La cinefilia 2.0 es... otra pel¨ªcula
La explosi¨®n incesante de nuevas tecnolog¨ªas, lenguajes y h¨¢bitos de consumo influye directamente en las relaciones entre los cineastas, la cr¨ªtica y el p¨²blico
Pongamos que el cin¨¦filo es un surfero y que el cine es la ola. Una imagen ya utilizada por el fil¨®sofo Gilles Deleuze a la hora de ilustrar su concepto de mediadores pero que entre las sacudidas digitales del nuevo milenio viene al caso para hablar de la interacci¨®n entre esa ola y ese surfero: la cinefilia. Una comunidad que idolatra al cine por encima de cualquier divinidad y que armada de gafas de pasta, libros de Andr¨¦ Bazin y abonos a la Filmoteca transit¨® por la cresta del siglo XX entre los cambios tecnol¨®gicos, est¨¦ticos, o industriales de este arte que, en su g¨¦nesis, empez¨® popular para convertirse, mediante su acci¨®n, en el s¨¦ptimo arte.
Hoy en d¨ªa, la cinefilia se maneja mejor con los torrents y las cuentas de Twitter que con la filmograf¨ªa de Ingmar Bergman. El cin¨¦filo 2.0 consume mucha m¨¢s cantidad de cine pero cada vez menos en salas y m¨¢s en su ordenador, en el sal¨®n de casa o en su dispositivo de telefon¨ªa m¨®vil.
Algunas webs se han convertido en referencia mundial de la cr¨ªtica de cine
"La cinefilia digital es cada vez menos independiente", dice Rom¨¢n Gubern
Este cin¨¦filo puede tener tanta influencia desde su p¨¢gina web -salvando las diferencias- como un cr¨ªtico desde un peri¨®dico de tirada nacional o como el responsable de publicity de una major de Hollywood. Este cin¨¦filo puede cambiar la forma en la que entendemos, consumimos y, sobre todo, vivimos el cine.
El interrogante, en un principio alarmante pero pertinente al fin y al cabo en los tiempos que corren, ser¨ªa: ?se trata del fin del cine tal y c¨®mo lo conocemos? EL PA?S ha preguntado a periodistas, cr¨ªticos, blogueros y acad¨¦micos sobre los v¨¦rtices que articulan la nueva relaci¨®n entre el cine y su p¨²blico.
ACCESIBILIDAD El 'modelo disco duro'
"Ahora, gracias a Internet, disponemos de toda la historia del cine ya sea por v¨ªa legal o paralegal". Al habla Carlos F. Heredero, veterano cr¨ªtico cinematogr¨¢fico, director de la versi¨®n espa?ola de la revista francesa Cahiers du Cin¨¦ma y observador desde su medio-instituci¨®n de la transici¨®n del modelo Filmoteca al modelo disco duro.
Y es que hoy en d¨ªa, el cin¨¦filo dispone v¨ªa descarga de pago o pirata, los infames torrents, pero tambi¨¦n los canales P2P o los blogs de descarga directa, v¨ªa DVD nacionales o de importaci¨®n, con cuidadas ediciones de cine sin distribuci¨®n en salas o reediciones y, ¨²ltimamente, tambi¨¦n v¨ªa web con contenidos en streaming como Filmin o Mubi, el cin¨¦filo puede disfrutar de casi todo el cine que se produce pasando, o no, por caja pero, sobre todo, no pasando por sala.
PARTICIPACI?N Comunidades virtuales
Si la web 2.0 trajo consigo los blogs y las redes sociales haciendo del usuario el centro gravitacional de la Red, la cinefilia ha integrado estas herramientas para desarrollar su actividad principal despu¨¦s de la de ingerir cine, hablar de cine, haciendo del cin¨¦filo el centro gravitacional de... el cine. El resultado es una comunidad que ha transmutado la tertulia en bares o revistas a discusiones en blogs o web especializadas haciendo de la experiencia de consumir cine menos gregaria pero s¨ª m¨¢s social con la proliferaci¨®n de comunidades virtuales en torno a, por ejemplo, el cine de terror (aullidos.com), el cine cutre (cinecutre.com) o cortometrajes (tucorto.net). "Ahora el cine es mucho m¨¢s promiscuo. Se puede compartir", comenta Jos¨¦ Manual L¨®pez, fundador de Cinexilio, uno de los foros m¨¢s activos sobre cine en la Red. ?La consecuencia? "Ya no se puede hablar de un tipo de espectador y un tipo de cine. Ahora son espectadores y cines", asegura ?ngel Sala, director del Festival de Cine de Catalu?a-Sitges.
