Cuba pone en marcha las reformas para alentar la iniciativa privada
El r¨¦gimen suprimir¨¢ 500.000 puestos p¨²blicos y autorizar¨¢ el trabajo asalariado
La cuenta atr¨¢s ha comenzado. El Gobierno de Ra¨²l Castro anunci¨® ayer oficialmente que sus planes para "ajustar" el modelo econ¨®mico y hacerlo sostenible pasan por una reestructuraci¨®n radical e inmediata del empleo, que implicar¨¢, como primer paso, la reducci¨®n en 2011 de m¨¢s de 500.000 puestos de trabajo en el sector estatal, un 12% del total. El r¨¦gimen, a cambio, abrir¨¢ las puertas al peque?o empleo privado y cooperativo y autorizar¨¢ el trabajo asalariado para que puedan salir adelante los que vayan al paro, pues el Estado no los subvencionar¨¢. Seg¨²n diversas fuentes, est¨¢ previsto que cientos de miles de cubanos pasen al sector privado en los pr¨®ximos a?os. Toda una revoluci¨®n en la isla.
Los centros estatales deber¨¢n presentar un plan de ajuste antes de abril
"Se trata de una reforma de calado y, de aplicarse como se ha anunciado, sin duda cambiar¨¢ el pa¨ªs", afirma un economista cubano. Pone los siguientes datos encima de la mesa: en la isla, con 11 millones de habitantes, hay 4,95 millones de ocupados. De ellos, m¨¢s del 80% (4,1 millones) trabajan para el Estado, mientras que 600.000 laboran en el sector privado (de estos, 141.000 tienen licencia para ejercer el trabajo por cuenta propia) y 250.000 son cooperativistas. El propio Ra¨²l Castro ha admitido que las plantillas est¨¢n infladas en m¨¢s de 1,3 millones de personas; es decir, uno de cada cuatro empleados del Estado sobra en su puesto.
"Est¨¢ previsto que en un plazo de tres a?os todos est¨¦n fuera de sus centros laborales y, obviamente, muchos pasar¨¢n al sector privado", explica un funcionario al tanto de los planes gubernamentales. Diversas fuentes han confirmado a EL PA?S que en octubre se promulgar¨¢ una nueva legislaci¨®n que ampliar¨¢ sustancialmente el trabajo por cuenta propia, el arrendamiento de casas y permitir¨¢ la creaci¨®n de cooperativas en diversos sectores, fundamentalmente el de los servicios. Tambi¨¦n se permitir¨¢ la contrataci¨®n de mano de obra asalariada, lo que podr¨ªa abrir las puertas a la creaci¨®n de peque?as empresas, aunque todav¨ªa es pronto para saber el verdadero alcance de la reforma.
Sea audaz o pacata, la ampliaci¨®n de la iniciativa privada es un hecho, y lo es porque manda la realidad: la situaci¨®n econ¨®mica es sumamente grave. "Nuestro Estado no puede ni debe continuar manteniendo empresas, entidades productivas, de servicios y presupuestadas con plantillas infladas y p¨¦rdidas que lastran la econom¨ªa", asegura el comunicado de la Central de Trabajadores de Cuba (la CTC, el sindicato ¨²nico), en el que se informa de la dr¨¢stica reducci¨®n de plantillas.
Todos los centros estatales deber¨¢n presentar un plan de ajuste antes de abril, y est¨¢ previsto que al cierre de 2011 est¨¦n fuera los primeros 500.000 trabajadores "sobrantes".
La CTC indica que "ya no ser¨¢ posible aplicar la f¨®rmula de proteger o subsidiar salarialmente de forma indefinida a los trabajadores". Se trata de un punto clave. Nadie lo ha confirmado oficialmente, pero al parecer el proyecto es hacer a los cesantes una oferta de empleo en sectores estatales disponibles -como la agricultura y la construcci¨®n, fundamentalmente-, y si no es de su conveniencia, entonces el Estado se limitar¨¢ a pagar un mes de sueldo por cada diez a?os trabajados.
El ajuste es de una dureza extrema. Y m¨¢s cuando durante medio siglo el pa¨ªs se rigi¨® por el paternalismo m¨¢s antiecon¨®mico. Ahora, el Gobierno se prepara para afrontar el descontento social que seguro generar¨¢n los recortes, pero no hay marcha atr¨¢s. "Es necesario elevar la producci¨®n y la calidad de los servicios, reducir los abultados gastos sociales y eliminar gratuidades indebidas y subsidios excesivos", constata la CTC.
Empez¨® la cuenta atr¨¢s. Viene el realismo duro, con reconversiones de caballo y cientos de miles de parados, pero tambi¨¦n con oportunidades en el sector privado. Hoy se admite abiertamente que la decisi¨®n de nacionalizar todos los peque?os negocios privados, en 1968, fue un grave error.
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