Si lo dice un cient¨ªfico, va a misa
Los investigadores est¨¢n divididos: unos son creyentes y otros piensan que Dios es incompatible con la ciencia - ?Es cometido de los laboratorios demostrar la existencia divina?
Antes de decidirse a hacer el primer trasplante de ¨®rganos entre humanos, en 1954, el cirujano Joseph E. Murray, Nobel de Medicina en 1990, consult¨® a varios l¨ªderes religiosos: "Parec¨ªa lo natural", ha dicho Murray. Es solo uno de los m¨²ltiples ejemplos del v¨ªnculo entre religi¨®n y ciencia. Un nexo tan vigente a¨²n hoy como encendidos han sido los debates sobre la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre o la ense?anza de la teor¨ªa de la evoluci¨®n -no en Espa?a pero s¨ª en Estados Unidos-. Para muchos, estos asuntos trazan una frontera clara entre los cient¨ªficos, que buscan respuestas con un m¨¦todo en teor¨ªa blindado a las propias creencias, y otra parte de la sociedad. La comunidad cient¨ªfica -vienen a decir- crece y se desarrolla al margen (a salvo) de la fe; la ciencia va a lo que va y no se ocupa de eventuales conflictos entre hechos demostrados experimentalmente y la religi¨®n. Pero entonces llega el f¨ªsico Stephen W. Hawking, escribe que no hace falta Dios para explicar el Universo ... y se produce una tormenta medi¨¢tica. ?Por qu¨¦? ?No se consideraba este tema una prueba superada?
Declararse creyente puede ser un acto de rebeld¨ªa entre los cient¨ªficos
Hawking ha reabierto la pol¨¦mica con su nueva hip¨®tesis
El trabajo de los cient¨ªficos naci¨® de la misma curiosidad que la religi¨®n
La teor¨ªa del Big Bang la propuso un sacerdote, Georges Lamaitre
Parece que no. La muralla entre Dios y la ciencia es permeable, la comunidad cient¨ªfica no es un reducto social libre de religi¨®n. Tampoco hay algo as¨ª como una postura cient¨ªfica oficial respecto a la cuesti¨®n religiosa. En 1997, un art¨ªculo en la revista Nature recog¨ªa los resultados de una encuesta sobre creencias religiosas de cient¨ªficos: el 40% de los bi¨®logos, f¨ªsicos y matem¨¢ticos consultados dijo creer en un dios al que uno reza "a la espera de recibir respuesta". El trabajo, de Edward J. Larson (Universidad de Georgia), reproduc¨ªa otra encuesta similar de 1914, que daba cifras muy parecidas. No todo el mundo acepta estos resultados, pero tampoco hay, o no se citan, estudios m¨¢s recientes a este respecto en publicaciones de renombre.
Lo que s¨ª hay ahora son cient¨ªficos, de prestigio, que no solo se declaran creyentes, sino que consideran que hacerlo es casi un acto de rebeld¨ªa ante lo pol¨ªticamente correcto en ciencia (ser ateo). Para otros, en cambio, ser un investigador de primera fila es simplemente incompatible con creer en Dios. Tambi¨¦n es animada la siguiente cuesti¨®n: ?tiene la ciencia algo que decir sobre la necesidad de Dios para explicar el mundo? O esta otra: ?hasta qu¨¦ punto el subconsciente religioso de una sociedad influye en las conclusiones a las que llegan sus cient¨ªficos?
"Dado que hay una ley como la gravedad, el Universo puede crearse de la nada y lo hace", escribe Hawking. "La creaci¨®n espont¨¢nea es la raz¨®n de que haya algo en lugar de nada (...) No es necesario invocar a Dios para que encienda la luz y eche a andar el Universo". En realidad, la postura de Hawking no es nueva. En el pr¨®logo de la primera edici¨®n de su obra superventas Breve historia del Universo, publicada en 1988, el astr¨®nomo Carl Sagan escribe: "Hawking est¨¢ intentando, como ¨¦l mismo afirma, entender la mente de Dios. Y esto hace que sea a¨²n m¨¢s inesperada la conclusi¨®n de este esfuerzo: un Universo sin frontera en el espacio, sin principio ni final en el tiempo, y en el que un creador no tiene nada que hacer".
