Se llama hipocres¨ªa
Gobiernos y multinacionales pagan a terroristas o piratas para salvar a rehenes - Negarlo forma parte de la puesta en escena de una diplomacia humillada
La obligaci¨®n de cualquier Estado tras el pago del rescate por un reh¨¦n es la misma que la de un ad¨²ltero al confesar su infidelidad: negar la evidencia. Pero las contradicciones en que incurre el ejercicio de la alta pol¨ªtica, rayanas a veces en la desmemoria o la hipocres¨ªa, juegan a veces malas pasadas. Las acusaciones con que el presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, se despach¨® tras la liberaci¨®n en agosto de los dos cooperantes catalanes secuestrados en Mal¨ª, se ajustan punto por punto a uno de los principios sagrados de la lucha antiterrorista ("cero concesiones"), pero no del todo a episodios similares ocurridos chez lui.
Francia, como el PP, afe¨® la conducta de Espa?a por pagar presuntamente por la liberaci¨®n de Albert Vilalta y Roque Pascual, olvidando que en noviembre de 2009, Par¨ªs hab¨ªa negociado la liberaci¨®n de otro reh¨¦n franc¨¦s en el Magreb, Pierre Camatte, o pagado rescate por la periodista de Lib¨¦ration Florence Aubenas, secuestrada en Irak en 2005, por poner dos ejemplos. En su d¨ªa, el El¨ªseo tambi¨¦n se implic¨® en la negociaci¨®n con las FARC para la liberaci¨®n, en julio de 2008, de la franco-colombiana Ingrid Betancourt, retenida por la guerrilla durante m¨¢s de seis a?os.
Los Estados se enfrentan cada vez m¨¢s a enemigos 'asim¨¦tricos'
El precio por un reh¨¦n en Irak oscila entre 2 y 7,8 millones de euros
La seguridad en el golfo de Ad¨¦n se ha militarizado tras el alza de las p¨®lizas
La ONU dict¨® una resoluci¨®n que criminaliza el pago de rescates
Los anglosajones, por beligerantes, resultan los m¨¢s disuasorios
Un general cree que "Espa?a debe cambiar y ser proactiva"
Desde la famosa crisis de los rehenes en L¨ªbano, en los a?os ochenta del pasado siglo, hasta el secuestro en noviembre pasado de los tres cooperantes espa?oles por una c¨¦lula de Al Qaeda en el Magreb Isl¨¢mico (AQMI), pasando por la acci¨®n de piratas somal¨ªes en el golfo de Ad¨¦n, los Estados han de v¨¦rselas cada vez m¨¢s con enemigos asim¨¦tricos (guerrillas, terroristas, piratas...), en una desigual relaci¨®n de fuerzas en la que, seg¨²n los principios de la lucha antiterrorista, en teor¨ªa no se contemplan ni negociaciones ni concesiones. Pero las hay: entre otras, los canjes humanitarios entre las guerrillas y el Gobierno de Bogot¨¢; el pago de rescates a piratas o incluso el intercambio peri¨®dico de presos palestinos por soldados israel¨ªes.
Pero el discurso oficial se empecina en contradecir la pr¨¢ctica. El 3 de septiembre, el ministro de Exteriores espa?ol, Miguel ?ngel Moratinos, dijo en presencia de su hom¨®logo franc¨¦s, Bernard Kouchner: "Espa?a y Francia no pagan secuestros". ?Cierre de filas entre vecinos y aliados? ?Correcci¨®n del tiro, o brindis al sol? En la letra peque?a las diferentes versiones resultan cercanas. La polit¨®loga Cristina Barrios, investigadora de FRIDE, desvela un reposicionamiento de Francia en el Sahel tras las cr¨ªticas de Sarkozy: un gui?o a Mauritania; otro a Argelia... pa¨ªs del que depende el aprovisionamiento de gas natural para Espa?a. "Par¨ªs no negoci¨® ning¨²n rescate en el caso del reh¨¦n Michel Germaneau
[asesinado por AQMI en julio], pero s¨ª con Pierre Camatte. Busca la alianza con Mauritania para colocarse militarmente en la regi¨®n por si la amenaza terrorista se acent¨²a. Pero Francia s¨ª que ha negociado, ah¨ª est¨¢ la operaci¨®n militar que liber¨® a Betancourt. Los Estados ni reconocen ni admiten, simplemente lo niegan", dice Barrios.
