El orden de los factores...

"No me gustan los que me dicen lo que yo me digo, y me aficiono a los que de vez en cuando me contradicen", le escrib¨ªa en una carta Unamuno a Cajal. Por eso precisamente, agradeciendo los apoyos recibidos a mi divertimento veraniego Clases a la bolo?esa, me interesan mucho m¨¢s las cr¨ªticas argumentadas. Incluso aunque en algunas sea dif¨ªcil entender la relaci¨®n entre lo que uno escribi¨® y lo que otros creen haber le¨ªdo.

Es cierto: cuesta mucho trabajo preparar una buena clase magistral. Tambi¨¦n lo cuesta preparar cada cap¨ªtulo de un buen libro sobre la materia. Lo que se trataba de discutir es el orden id¨®neo para la escucha, el di¨¢logo y la lectura. Yo pienso que el resultado es mejor si los alumnos leen primero un texto -y tienen despu¨¦s la posibilidad de deliberar en clase sobre lo le¨ªdo- que si lo primero que hacen es escuchar el tema y lo segundo estudiar los apuntes que han tomado (a la bibliograf¨ªa recomendada, todos sabemos el caso que le hacen). Esta tesis se puede desarrollar y matizar, desde luego, pues no es lo mismo un curso de filosof¨ªa o literatura (en el que lo ideal es leer a los cl¨¢sicos) que uno de bacteriolog¨ªa (en que se puede recurrir a un buen manual reciente o puede el profesor escribirlo ¨¦l mismo si piensa que nadie en el mundo lo har¨ªa igual de bien). Pero la idea general (discutible, como se ha visto) es que lo transmitido por escrito (y analizado despu¨¦s en clase) se asimila mejor que lo transmitido de viva voz. Regla que tiene m¨²ltiples excepciones: hay cursos en algunas c¨¢tedras del Coll¨¦ge de France que duran 12 horas anuales, en las que se expone el trabajo, a¨²n no publicado, que el profesor est¨¢ acabando de elaborar. No se le ocurre repetir lo que ya ha publicado el a?o anterior. A clases magistrales como esas me apunto yo como alumno.