Herman Leonard, el fot¨®grafo del jazz
Retrat¨® a estrellas como Miles Davis y Charlie Parker
Herman Leonard inmortaliz¨® a las estrellas del jazz durante la segunda mitad del siglo XX. Falleci¨® el pasado 14 de agosto, en un hospital de Los ?ngeles, a los 87 a?os de edad.
Hijo de unos inmigrantes jud¨ªos de origen rumano, Leonard naci¨® en Allentown, Pensilvania, en 1923. El peque?o Herman, con 12 a?os, queda fascinado con la fotograf¨ªa cuando su hermano mayor le regala su primera c¨¢mara. Empe?ado en convertirse en fot¨®grafo, se matricula en la Universidad de Ohio, la ¨²nica que ofrece un grado en fotograf¨ªa.
Durante la II Guerra Mundial es llamado a filas, pero no ejerce como fot¨®grafo porque en el examen de selecci¨®n falla la composici¨®n de un revelador. Terminada la contienda, Leonard trabaja durante un a?o con uno de los mejores retratistas de su ¨¦poca, el canadiense Yousuf Karsh. Adem¨¢s de la t¨¦cnica fotogr¨¢fica y de trucos para manejar al retratado, el aprendiz se lleva del veterano, como ¨²nico pago a todo ese a?o, un consejo que lleva a la pr¨¢ctica hasta el extremo: "Retrata la verdad, pero siempre desde la belleza".
Quincy Jones dijo de ¨¦l: "Escribi¨® la Biblia de la fotograf¨ªa del jazz"
Y belleza es lo que saca del mundo del jazz, donde entra de lleno a partir de 1948 en los locales de Nueva York. Para poder escuchar y fotografiar gratis a las estrellas intercambia sus fotos con los due?os de los locales, que las usan para anunciar actuaciones. Por el objetivo de su c¨¢mara Speed Graphic pasan Milles Davis, Charlie Parker, Ella Fitzgerald, Duke Ellington, Dizzy Gillespie o Billie Holiday.
Las fotos de Leonard transmiten la esencia de los clubes de jazz, llenos de humo, de p¨²blico y de la emoci¨®n del directo. Consigue captar el ambiente trasladando las luces estrobosc¨®picas de su estudio a los locales y coloc¨¢ndolas en el mismo sitio desde donde se ilumina la escena. "Solo quer¨ªa sentirme cerca de esa m¨²sica. No ten¨ªa idea de que me iba a convertir en parte de su historia", dir¨ªa a?os m¨¢s tarde en su libro Tras la escena: la fotograf¨ªa de Herman Leonard. "La obra de Herman es m¨²sica para mis ojos", dec¨ªa de sus fotos el m¨²sico Quincy Jones, "consigui¨® escribir la Biblia de la fotograf¨ªa del jazz".
El jazz le abre las puertas a otros mundos. En 1954 acompa?a como fot¨®grafo personal a Marlon Brando en un viaje por Hawai, Bali, Filipinas y Tailandia.El sello musical Barclay Record lo contrata como fot¨®grafo oficial en 1956, con lo que traslada su estudio a Par¨ªs, sede de la empresa. Adem¨¢s de corresponsal en Europa de Playboy y los retratos a sus amigos del jazz en el m¨ªtico club St. Germain, Leonard trabaja para revistas como Elle o para modistas como Yves Saint Laurent, Chanel o Balenciaga.
Tambi¨¦n le llueven reportajes por todo el mundo, que le llevan a Afganist¨¢n, Etiop¨ªa o India. En 1980, cansado de la fren¨¦tica vida del fot¨®grafo de ¨¦xito, decide retirarse a Ibiza con su familia. Siete a?os dura la aventura balear, hasta que agota sus ahorros y empieza a agobiarse por la presencia del turismo. Para impulsar su carrera, se ve obligado a los 65 a?os a financiar en Londres una exposici¨®n sobre sus retratos del jazz, un ¨¦xito de ventas y p¨²blico.
Tras una breve etapa en San Francisco, el fot¨®grafo solo puede recalar en una ciudad: Nueva Orleans. "Nunca me he sentido tan a gusto dentro de mi propia piel como en esa ciudad", dir¨¢ de la ciudad que suena a jazz. All¨ª sigue fotografiando a los mejores m¨²sicos del momento. Solo el hurac¨¢n Katrina en 2005 hace que el fot¨®grafo se despegue de la ciudad, a la que volvi¨® como protagonista de un documental, Saving Jazz. Una vez le preguntaron a Milles Davis por ¨¦l. "?Herman? ?El mejor!", contest¨®.
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