La polit¨®loga saca a colaci¨®n una ley francesa de acci¨®n exterior que establece que se exigir¨¢ el reembolso de los gastos del rescate a los nacionales que se hayan expuesto excesivamente y sin causa justificada en zonas desaconsejadas por el Gobierno. Quedan exentos periodistas, cooperantes o trabajadores en zonas de riesgo, pero no turistas como la familia de franceses que en abril de 2009 surc¨® el golfo de Ad¨¦n en velero y acab¨® siendo secuestrada por piratas. Una operaci¨®n militar de Par¨ªs consigui¨® devolverlos a casa, y, de paso, liquidar a dos piratas y detener a los otros tres.
"En esta ley se reconoce impl¨ªcitamente que la liberaci¨®n ha implicado unos determinados gastos, haya habido o no rescate", a?ade Barrios. La diplomacia francesa siempre ha cuidado a sus nacionales, "e incluso a quienes no lo son", explica. Como las cinco enfermeras b¨²lgaras presas durante ocho a?os en una c¨¢rcel libia, a quienes fue a buscar en julio de 2007 la entonces primera dama, Cecilia Ciganer-Sarkozy. O las azafatas espa?olas atrapadas en el turbio affaire de la organizaci¨®n Arca de Zo¨¦ en Chad, que pretend¨ªa sacar del pa¨ªs a un centenar de menores para ser adoptados en Francia: el propio Sarkozy las llev¨® en su avi¨®n a Madrid, de camino a Par¨ªs, en noviembre de 2007. No son casos iguales a un secuestro, pero s¨ª comparables. "El secuestro de un nacional franc¨¦s es una cuesti¨®n de Estado. Si ocurre alguno, hay una c¨¦lula especializada de la diplomacia francesa que rinde cuentas directamente al presidente. Oficialmente no existe, pero es una pr¨¢ctica institucionalizada, tanto que Michel Barnier, cuando era ministro de Exteriores, habl¨® de ella en 2005", cuenta Barrios.
Multinacionales petroleras en el delta del N¨ªger pagan continuamente rescates por sus empleados. Las navieras que operan en el golfo de Ad¨¦n han visto desde hace meses su seguridad reforzada por el despliegue de fuerzas de seguridad de sus pa¨ªses de origen y bajo el paraguas de la UE, ya que las compa?¨ªas de seguros han multiplicado hasta el infinito las p¨®lizas para dar cobertura al barco y la tripulaci¨®n. Para abortar la amenaza, ha habido una traslaci¨®n de funciones de lo privado a lo p¨²blico: una militarizaci¨®n de la seguridad. "La respuesta de los Estados es intervenir no tanto por las personas, como por las compa?¨ªas. Eso mismo ha sucedido en Irak en los casos de trabajadores secuestrados", subraya Barrios. Y el Sahel es un poco como el mar de Ad¨¦n, recuerda: "Las fronteras no existen, los Estados no tienen ning¨²n poder, y, cuando se habla de AQMI, puede ser que en muchos casos no sea m¨¢s que delincuencia".
Si hay un Estado que defienda la mano dura contra los secuestros es Argelia, donde el Grupo Isl¨¢mico Armado, la deriva radical y violenta del partido Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n, fue el precursor del Grupo Salafista para la Predicaci¨®n y el Combate y ¨¦ste, posteriormente, savia local para el AQMI. Por ello, a finales de 2009, el Gobierno de Argel logr¨® que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptase una resoluci¨®n, que criminaliza el pago de rescates y que hoy, tras la liberaci¨®n de los espa?oles, desea impulsar. "Papel mojado", seg¨²n el profesor de Relaciones Internacionales de la UNED Carlos Echeverr¨ªa, pero, como el resto de resoluciones de la ONU, un fr¨¢gil asidero para la comunidad internacional.
Pero volvamos a c¨®mo metabolizan los Estados el secuestro de un nacional. "En Francia est¨¢ todo muy engrasado y funciona al m¨¢s alto nivel, como una verdadera cuesti¨®n de Estado. Por ejemplo, aqu¨ª habr¨ªa sido impensable que dos rehenes liberados llegaran acompa?ados de una secretaria de Estado
[Soraya Rodr¨ªguez, de Cooperaci¨®n, que fue a buscar a Burkina Faso a los cooperantes catalanes]. Aqu¨ª habr¨ªan llegado acompa?ados al menos de dos ministros, y habr¨ªan sido recibidos por el propio presidente de la Rep¨²blica".
Pero no s¨®lo Francia o Espa?a pasan por caja. En mayo de 2006, The Times revel¨® que Francia, Alemania e Italia hab¨ªan pagado 45 millones de d¨®lares (35 millones de euros) para liberar a 9 rehenes secuestrados en Irak durante los 21 meses anteriores; de 2,5 a 10 millones (de 2 a 7,8 millones de euros), seg¨²n los casos, cost¨® a sus respectivos erarios la libertad de cada uno. En p¨²blico, los tres Gobiernos negaron haber pasado por caja; pero seg¨²n los documentos a que tuvo acceso el rotativo brit¨¢nico, numerosos diplom¨¢ticos occidentales pudieron ver los asientos de caja. Otros pa¨ªses, sin embargo, no han tenido tanto empacho en reconocer que han recurrido al dinero para lograr la liberaci¨®n de alguno de sus ciudadanos en Irak: es el caso de Turqu¨ªa, Rumania, Suecia o Jordania.
