Un pacto Gobierno-PNV propiciar¨¢ una estrategia com¨²n en el fin de ETA

Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero abog¨® ayer desde China por un pacto de su Gobierno con el PNV que trascienda la negociaci¨®n de los Presupuestos de 2011 y tenga un car¨¢cter estable hasta el final de la legislatura, de modo que facilite la aprobaci¨®n de las medidas del Ejecutivo contra la crisis en el Parlamento. Existe una complicidad sobre la base de que ninguno quiere el adelanto electoral y, en el caso del PNV, adem¨¢s, el aliciente de ganar un peso pol¨ªtico del que carece al estar en la oposici¨®n en Euskadi. Pero un pacto de legislatura, cuando, previsiblemente, ETA est¨¢ a pocas semanas de declarar una tregua, propiciar¨¢ tambi¨¦n una estrategia com¨²n entre el Ejecutivo y un partido clave aunque est¨¦ en la oposici¨®n en Euskadi, el PNV, para el final del terrorismo.

Las relaciones entre el Gobierno de Zapatero y el PNV en pol¨ªtica antiterrorista "funcionan bien", seg¨²n fuentes de ambas partes. Funcionaron cuando el PNV gobernaba en Euskadi y ahora. El ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, informa con regularidad al portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, y a su l¨ªder, I?igo Urkullu, de los pormenores de la lucha antiterrorista, desde las detenciones de etarras hasta la aplicaci¨®n de beneficios penitenciarios a presos de ETA que rechazan el terrorismo. Y existe una sinton¨ªa en la estrategia de acoso a ETA hasta su fin, en la que participa el Gobierno vasco del socialista Patxi L¨®pez, de tal modo que su consejero de Interior, Rodolfo Ares, cree que, incluso si no hubiera pacto con el PNV, las cosas marchar¨ªan bien.

Sin embargo, la lucha antiterrorista experimentar¨¢ un cambio cualitativo si ETA confirma a fin de mes la tregua que le reclama la izquierda abertzale. En principio, tanto el Gobierno de Zapatero como el PNV coinciden, ante la eventualidad de una tregua de ETA, en responder a la banda que ese paso es insuficiente y en exigirle, como condici¨®n, el abandono de las armas. Por lo mismo, por insuficiente, fueron cr¨ªticos, ayer, con el texto de la izquierda abertzale y EA sobre la petici¨®n a ETA de una tregua.

El PNV, desde el mandato de Josu Jon Imaz, y ahora con Urkullu, es contrario a que ETA se arrogue, en una negociaci¨®n, la representaci¨®n vasca y exige a la banda su retirada de la escena.

No obstante, la situaci¨®n ha cambiado respecto a treguas anteriores de ETA. En esta ocasi¨®n, la novedad es que la izquierda abertzale plantea como irreversible el fin del terrorismo y no parece dispuesta a que ETA utilice la eventual tregua como una trampa para ganar tiempo ante el acoso de las Fuerzas de Seguridad como sucedi¨® en el pasado.

Las contradicciones entre una izquierda abertzale dispuesta al fin del terrorismo y ETA, donde no hay una posici¨®n clara de acabar con la violencia, aunque declare la tregua, abrir¨¢n una nueva etapa en la pol¨ªtica antiterrorista. Y obligar¨¢n a una reflexi¨®n pol¨ªtica a partidos e instituciones sobre la izquierda abertzale y el fin de ETA, sobre todo a quienes tienen m¨¢s responsabilidad, como el Gobierno central, el vasco y el PNV, cuyos l¨ªderes admiten que est¨¢ por hacer. En junio, el dirigente del PSE y ex negociador con ETA, Jes¨²s Eguiguren, ped¨ªa al lehendakari L¨®pez y al presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, que lideraran esta reflexi¨®n en Euskadi. En este sentido, si el Gobierno y el PNV cierran un pacto de estabilidad, como quiere Zapatero, puede propiciar una reflexi¨®n com¨²n, sin que este partido diluya su propio perfil.