De pesca
Los pol¨ªticos tiran la ca?a en una charca turbia. Los partidos lanzan sus redes de arrastre y tratan de llevarse a la bodega todo lo que pueden. El dicho de "un hombre, un voto", que naci¨® como expresi¨®n de la grandeza de la democracia y la libertad, a veces parece m¨¢s bien un eslogan de venta directa. Es curioso que la sociedad civilizada sea tan cr¨ªtica con los pol¨ªticos, como si su faena no fuera bien parecida a la de los viajantes de comercio o los tenderos. En Estados Unidos el fen¨®meno de los Tea Party trae la metodolog¨ªa de Av¨®n llama a tu puerta o las reuniones de Tupperware a la pol¨ªtica electoral. Las dotes de persuasi¨®n de un vecino de urbanizaci¨®n pueden derechizar a la derecha. Igual que Obama labr¨® los campos virtuales de la movilizaci¨®n en Internet, otros labran las heridas de la Am¨¦rica m¨¢s reaccionaria.
En Espa?a vemos a los pol¨ªticos salir en La noria o con Ana Rosa, como en campa?a visitan un mercado para dar la mano al pescadero y aguantar la co?a de una frutera deslenguada. En esas peluquer¨ªas televisivas, los contertulios, como si esperaran a que les acabaran los rizos o la permanente, reparten le?a sobre todo lo que se mueve. El ¨²ltimo en comparecer fue Artur Mas, al que Pasqual Maragall ha bendecido en una entrevista como pr¨®ximo president de Catalunya. "Porque toca y porque ha aprendido a sonre¨ªr", ha explicado, como buen conocedor de los resortes electorales y los rencores de partido. Montilla, que tiene el m¨¦rito de dedic¨¢ndose a la pol¨ªtica no saber sonre¨ªr, dejar¨¢ el poder como el Willy Loman de Muerte de un viajante, contando batallitas en la intimidad de una ¨¦pica difusa.
Mientras tanto en Madrid, Trinidad Jim¨¦nez y Tom¨¢s G¨®mez dejar¨¢n que los militantes, algo m¨¢s condicionados que los votantes, juzguen qui¨¦n tiene la mejor sonrisa para derrotar a la sonrisa de Esperanza Aguirre. Les toca pescar en el coto de la federaci¨®n madrile?a, donde se mezclan las carpas con los cocodrilos. Tirar ah¨ª la ca?a tiene su peligro. Pero as¨ª es ese oficio. Por la tele salen con sus anzuelos. Aprendamos de los peces, eligen el gusano m¨¢s apetitoso y muerden sin mirar por encima del hombro a nadie.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.