Si todo rescate tiene un precio, ?cu¨¢l es y qui¨¦n lo fija? ?Con qu¨¦ baremos? En suma, ?se trata de negociar, ceder o intervenir? El entramado de intereses que est¨¢ en juego en casos como estos hace de la diplomacia solo uno de los actores, y no siempre el protagonista. Es la imagen del Estado la que aparece en primer plano. "S¨ª, todos pagan, en l¨ªneas generales", afirma Echeverr¨ªa. "Hasta EE UU o Israel, en circunstancias determinadas, han cedido al rescate o al canje de presos. Francia en el Sahel ha actuado de forma ambivalente, pues en el secuestro de Pierre Camatte hizo todo lo posible para obtener su liberaci¨®n, incluida la liberaci¨®n de presos y qui¨¦n sabe si tambi¨¦n dinero. En el caso de Michel Germaneau, hay confusi¨®n: podr¨ªa estar muerto antes de la operaci¨®n militar francomauritana en el norte de Mal¨ª, o bien ser asesinado tras esa intervenci¨®n proactiva para salvarle".
En un art¨ªculo publicado en la revista digital de seguridad y defensa Atenea, Echeverr¨ªa recuerda que "la industria terrorista supone la humillaci¨®n de individuos, pero sobre todo de los Estados de los que son nacionales los secuestrados", y la compara con otra similar, la de ETA en los a?os de plomo, "y las s¨®rdidas im¨¢genes del pago clandestino de rescates, fuertes sumas de dinero familiar llevadas como fuera a los c¨ªrculos terroristas en suelo franc¨¦s". Dado que la amenaza de Al Qaeda es global, ?podr¨ªa ello explicar que algunos pa¨ªses, m¨¢s heridos que otros en su amor propio, recurran a posturas de fuerza, medie o no negociaci¨®n? "Desde el secuestro del transatl¨¢ntico Achille Lauro en 1985, en la resoluci¨®n de tomas de barcos y aviones por lo general se ha utilizado la fuerza. Hay Estados de los que se puede esperar no s¨®lo que negocien, sino que tambi¨¦n utilicen la fuerza: EE UU, Reino Unido e Israel. A ellos se les podr¨ªa a?adir Francia", explica Echeverr¨ªa. En Espa?a, a?ade, "no tenemos ning¨²n precedente en la utilizaci¨®n de la fuerza, esto no se ha desarrollado ni siquiera como posibilidad, as¨ª que como consecuencia te puedes convertir en una v¨ªctima f¨¢cil".
Los secuestros de barcos en el golfo de Ad¨¦n se suman a la toma de rehenes que AQMI cosecha en el inestable Sahel, si bien entre unos y otros hay una delgada l¨ªnea roja: los barcos pertenecen a compa?¨ªas privadas; los nacionales (cooperantes, periodistas, viajeros) no. Pero todos son a la postre responsabilidad del Estado. El denominador com¨²n de piratas y terroristas es que ambos buscan hacer caja.
El general de divisi¨®n Ricardo Mart¨ªnez Isidoro sostiene que la resoluci¨®n de un secuestro por la fuerza "es una opci¨®n que existe". "Dentro de nuestra doctrina hay un apartado, el de operaciones no b¨¦licas, en el que se incluye el rescate de rehenes o incluso la evacuaci¨®n de nacionales residentes en peligro. Otra cosa es que, llegado el caso, esa opci¨®n se considere despu¨¦s en un Estado Mayor, porque ah¨ª ya entran en juego las decisiones pol¨ªticas. Pero desde luego las Fuerzas Armadas est¨¢n preparadas para ello". Tambi¨¦n lo est¨¢n unidades especiales de la Guardia Civil, como el grupo de secuestros y extorsiones, en la investigaci¨®n del caso, y la Unidad Especial de Intervenci¨®n, en la ejecuci¨®n del rescate, recuerdan fuentes de la Unidad Central Operativa del instituto armado. Aunque nunca han actuado fuera de Espa?a, s¨ª hubo n¨²meros "de los que estaban desplegados para vigilar las rutas de la inmigraci¨®n irregular en el Sahel en labores de b¨²squeda y rastreo de los movimientos del campamento de los secuestradores [de los tres cooperantes de Acci¨® Solidaria], sobre todo al principio", seg¨²n la UCO.
