Nuevo curso
El hombre, como cualquier animal domesticado, termina adaptando el universo a sus rutinas. Para los que pasamos los primeros 20 a?os de nuestra vida sometidos al calendario escolar, la vuelta al colegio sigue significando el cambio de a?o. El principio del nuevo curso es una Navidad laica, sin uvas y sin discurso del Rey, pero con prop¨®sitos renovadores y hasta suscripci¨®n a fasc¨ªculos, que tambi¨¦n un d¨ªa nos dejar¨¢n tirados. El aroma de vuelta al cole lo impregna todo. Las parrillas de televisi¨®n se renuevan, desaparecen programas y otros se retocan. Por lo general, suele ser el mismo regalo pero envuelto con distinto papel. Lo iremos descubriendo mientras los presentadores pierden el bronceado.
Lo m¨¢s previsible de la vuelta al colegio vista a trav¨¦s de la televisi¨®n es el empe?o de los servicios informativos por visitar micro en ristre alg¨²n colegio. Filmar el lloro comprensible de los debutantes y las declaraciones del m¨¢s zoquete del aula.
Sin embargo, poco se ha publicitado este a?o el dato de que los centros privados tienen m¨¢s n¨²mero de alumnos por clase que los p¨²blicos. Tampoco se analiza si es positivo para la formaci¨®n humana de los ni?os que avancemos tanto su entrada en la rutina escolar, forzados por las exigencias laborales de los padres. Y, por supuesto, a ning¨²n canal se le ocurre analizar las supuestas ventajas que nos iba a traer la liberalizaci¨®n de los precios de los libros de texto. Mucho presumir de que la competencia nos traer¨ªa innumerables ventajas y la verdad es que el pastel se lo han quedado las grandes superficies frente al peque?o librero, el precio de esos libros obligatorios es m¨¢s alto que nunca y las mochilas de los ni?os siguen prometiendo un futuro masivo de lesionados cervicales. Las editoriales principales funcionan con un tono soprano, donde nadie se atreve a rechistarles, y a los padres que reivindican en p¨²blico la razonable posibilidad de que sus diferentes hijos puedan heredar de a?o en a?o los libros de texto yo les recomendar¨ªa que miraran debajo del coche antes de arrancarlo por las ma?anas. Un ejemplo m¨¢s de que el neoliberalismo solo nos traer¨ªa ventajas. Con ventajas as¨ª, me alegro de haber estudiado hace 30 a?os.
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