La postura de Hawking tampoco es nueva en la ciencia. Lo recuerda el cosm¨®logo brit¨¢nico John Peacock, participante en un reciente congreso sobre cosmolog¨ªa organizado en Benasque por Juan Garc¨ªa Bellido y financiado por la Fundaci¨®n BBVA: "Hace 200 a?os, el f¨ªsico franc¨¦s Laplace fue criticado por Napole¨®n por excluir a Dios de su explicaci¨®n sobre c¨®mo se form¨® el Sistema Solar; la famosa respuesta de Laplace fue: 'No necesito esa hip¨®tesis'. Hawking est¨¢ aplicando la l¨®gica de Laplace a todo el Universo, en lugar de solo al Sistema Solar, pero la cuesti¨®n de fondo es la misma".
Ahora bien, Hawking no dice que Dios no exista. "Es f¨¢cil imaginar una prueba de la existencia de Dios", dice Peacock. "Si ma?ana vi¨¦ramos que las estrellas se han movido para escribir en el firmamento el mensaje de que Dios existe, para m¨ª ser¨ªa bastante convincente. Pero una prueba de la no existencia de Dios es mucho m¨¢s dif¨ªcil de imaginar".
Sea o no dif¨ªcil demostrar que Dios no existe, ?compete eso a los cient¨ªficos? "La existencia de Dios queda fuera del ¨¢mbito de la ciencia", dice Josh Frieman, investigador implicado en las misiones espaciales que exploran la radiaci¨®n de fondo del Universo -una energ¨ªa que llena todo el cielo y cuya existencia prueba que el Universo que conocemos empez¨® a expandirse tras un Big Bang hace 13.700 millones de a?os-. Por eso mismo, "las creencias de los cosm¨®logos no son relevantes para su trabajo como investigadores; muchos cosm¨®logos tienen intensas creencias religiosas, y muchos otros no".
Esa visi¨®n es compartida por Evencio Mediavilla, que investiga sobre galaxias en el Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias: "A lo largo de la historia ha habido grandes pensadores y cient¨ªficos creyentes y no creyentes. Parece que ahora en la comunidad cient¨ªfica hay una mayor¨ªa que se declarar¨ªa indiferente o no creyente, pero no pienso que sea incompatible ser un buen cient¨ªfico y creer en Dios. Son asuntos separados".
Ahora bien, que la ciencia no pueda o deba buscar a Dios no significa que no pueda o deba investigar qu¨¦ ocurri¨® antes del Big Bang, por ejemplo. El ¨²nico l¨ªmite para la ciencia es el propio m¨¦todo cient¨ªfico; toda pregunta que pueda ser sometida a este m¨¦todo es territorio cient¨ªfico: "Lo importante es que la ciencia descansa sobre fundamentos que se pueden poner a prueba experimentalmente", dice Frieman. "Es leg¨ªtimo que los cosm¨®logos analicen qu¨¦ pas¨® en torno al tiempo del Big Bang. Hawking y otros han explorado teor¨ªas en las que el Universo se crea a partir de la nada; es una posibilidad dif¨ªcil de poner a prueba, pero viable. Por desgracia, nuestro conocimiento hoy en d¨ªa sigue siendo insuficiente para dar esta cuesti¨®n por cerrada".
