"No hay historia m¨¢s extraordinaria que la de Dover"
La primera vez que trat¨¦ a las hermanas Llanos acababan de recibir el primer disco de oro por Devil came to me. No fue un encuentro feliz y confieso que durante 15 a?os desarroll¨¦ cierta hostilidad hacia sus propuestas y sus personas (luego intentar¨¦ explicarlo). As¨ª que me quedo sorprendido cuando llego a un hotel madrile?o y all¨ª est¨¢ el cuarteto entero, cordial e interesado por las cuitas del entrevistador.
No parece una t¨¢ctica para congraciarse; m¨¢s bien, el entusiasmo de un grupo orgulloso de su nuevo trabajo. Y resulta comprensible: como hicieron en Follow the city lights, han vuelto a romper la baraja. I ka ken¨¦ est¨¢ marcado por su inmersi¨®n en las m¨²sicas africanas, sin dejar de ser Dover. Una de las hermanas, que ejerce de l¨ªder, explica su g¨¦nesis sentimental:
"Fiebre disco en ?frica"
"Lo peor es si no hay cr¨ªticas. Al principio es guay que no se metan contigo. Despu¨¦s..."
"Soy de quedarme en casa y ver series. 'Mad men' me da pereza, lo m¨ªo es 'Cu¨¦ntame"
Amparo Llanos. En junio de 2009 conoc¨ª a un chico maliense, un inmigrante sin trabajo. Es un enamorado del rap estadounidense, pero me puso m¨²sicas de su tierra y me qued¨¦ encantada. Empec¨¦ a investigar y para septiembre estaba totalmente colgada.
EP3. ?De alg¨²n estilo en particular?
A. Ll. Me atra¨ªan los artistas m¨¢s ac¨²sticos, con melod¨ªas casi folk, pero tambi¨¦n los bailables. Termin¨¦ explorando todo el continente de forma virtual. Todav¨ªa no he visitado aquellos pa¨ªses y no estoy segura de que me gusten: esas familias donde el hombre tiene varias esposas....
Su hermana Cristina ratifica que ese entusiasmo era contagioso: "Yo creo ciegamente en las intuiciones de Amparo. Ten¨ªa el temor ¨ªntimo de que ¨ªbamos rumbo a un Follow the city lights, pero con menos fuerza, y, de repente, ella nos mostr¨® una salida".
Cosa grande es escuchar hoy a las Llanos enumerar sus artistas africanos favoritos: si hablan de Boubacar Traor¨¦, le llaman Kar Kar, como se hace en Mal¨ª (es el t¨ªtulo de su mayor ¨¦xito). Amparo llevaba sus creaciones ex¨®ticas al local de ensayo, y el grupo, aparentemente sin trauma, empez¨® a pertrecharse de percusiones, de mandolina, de diccionarios, de todo lo necesario para el viaje.
EP3. ?De qu¨¦ tratan las canciones?
A. Ll. Esencialmente, se han adecuado las letras a las estructuras musicales. Son conceptos po¨¦ticos muy sencillos. Se nos ocurr¨ªan frases que Mohammed nos traduc¨ªa al bambara, donde encuentras similitudes fon¨¦ticas con el espa?ol, como la e?e. Y Jes¨²s tiene una t¨ªa fil¨®loga que nos ha evitado errores.
EP3. Llama la atenci¨®n el "yo no soy nada maternal", cantado en franc¨¦s en La r¨¦ponse divine.
Cristina Llanos. Ya s¨¦ que suena casi sacr¨ªlego, pero me siento as¨ª. Me gustan los ni?os, pero no me imagino de madre.
EP3. ?Pero cantas en otro idioma por no atreverte a contar eso en castellano?
C. Ll. No creo en transmitir mensajes. Lo que busco son esos momentos que sientes que se te mueve el alma.
A. Ll. Haremos canciones en espa?ol cuando nos lo exija la m¨²sica.
Jes¨²s Ant¨²nez, el baterista, reconoce que Amparo marca el rumbo: "Se cansa antes que nosotros de lo que hacemos, sabe cu¨¢ndo debemos cambiar". Con todo, aquello es una democracia, insisten: "Hay una comunicaci¨®n que casi ni necesita verbalizarse. Si Amparo o Cristina traen un tema y alguien pone mala cara, debe volver a boxes. No nos sirve o hay que trabajarlo m¨¢s". Esa es la teor¨ªa: en la pr¨¢ctica, todo lo compuesto para I ka ken¨¦ termin¨® en el disco.
No sab¨ªan que una maldici¨®n persigue a los Byrne, Gabriel, Simon y dem¨¢s creadores del rock que han interactuado con las m¨²sicas ¨¦tnicas: pueden tener un repunte de popularidad con esos discos, pero su p¨²blico habitual les castiga y entran en barrena: "No lo creemos. Lo que pudo pasar es que vivieron un subid¨®n de creatividad al conocer esas m¨²sicas y los siguientes discos perdieron ese impulso".
Son conscientes de que Internet est¨¢ lleno de quejas y maldades por esta nueva direcci¨®n. Para Cristina, tanto alboroto puede revelarse hasta positivo: "Lo peor es cuando no hay ni cr¨ªticas. Pas¨® con The flame (2003). Al principio fue como '?Guay, qu¨¦ alivio, no se meten con nosotros!'. Despu¨¦s... comprendimos que el problema era el disco. No nos hab¨ªamos dado cuenta, pero est¨¢bamos al final de ese camino, cansados y faltos de inspiraci¨®n".
