La ONU se aferra a los objetivos del milenio pese al repunte de la pobreza

Las promesas est¨¢n para ser cumplidas. Ese fue el mensaje que el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, lanz¨® ayer desde Nueva York, a una semana de la cumbre dedicada a revisar e impulsar los progresos en la lucha contra la extrema pobreza. La recesi¨®n global, admite, cre¨® escepticismo. Pero los Objetivos de Desarrollo del Milenio, dijo, se pueden alcanzar.

"Estamos en una carrera contra el reloj", se?al¨® el surcoreano. A la cumbre, que tendr¨¢ lugar entre 20 y 22 de septiembre, asistir¨¢n 139 jefes de Estado y de Gobierno. La semana pasada se consensu¨® un documento en el que se establecen directrices claras y simples para cumplir en 2015 la tarea fijada. "Hemos hecho grandes progresos", dijo. Pero no es suficiente.

El Banco Mundial public¨® ayer un informe en el que constata que los avances realizados para combatir la pobreza fueron significativos, hasta que estallaron las crisis financiera, energ¨¦tica y alimentaria. El organismo estima que este a?o habr¨¢ 64 millones m¨¢s de personas en situaci¨®n de extrema pobreza. "La crisis empeor¨® las cosas", lament¨® Robert Zoellick.

Por eso, la ONU y el Banco Mundial piden a los l¨ªderes que "redoblen" los esfuerzos. Ban se?ala que en esta fase deben concentrarse los recursos donde m¨¢s impacto tienen. "Hay que invertir en lo que funciona y arreglar lo que no", remacha Zoellick, que anunci¨® nuevos compromisos financieros en el ¨¢mbito de la educaci¨®n, la agricultura y la salud. Ban Ki-moon aprovechar¨¢ el evento para anunciar la personalidad que se pondr¨¢ al frente de la nueva agencia de ONU Mujeres, que aglutinar¨¢ los trabajos en favor de la mujer.

Al ritmo actual, ninguno de los ocho objetivos fijados en 2000 se alcanzar¨¢n en la fecha marcada. Ban calcula que ser¨¢n necesarios 100.000 millones de d¨®lares (77.000 millones de euros) para conseguirlo. El documento har¨¢ menci¨®n a los retrasos en los pa¨ªses del ?frica subsahariana. Los m¨¢s empobrecidos denuncian que los ricos se escudan en la crisis para no movilizar los fondos prometidos.