Chicas no tan rompedoras
En la mayor¨ªa de las ocasiones todo mito tiene una leyenda anterior a la que intentar superar en grandeza. As¨ª, casi una d¨¦cada antes de que Las Vulpes escandalizaran a media Espa?a con el estribillo "?Me gusta ser una zorra!", cantado en un programa juvenil de la televisi¨®n p¨²blica, otro grupo de chicas, pero no de Barakaldo, sino de Los ?ngeles, se hab¨ªa hecho famoso al grito de "Hello mummy, hello dad, I'm your ch-ch-ch-ch-ch-cherry bomb!", lo que sonaba igual de escandaloso. Eran The Runaways, cuatro adolescentes de actitud abrasadora y est¨¦tica cargada de lencer¨ªa y jirones, que, con una notable aptitud musical, lograron convertirse all¨¢ por el a?o 1975 en uno de esos fugaces mitos que el cine suele rescatar para reflejarlo en el cl¨¢sico relato de ascenso, ca¨ªda y redenci¨®n.
THE RUNAWAYS
Direcci¨®n: Floria Sigismondi. Int¨¦rpretes: Kristen Stewart, Dakota Fanning, Michael Shannon, Stella Maeve, Scout Taylor-Compton.
G¨¦nero: 'biopic' musical. EE UU, 2010.
Duraci¨®n: 106 minutos.
El relato, basado en las memorias de la cantante, es condescendiente
Criadas durante la extenuante guerra de Vietnam, en la maldita ¨¦poca de los asesinatos pol¨ªticos (los dos Kennedy, JFK y Bobby, y Martin Luther King), en un pa¨ªs que supuraba descontento, las chicas de The Runaways no duraron mucho como grupo, pero su parafernalia, sus miradas desencajadas, sus gritos de ruptura, fueron un modelo contracultural para otras ni?as a¨²n por crecer (como Las Vulpes) y un escupitajo a la anterior generaci¨®n de adolescentes americanas, aquellas que so?aban con un buen marido, unos hijos modelo, la cocina perfecta para hacer tartas y una valla blanca impoluta delante del jard¨ªn de los sue?os. Sin embargo, The Runaways, la pel¨ªcula que sobre su fulgurante carrera ha creado la hasta ahora fot¨®grafa y realizadora de videoclips Floria Sigismondi, no se atreve a cruzar las fronteras que s¨ª traspasaron sus protagonistas.
Sigismondi hace bien en huir de la archirrepetida estructura de los biopics musicales de ascenso, ca¨ªda y redenci¨®n (Ray, En la cuerda floja...). Aqu¨ª no hay reconquista posible. Pero sin llegar a ser blando, su relato, inspirado en las memorias de la cantante Cherie Curie, es demasiado condescendiente en algunos aspectos, y a la directora italiana afincada en EE UU le cuesta decidir por qu¨¦ lado de la cuerda tirar: por el de la b¨²squeda del ¨¦xito de p¨²blico, para llevar a las salas a las admiradoras de Kristen Stewart, la estrella de Crep¨²sculo, o por el extremo de la cr¨®nica salvaje de unos tiempos de sexo, drogas y rock and roll. Una secuencia ejemplifica su indecisi¨®n: en ella, la actriz Dakota Fanning, otra ni?a prodigio que pretende el salto hacia la madurez, parece m¨¢s pendiente de evitar un desnudo apret¨¢ndose al cuerpo la s¨¢bana de la cama en la que acaba de echar un polvo, que de exteriorizar a fondo su alegr¨ªa por la noticia de la futura grabaci¨®n de un disco con la m¨ªtica Mercury Records. La verdadera cantante de The Runaways no se lo hubiese permitido.
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