Pero el debate no acaba aqu¨ª. Para algunos la necesidad de Dios emerge de la propia ciencia, y es perfectamente l¨ªcito que esta intente responder a cuestiones religiosas. "Hoy parece que hablar de Dios [entre los cient¨ªficos] es una especie de herej¨ªa, pero lo cierto es que la cosmolog¨ªa siempre ha sido, y sigue siendo, una ciencia muy cercana a los l¨ªmites, a las preguntas fundamentales que todos nos hacemos", comenta Eduardo Battaner, astrof¨ªsico de la Universidad de Granada y autor de obras de divulgaci¨®n como Un f¨ªsico en la calle: fluidos, entrop¨ªa y antrop¨ªa. "La postura que afirma que la ciencia no puede responder a si Dios existe no me parece sincera. De hecho, hoy se sigue discutiendo si la cosmolog¨ªa apoya una creaci¨®n en el principio, o no. El Big Bang no demuestra ni refuta la existencia de Dios, pero es un debate interesante y pertinente; no estoy de acuerdo con eso de que la ciencia y la religi¨®n van por caminos distintos, lo considero una pose: la cabeza es una sola, y todo, Dios y la ciencia, pasan en la cabeza".
Battaner ve a Dios "como una especie de razonamiento que puede salir de la ciencia". "Tengo, desde luego, muchas dudas, pero me parece vislumbrar una necesidad racional de Dios. No un dios que castiga a los malos y recompensa a los buenos, sino un dios como una necesidad cient¨ªfica. Me convence el argumento de lo contingente: el Universo podr¨ªa no existir, yo podr¨ªa no existir... es decir, todos somos contingentes; debe de haber algo que no lo sea".
Francis Collins, director del Instituto Nacional de Investigaci¨®n en el Genoma Humano estadounidense, cristiano declarado, tiene una opini¨®n similar. "Este no deber¨ªa ser un tema tab¨², pero a menudo lo es en c¨ªrculos cient¨ªficos", ha declarado a The New York Times. Collins no cree adecuado mantener completamente separados el trabajo como cient¨ªfico y las creencias religiosas. Pero esto no implica que dude de hechos ya establecidos por la ciencia, como la evoluci¨®n: "Pedir a alguien que rechace [las evidencias a favor de la evoluci¨®n] para demostrar que realmente ama a Dios... ?Qu¨¦ elecci¨®n m¨¢s horrible!". En su opini¨®n, Dios hace falta para comprender al ser humano; sin ¨¦l "no entender¨ªamos por qu¨¦ estamos aqu¨ª". "La ciencia no tiene poder para abordar estas preguntas. Y ?no son, al fin y al cabo, las m¨¢s importantes que nos hacemos?".
Es cierto, dicen los historiadores de la ciencia, que el trabajo del cient¨ªfico debi¨® de nacer de la misma curiosidad que hizo germinar la religi¨®n. Pero en cierto momento la ciencia labr¨® su propio camino. "En ¨¦poca de Newton no se pod¨ªa pensar en cuestiones cient¨ªficas sin, tarde o temprano, llegar a la cuesti¨®n de Dios", explica Jos¨¦ Ferreir¨®s, catedr¨¢tico de L¨®gica y Filosof¨ªa de la Ciencia de la Universidad de Sevilla. "La cosa dej¨® de ser as¨ª en el siglo XIX, antes de Einstein. ?Por qu¨¦ cambi¨®? Porque 'Dios ha muerto' en la sociedad, como dijo Nietzsche. El desarrollo de la ciencia y de la filosof¨ªa moderna tuvo mucho que ver con esa muerte, pero tambi¨¦n la Revoluci¨®n Francesa, el fin del Antiguo R¨¦gimen". Para Ferreir¨®s, "el tema religioso es hoy m¨¢s que nada un asunto privado".