Aseguran que carecen de explicaci¨®n para esos odios que despiertan. Yo tengo mis sospechas. Aunque parezca trivial, ellas vinieron de las afueras, de Boadilla del Monte: no se integraron en el mundillo del rock capitalino, que respiraba entonces por el barrio de Malasa?a. Cristina lo acepta a medias: "Sin darte cuenta, tocas teclas de miedo e inseguridad en gente que no te conoce. Triunfamos con el segundo disco y eso despert¨® envidias". Adem¨¢s, no cree en la idea de comunidad del rock: "?Qu¨¦ es rock, irte a Discos Melocot¨®n a comprar vinilos? A m¨ª lo que me importa es tener garra; se trata de algo que llevas dentro, no necesitas afirmarlo yendo a determinados bares."
Y encima parec¨ªan pijas. Se dec¨ªa que trabajaban en la boutique familiar (y la moda no parec¨ªa una buena incubadora para el grunge). Te enterabas de que -antes incluso del boom de Dover- Amparo vol¨® a Hawai para ver actuar a Nirvana. Qu¨¦ nivel¨®n, pensabas. Ella lo aclara: "En realidad, llevaba tres o cuatro a?os sin vacaciones. Me fund¨ª mis ahorros en una semana, pero sin remordimientos. Coincid¨ª con el punto ¨¢lgido de la relaci¨®n entre Kurt y Courtney, cuando se casaron en Waikiki".
Adem¨¢s, insisto, no parec¨ªa que vivieran la imp¨ªa tr¨ªada de sexo, drogas y rock and roll. Es el momento de las risitas, de las miradas a cuatro bandas. Amparo responde tajante: "Al ser una banda con dos chicas, no atraemos a groupies. Al menos ?yo no vi grandes org¨ªas!". Cristina se pone misteriosa: "Las apariencias enga?an mucho. Ser¨ªa arriesgado afirmar que Dover nunca tuvo contactos con las drogas". Pero se apresura a negar que Follow the city lights fuera consecuencia del descubrimiento del ¨¦xtasis, un rumor que circul¨® en su momento. "Qu¨¦ horroroso lo de dividir una carrera seg¨²n las sustancias. Los discos del alcohol, el doble ¨¢lbum del caballo, la etapa de la coca... Odiamos esos t¨®picos".
No creen en el rock and roll como estilo de vida, que supuestamente crea alrededor suyo un espacio de libertad. Amparo: "Nunca fuimos de salir en plan destroyer. Aunque hubo una gira por Alemania que registr¨® notables borracheras". Ella vive ahora en el madrile?o barrio de Salamanca, mientras que Cristina se ha instalado en Chueca: "No me hago el circuito gay, para nada. Soy m¨¢s bien de quedarme en casa y darme un atrac¨®n de series. No, Mad men o Los Soprano me dan como pereza. Lo m¨ªo son las series amables, como Sexo en Nueva York. Y las espa?olas, especialmente Cu¨¦ntame."
?De verdad? "S¨ª, s¨ª. Veo a Imanol Arias y me recuerda a mi padre. Ahora entiendo por lo que pasaron y de d¨®nde venimos. F¨ªjate, que me da miedo que lleguen a a?os que yo recuerdo, a mi infancia". Reconoce Cristina que pas¨® por etapas de consumo desaforado de televisi¨®n, "me estoy desenganchando, me tragaba todo."
Ya sabemos que ella se ha transformado radicalmente, desde lo f¨ªsico hasta lo interior. "Yo necesito disciplina y orden en mi vida. Para m¨ª, la rutina es el remedio contra el caos al que tiendo. Hago ejercicios de foniatr¨ªa y tengo un entrenador. Es indispensable: yo nac¨ª con cinco kilos y cuatrocientos gramos, lo que significa que soy grandota por naturaleza. Hasta hace unos a?os, que me decid¨ª a cambiar de dieta, a cuidar el cuerpo, a calmar el demonio que te empuja a hacer cosas que te sientan mal".
EP3. ?No hab¨ªa una hermana mayor que te pusiera firme?
A. Ll. La ¨²ltima vez que hubo una charla de ese tipo fue cuando ella ten¨ªa 16 a?os. Como no sirvi¨® para nada, me convert¨ª en una amiga, de apoyo total.
Distanciado de la grabadora est¨¢ el cuarto miembro de Dover, Samuel Titos, bajista desde 2002. Un cordob¨¦s callado que procede de Sperm, uno de los grupos que publicaron en el sello Lolly Jackson, aventura noble que todav¨ªa atormenta a Amparo: "Sacamos siete referencias, hasta que nos quedamos sin dinero. Adem¨¢s, nos daba disgustos: aunque eran amigos, se quejaban de que no hac¨ªamos lo suficiente por ellos. Yo le dedicaba al sello tantas energ¨ªas como a Dover, pero no ve¨ªa resultados. Aprend¨ª que son oficios diferentes, que un artista no est¨¢ necesariamente capacitado para funcionar como disquero".
EP3. ?Hay alg¨²n grupo o solista nacional que resulte admirable para Dover? Especifico: no hablo tanto de la m¨²sica como de saber mont¨¢rselo.
A. Ll. Marta S¨¢nchez, que ha superado muchos altibajos.
J. A. Miguel Bos¨¦, que sabe reciclar sus canciones y las vende durante a?os.
C. Ll. No hay historia m¨¢s extraordinaria que la de Dover.
I ka ken¨¦ se publicar¨¢ en octubre a trav¨¦s de Sony Music. S¨ªguenos en nuestro blog
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