Los hijos de perra

Los hijos de perra, al igual que sus madres y hermanas, pertenecen a la raza canina. Hay excepciones, por supuesto. No dispongo ahora mismo del censo perruno de Madrid, pero con toda seguridad aqu¨ª habitan por lo menos 150.000 de todas las razas y tama?os. Son un sector respetable de la poblaci¨®n. Si ampliamos la visi¨®n a toda la fauna, resulta que en la Comunidad hay much¨ªsimos m¨¢s animales irracionales que racionales, como en el resto del mundo. Esto debiera ser muy tenido en cuenta en todas las discusiones, tertulias y dem¨¢s.

Los hijos de perra de verdad son las mascotas preferidas en Madrid, con perd¨®n de los gatos. La mayor¨ªa de estos canes viven como maraj¨¢s. Otros compa?eros suyos son ejemplares trabajadores en la polic¨ªa, en las cat¨¢strofes, en el cuidado y mantenimiento a raya de las ovejas, en el circo, en la guardia de propiedades... El hijo/a de perra casero es otra cosa. Les dan de comer, los sacan a pasear, les dan mimos y juguetitos, no curran, dedican gran parte del d¨ªa a pensar y a mirar desde la terraza lo que pasa por la calle; son agn¨®sticos, apol¨ªticos, imp¨¢vidos ante la est¨¦tica. Les permiten actos que proh¨ªben a las personas: copular en la calle en presencia de menores y se?oras de edad, mear y defecar donde les da la gana. (Hay que constatar que las cacas de perro descienden en las calles, aunque no lo suficiente. Sus due?os recogen el material en bolsitas adecuadas y lo tiran a la papelera).

La expresi¨®n "hijo de perra" es injusta. Referida a la raza humana significa cosas detestables. Una persona hija de perra nunca podr¨¢ poner en su tumba este piropo que hay en la l¨¢pida de un perro que conoc¨ª: "Aqu¨ª duerme Le¨®n. Siempre fue un hijo de perra, cosa que no se puede decir de su due?o". Para conocer a hijos de perra verdaderos, ah¨ª est¨¢ El coloquio de los perros, una de las novelas m¨¢s exquisitas de Cervantes.