No deja de ser curioso que la teor¨ªa del Big Bang la propusiera precisamente un sacerdote. En 1927, el belga Georges Lamaitre postul¨® que el Universo est¨¢ en expansi¨®n y que, por tanto, debi¨® de haber un comienzo -describi¨® su teor¨ªa como "un huevo c¨®smico explotando en el momento de la creaci¨®n"-. Pocos a?os despu¨¦s, el astr¨®nomo Edwin Hubble observ¨® que, efectivamente, las galaxias se alejan entre s¨ª. Pero durante la mayor parte del siglo XX, y hasta que hace unas d¨¦cadas las pruebas a favor del Big Bang empezaron a considerarse irrefutables, la idea de que hubo un tiempo cero fue muy discutida -entre otros por el prestigioso f¨ªsico Fred Hoyle, precisamente el autor del t¨¦rmino Big Bang, que defend¨ªa un Universo sin principio ni fin y que vinculaba el ¨¦xito del Big Bang precisamente a su buen encaje con la idea religiosa de creaci¨®n-.
En cualquier caso, no es la cosmolog¨ªa la ¨²nica rama de la ciencia que roza la frontera con la religi¨®n. La vida y su origen son otro frente abierto. En una obra reciente el Nobel de Qu¨ªmica Christian de Duve, La vida en evoluci¨®n: mol¨¦culas, mente y significado, explica c¨®mo ha llegado a la conclusi¨®n personal de que "el di¨¢logo entre ciencia y religi¨®n es imposible", dado que la segunda rechaza los descubrimientos de la primera.
Quiz¨¢s, sorprendentemente, la matem¨¢tica es otra de las ¨¢reas donde el debate ciencia-religi¨®n es m¨¢s activo. "Los matem¨¢ticos discrepan sobre si las matem¨¢ticas son un constructo humano o si se descubren porque ya estaban en la naturaleza (?dadas por Dios?)", se?ala Manuel de Le¨®n, director del Instituto de Ciencias Matem¨¢ticas. "Creo que las descubrimos aunque les demos una determinada forma que puede diferir de unos a otros, y las descubrimos porque son al final las leyes que rigen el Universo; esa f¨ªsica que Hawkings aduce como causa de la creaci¨®n del Universo se expresa en t¨¦rminos matem¨¢ticos". Y est¨¢ la simple admiraci¨®n ante lo que los matem¨¢ticos llaman belleza, "esa sensaci¨®n est¨¦tica que a algunos les lleva a considerar las matem¨¢ticas como la verdad ¨²ltima", dice De Le¨®n.
Y, c¨®mo no, a la cuesti¨®n ciencia-religi¨®n no le falta un toque ir¨®nico: ?Qu¨¦ pasa cuando los cient¨ªficos ocupan en la sociedad el papel de... sacerdotes? O sea: ?Por qu¨¦ lo que dice Hawking va a misa? "La opini¨®n de un cient¨ªfico acerca de este tema no tiene por qu¨¦ ser a priori m¨¢s interesante que la de cualquier otra persona", dice Evencio Mediavilla. "Ser¨ªa infantil crear una iglesia de cient¨ªficos no creyentes".
Una pol¨¦mica recurrente
La relaci¨®n entre ciencia y religi¨®n es un tema recurrente, como lo prueban las siguientes citas.
- Albert Einstein, f¨ªsico: "No hay duda de que la ciencia no refutar¨¢ nunca la doctrina de un Dios personal que interviene en los acontecimientos naturales, donde esta doctrina siempre puede afianzarse en aquellos campos en los que a¨²n no ha sido capaz de afianzarse el conocimiento cient¨ªfico".
- Steven Weinberg, f¨ªsico: "Con o sin religi¨®n, la gente buena har¨¢ el bien y la gente mala har¨¢ el mal, pero para que la gente buena haga el mal, hace falta la religi¨®n".
- Johan Allen Paulos, matem¨¢tico: "Parece que las mentiras subyacentes tras la fe pueden hacer m¨¢s soportable la vida diaria" (Elogio de la irreligi¨®n)
- Paul Davies, f¨ªsico: "No podemos llegar al conocimiento completo debido a las mismas normas de razonamiento que nos llevan en principio a buscar tal explicaci¨®n. Si queremos progresar m¨¢s, tenemos que aceptar una comprensi¨®n distinta de la explicaci¨®n racional". (La mente de Dios).
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