ªfico".
El desagradable asunto se ha hecho de conocimiento p¨²blico tras un minucioso reportaje publicado en la revista The New Yorker bajo el t¨ªtulo de Sleeping with wea-pons (Durmiendo con armas). El texto no ha gustado a Lurie ni a su c¨ªrculo. El acosador, John Perry, aprovecha para hacer publicidad de sus cuadros y presentar el conflicto como responsabilidad de un Lurie arrogante e ingrato.
Sab¨ªamos que Lurie (Minnea-polis, 1952) es un hombre quisquilloso, que tolera mal las intromisiones en su quehacer art¨ªstico. Hace a?os, se present¨® en solitario, tocando saxof¨®n, en la sala Universal madrile?a. Hab¨ªa muchos seguidores pero tambi¨¦n el habitual runr¨²n de conversaciones; un indignado Lurie exigi¨® que callaran y que dejaran de servir copas. La sangre no lleg¨® al r¨ªo: como tipo cool del downtown neoyorquino, comprendi¨® que deb¨ªa aguantarse y seguir actuando.
En la ¨²ltima d¨¦cada, Lurie ha dejado la m¨²sica y su carrera como actor (apareci¨® en pel¨ªculas de Jim Jarmusch, Wim Wenders o Martin Scorsese). Sufre la enfermedad de Lyme que transmiten las garrapatas y que tiene una sintomatolog¨ªa similar a la malaria. Contaba Lurie a EL PA?S: "Durante a?os he padecido mi-gra?as que me nublaban la vista, temblores y dolores terribles. Ahora estoy mejor, pero apenas puedo escuchar m¨²sica, ataca directamente mi sistema nervioso, solo oigo un ruido insoportable".
Lurie desplaz¨® con ¨¦xito su creatividad hacia la pintura y as¨ª intim¨® con John Perry, un reci¨¦n llegado al mundo del arte, experto en artes marciales y con antecedentes por violencia. Aun hoy, Lurie afirma que "puede que Perry sea el ser m¨¢s decente que he encontrado en mi vida. Solo que se vuelve loco de vez en cuando. Loco de verdad. Y hace todo lo posible para que eso sea un secreto".
El incidente que lo cambi¨® todo ocurri¨® en 2008. Perry contrat¨® a unos t¨¦cnicos y pidi¨® la ayuda de Lurie para grabar un piloto de un programa de televisi¨®n (el m¨²sico hab¨ªa protagonizado una serie de culto, Pescando con John Lurie, donde charlaba con Dennis Hopper, Tom Waits o Matt Dillon). Pasadas unas horas, Lurie se sinti¨® indispuesto y se retir¨®. Perry crey¨® que estaba fingiendo, ya que averigu¨® que esa noche vio un combate de boxeo. Lurie insiste en que su labor ya hab¨ªa terminado cuando se march¨® y que, de todas maneras, estaba dispuesto a seguir trabajando en el piloto.
A partir de ah¨ª, hubo una escalada de correos electr¨®nicos, llamadas al tel¨¦fono y al timbre de Lurie, denuncias en comisar¨ªa. El m¨²sico descubri¨® entonces que estaba indefenso: la polic¨ªa neoyorquina carece de protocolos para actuar cuando el acoso no tiene un motivo sexual. Al ver que la intimidaci¨®n llegaba hasta el doctor que cuidaba su dolencia, Lurie decidi¨® escapar. Acept¨® la invitaci¨®n de Flea, bajista de Red Hot Chili Peppers, para refugiarse en Big Sur (California). Se fue al extranjero y alquil¨® luego una casa en Palm Springs, cuyo cuerpo de polic¨ªa se supone que est¨¢ habituado a tratar con acosadores de famosos. En los ¨²ltimos tiempos, se halla en paradero desconocido, aunque usa Facebook para comunicarse con amigos y admiradores: "Me gustar¨ªa que acabara esto. Me gustar¨ªa sentirme seguro. Pero despu¨¦s de miles de amenazas, me resulta duro de creer".
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