Una matr¨ªcula de ¨²ltima hora obliga a un colegio a habilitar un aula en un almac¨¦n

Mientras cientos de colegios echan el cierre cada a?o por falta de alumnos, en A Illa de Arousa ocurre lo contrario, con un crecimiento vegetativo positivo desde finales de la pasada d¨¦cada. En este curso el Ayuntamiento se ha visto obligado a habilitar un aula m¨¢s en el colegio de primaria y acometer una ampliaci¨®n a la que se hab¨ªa comprometido la Xunta el a?o pasado. Ajenos a las pol¨¦micas pol¨ªticas, los peque?os viv¨ªan ayer su primer d¨ªa de clase mientras los operarios municipales trabajaban a contrarreloj para convertir en aula especial de audici¨®n y lenguaje una de las estancias del centro que hasta ahora se utilizaba para almacenar material escolar.

Fue en el ¨²ltimo momento, antes de empezar las clases, cuando una nueva matr¨ªcula, la del alumno n¨²mero 51, super¨® el tope de 25 alumnos por cada uno de los dos grupos ya creados y oblig¨® al centro a crear uno m¨¢s a toda prisa. Ante el d¨¦ficit de aulas, la direcci¨®n no estaba dispuesta a relegar otras asignaturas, como inform¨¢tica o ingl¨¦s. El Ayuntamiento decidi¨® asumir las obras prometidas por el delegado territorial de Educaci¨®n, dado el incremento del alumnado en primaria que se prev¨¦ hasta el curso 2014.

El alcalde considera inadmisible que tenga que financiar unas obras que son competencia de la conseller¨ªa. "Si ellos aluden a la crisis, m¨¢s la est¨¢n sufriendo los ayuntamientos", dijo Manuel V¨¢zquez. "Debemos emplear un dinero que ten¨ªa otro destino, pero entendemos que la educaci¨®n, al igual que la sanidad, son dos pilares fundamentales que no pueden estar desatendidos. Despu¨¦s, todas las facturas, se las pasaremos a la Xunta", apuntill¨®.

Hasta ayer, el Ayuntamiento no hab¨ªa recibido ninguna explicaci¨®n del delegado territorial. A ¨²ltima hora de la ma?ana le emplazaron para celebrar una reuni¨®n a principios de la pr¨®xima semana. En el centro nadie quiere hablar de la pol¨¦mica aula y prefieren ceder los comentarios a los pol¨ªticos. "Que se peleen entre ellos y se arreglen, pero a nosotros que nos dejen trabajar", comentaba una profesora mientras el director, Carlos Lorenzo, atend¨ªa las incidencias propias del primer d¨ªa de clase.