?Qu¨¦ diferencia a unos pa¨ªses de otros a la hora de lograr/ejecutar un rescate? "Hay pa¨ªses m¨¢s lanzados, m¨¢s beligerantes, que son los que resultan m¨¢s disuasorios por tanto, como los anglosajones, a los que se sumar¨ªa Francia. Tienen fuerzas, adiestramiento y decisi¨®n pol¨ªtica: una ecuaci¨®n que se frustra si falta uno de los factores. Espa?a o Italia tienen otras sensibilidades, m¨¢s mediterr¨¢neas; otros valores m¨¢s interesantes desde el punto de vista pol¨ªtico, pero que nos hacen m¨¢s d¨¦biles ante los terroristas", explica el general Mart¨ªnez Isidoro, que lamenta que el pilar de la seguridad en la UE est¨¦ "poco asentado".
Igual que el doble rasero existente al juzgar el mismo hecho, es en la opini¨®n p¨²blica de los pa¨ªses donde a la postre rebota la diferencia de sensibilidades a la hora de abordar diferentes operativos de rescate. ?Ser¨ªa impopular en Espa?a una liberaci¨®n por la fuerza? ?Lo es en Reino Unido o Francia? "No me atrever¨ªa a decir d¨®nde estamos en Espa?a", apunta el general Mart¨ªnez Isidoro. "Junto a sensibilidades m¨¢s partidarias de sacar pecho y decir 'aqu¨ª estamos', hay otras manifiestamente m¨¢s pacifistas. Pero las dos posturas son bastante irreconciliables, y esto lo aprovecha el enemigo".
Para ¨¦l no hay duda de cu¨¢l es el camino: "Tenemos que cambiar de mentalidad y ser proactivos. Deber¨ªamos aprovechar nuestro bagaje de conocimientos en la exitosa lucha contra ETA para ir a por los otros terroristas, eso s¨ª, con nuestra forma de actuar: ser firmes y estables". Es decir, ni un paseo militar como el que a veces se permiten Ej¨¦rcitos vecinos, ni una morosa inhibici¨®n como la que algunos cr¨ªticos achacaron al Gobierno durante la resoluci¨®n del secuestro del Alakrana frente a Somalia, en noviembre pasado, si bien Defensa asegur¨® entonces que hab¨ªa barajado siempre la opci¨®n del operativo militar.
A fin de cuentas, como recuerda la polit¨®loga de FRIDE, lo que queda de relieve en crisis como las citadas es la presencia de un Estado con may¨²sculas m¨¢s o menos grandes. "Sarkozy ha ido m¨¢s all¨¢ de su papel como presidente: est¨¢ encarnando la misma idea de Francia en el Sahel, un liderazgo nacional frente a la presencia cada vez m¨¢s notoria de EE UU en la zona. Porque hay que distinguir entre la diplomacia de un Gobierno equis y la diplomacia como cuesti¨®n de Estado, y eso Francia, ocupe la derecha o la izquierda el poder, siempre lo ha tenido muy claro". Las ¨²ltimas noticias -la existencia de pruebas de vida de los dos periodistas franceses secuestrados en Afganist¨¢n- permitir¨¢n a la diplomacia gala demostrarlo.
Una pr¨¢ctica habitual
- Febrero de 2003. 31 turistas (15 alemanes, 10 austriacos, cuatro suizos, un holand¨¦s y un sueco) que viajaban en distintos grupos desaparecieron entre el 17 de febrero y finales de marzo en Argelia. 14 de ellos fueron liberados tras pagar un rescate.
- Febrero de 2008. Un matrimonio austriaco fue secuestrado en T¨²nez y liberado en Mal¨ª tras el pago de un rescate.
- Diciembre de 2008. Dos diplom¨¢ticos canadienses son secuestrados en N¨ªger y liberados en Mal¨ª tras el pago de un rescate y la liberaci¨®n de cuatro terroristas en Bamako.
- Enero de 2009. Un matrimonio suizo, una alemana, y un brit¨¢nico son secuestrados en N¨ªger. Los tres primeros fueron liberados tras el pago de un rescate. El ciudadano brit¨¢nico fue asesinado.
- Noviembre de 2009. El franc¨¦s Pierre Camatte es raptado en Mal¨ª y liberado tras el pago de un rescate y la excarcelaci¨®n en Bamako de cuatro terroristas.
- Diciembre de 2009.
Un matrimonio italiano es secuestrado en Mauritania y liberados en Mal¨ª en abril del a?o pasado despu¨¦s del pago de un rescate.
- ?ndico. Entre 2007 y 2009, 46 barcos fueron liberados previo pago de rescate.
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