CINE (S) Un arte popular y diverso
O, hablando en plata, la explosi¨®n del canon. Si antes parec¨ªa que el cine formaba parte del capital cultural de una minor¨ªa urbana y de clase media alta que decid¨ªa lo que val¨ªa y lo que no, lo que se ve¨ªa y lo que no, hoy, por su accesibilidad e interactividad pero tambi¨¦n por la democratizaci¨®n de sus medios de producci¨®n, el cine es m¨¢s popular y diverso que nunca. "La cinefilia digital es cada vez menos independiente y est¨¢ m¨¢s interconectada", opina el catedr¨¢tico Rom¨¢n Gubern en referencia a la creciente infecci¨®n entre cinefilias de todo el mundo a trav¨¦s de Internet que explicar¨ªan, por ejemplo, la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes para el realizador tailand¨¦s Apichatpong Weerasethakul o el creciente inter¨¦s en Occidente por las cinematograf¨ªas de pa¨ªses como Nigeria o India.
Aunque si las sensibilidades est¨¢n en plena ebullici¨®n, tambi¨¦n lo est¨¢ la naturaleza misma de lo que se entiende por cine. En su n¨²mero de Julio-Agosto, Cahiers du Cin¨¦ma en su edici¨®n francesa daba su portada a la serie de televisi¨®n Mad Men, y en el pasado Festival de Cannes el realizador Olivier Assayas se presentaba en la secci¨®n oficial con una serie para Canal + sobre el terrorista Carlos. Pel¨ªculas como Origen, de Christopher Nolan, triunfan en taquilla bebiendo descaradamente de la narrativa de los videojuegos... son s¨ªntomas de que si en el siglo XX el cine fue el hijo de la alta cultura, en el siglo XXI el cine ser¨¢ el padre del arte audiovisual.
CR?TICA ?Guerra entre papel y Red?
La prestigiosa revista Film Comment del Lincoln Center de Nueva York iniciaba en su anterior n¨²mero un debate sobre la relaci¨®n entre la cr¨ªtica en Internet y la de los medios impresos. ?Guerra encubierta? Web como Rottentomatoes.com o Metacritic.com se han convertido en referencia mundial al elaborar con las cr¨ªticas de los medios m¨¢s influyentes un ¨ªndice por pel¨ªcula que bien puede salvar o hundir su carrera comercial. Eso, mientras la Web est¨¢ poblada de blogs de mayor o menor calidad en la que se argumenta el inter¨¦s, o no, de pel¨ªculas de estreno, cl¨¢sicos o rarezas. Todo, mientras la relaci¨®n entre cine y palabra impresa se desvanece a favor de otros canales de expresi¨®n m¨¢s participativos, abiertos y globales. ?Qu¨¦ papel ocupar¨ªa entonces la cr¨ªtica dentro de la cinefilia? "En estos momentos, no tiene ninguna relevancia. Ahora lo que funciona es el boca a oreja", comenta Rom¨¢n Gubern. "El cin¨¦filo conoce el 1% de la cr¨ªtica digital que se realiza. Pero si conoces un cr¨ªtico que te da confianza, lo sigues", asegura Diego Battle, cr¨ªtico argentino y responsable de la web OtrosCines.com.
"Se tratar¨ªa de la democratizaci¨®n de la cr¨ªtica y eso no puede ser m¨¢s que interesante", comenta Carlos Heredero. "Los medios tradicionales piden una renovaci¨®n a gritos. Es verdad que la gente los lee y esos medios crean los referentes. Pero hay que ajustarse a los nuevos medios y a los nuevos tiempos." Dice David L¨®pez, responsable de la web de cine y ocio inteligente, SeptimoVicio.com.
Lo menos que puede decirse es que el debate est¨¢ abierto. Y el cine, m¨¢s que nunca, tambi¨¦n.
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