Manu
Dice Manu que los periodistas somos unos quejicas. Lo dice desde la autoridad que le permite ser conocido sin necesidad de que se diga que se apellida Leguineche. Es muy grande. Cuando la gente se devanaba los sesos tratando de introducir en Espa?a los esquemas del "nuevo periodismo", ya ¨¦l hac¨ªa ese periodismo, ni nuevo ni viejo. Periodismo. No hay otro. ?l dice que el periodismo ser¨¢ siempre lo que fue; cambiar¨¢n los formatos, los soportes, pero si el periodista no tiene un buen equipaje de amor para desarrollar el oficio (y para documentarlo) dar¨¢ igual como lo llamen: no ser¨¢ periodismo.
Es un refresco para el oficio verle y escucharle; en tiempos como estos, en que todo el mundo se pregunta qu¨¦ nos pasar¨¢ en el futuro, su voz de anteanoche en el Telediario 2, de TVE, dej¨® claro lo que nos pasa: que no nos pasa nada, o que nos pasa tan solo que somos unos quejicas. Frente a tanta dramaturgia de las crisis lo que tenemos que hacer es periodismo. Y punto. Otro maestro del oficio, Augusto Delkader, suele decirlo: "En caso de duda, haz periodismo". Y eso vino a decir Leguineche. En una conversaci¨®n que ¨¦l hizo espartana, como ¨¦l ha sido siempre, fue acompa?ado por sus colegas Diego Carcedo y Evaristo Canete; Canete es aquel hombre que le sostuvo la mirada al drama en tantos acontecimientos mundiales (y entre ellos, el que ocurri¨® en Nevado del Ruiz y dio de s¨ª las im¨¢genes tremendas e inolvidables de la ni?a Omay-ra). Les llev¨® a Brihuega, a encontrarse con Manu, Vicente Romero, otro veterano de estas batallas.
Le fueron a ver porque a Manu le entregan ahora el Luca de Tena de Abc y porque est¨¢ a punto de fallarse el premio internacional que lleva el nombre de Leguineche. Para los que esperamos que la tele sirva para mensajes as¨ª, la presencia de Manu en la pantalla, con su sombrero panam¨¢, junto a un vaso de vino, sonriendo a la c¨¢mara, ironizando sobre la banalidad de nuestras quejas, resulta una raz¨®n m¨¢s para amar este medio, la tele, al que ¨¦l ha regalado tiempo, oficio y talento. Y sentido del ritmo informativo, que es como la m¨²sica que alienta detr¨¢s de tantos reportajes y de tantos libros que en realidad son manuales para que dejemos de quejarnos.
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