Europa se aleja de la Pen¨ªnsula
Espa?a saldr¨¢ con retraso de la crisis por el revent¨®n inmobiliario, la excesiva deuda y el ajuste fiscal - El Gobierno conf¨ªa en el consumo y las exportaciones
Mientras la m¨²sica suena hay que bailar. La ¨¦poca ilusionante de la incorporaci¨®n al euro, del boom inmobiliario, del cr¨¦dito f¨¢cil: mientras son¨® esa melod¨ªa, y retumb¨® durante una d¨¦cada larga, Espa?a protagoniz¨® una impresionante historia de ¨¦xito. Ahora la m¨²sica ha dejado de sonar. Las estad¨ªsticas dicen que la econom¨ªa crece desde hace medio a?o, pero tan lentamente que mucha gente sigue en crisis: un paro del 20%, aunque sea end¨¦mico, recuerda m¨¢s a una depresi¨®n que a cualquier otra cosa. De la ¨²ltima recesi¨®n -all¨¢ por los noventa- se sali¨® a toda velocidad; esta vez no es posible por los excesos de la ¨²ltima d¨¦cada, en la que se creci¨® mucho a costa de acumular desequilibrios. Lleg¨® la hora de purgarlos para volver a la pista. Nada f¨¢cil cuando el ¨²nico sonido que se escucha es el del aire de una burbuja que se desinfla: el pinchazo de la construcci¨®n no ha acabado y tiene atrapados a bancos, familias y empresas, que acumulan deudas justo cuando los mercados desconf¨ªan de todo lo que suene a endeudamiento.
"Espa?a ha sabido mantener cuota de mercado", defiende un alto funcionario
Manda el pesimismo, pero ning¨²n experto lo ve del todo negro
Por todo eso, y por el ajuste fiscal sin precedentes del Gobierno, Espa?a va a salir lentamente de la crisis. Con m¨¢s lentitud que Europa y que la mayor parte del mundo rico, seg¨²n Bruselas, seg¨²n la OCDE, seg¨²n el FMI y seg¨²n la mayor¨ªa de los analistas.
Y sin embargo, la confianza mejora. Aqu¨ª y all¨¢ hay indicios de que algo se mueve. El Ejecutivo y algunos expertos mantienen que Espa?a dejar¨¢ atr¨¢s la tormenta casi a la misma velocidad que los dem¨¢s, aunque la econom¨ªa tardar¨¢ mucho -un lustro, como m¨ªnimo- en lograr que el empleo se recupere. Esa es, a grandes rasgos, la narrativa de lo que nos espera: sombr¨ªa, oscura; melod¨ªa de blues. Aunque tal vez no tanto como parece.
- Las malas noticias. Los malos augurios son la t¨®nica general entre los economistas. No hace falta entrevistar a grandes expertos. Ra¨²l Marug¨¢n lleva m¨¢s de una d¨¦cada vendiendo coches en Madrid: "No se ve la alegr¨ªa que se ve¨ªa, pero ya no con los coches: con los pisos, en la tienda de aqu¨ª al lado y en el bar de la esquina. No es que la gente sea pesimista: es que ahora los pesimistas somos nosotros, los vendedores".
Los analistas aluden a un buen pu?ado de razones para explicar esa astenia. ?ngel Laborda, de Funcas, cita "la crisis inmobiliaria, que sigue dej¨¢ndose notar. Su impacto en los balances de la banca: por eso no hay cr¨¦dito. La crisis de la deuda europea, a pesar de que se ha relajado. Y el ajuste fiscal, que va a dejarse notar en el crecimiento. Todo eso deja un pa¨ªs muy parado: seco". Josep Oliver, de la Aut¨®noma de Barcelona, a?ade un problema fundamental. "El gran endeudamiento acumulado augura un largo estancamiento. Estamos discutiendo sobre si vamos a crecer el 0,5% o el 1% en 2011, cuando lo importante no son unas d¨¦cimas de PIB: es el paro y es una deuda inmanejable, que exige una cura dolorosa. No quiero ser agorero, pero lo que viene es una reducci¨®n del nivel de vida, una ca¨ªda de los salarios para ganar competitividad".
- El vaso medio lleno. Frente a ese punto de vista, el Gobierno alega que hay fundamentos para pensar que las cosas pueden ir algo mejor. ?ngel Estrada, director general en el Ministerio de Econom¨ªa, asegura que el ajuste inmobiliario "est¨¢ cerr¨¢ndose". "La clave es recuperar la confianza: el ajuste fiscal y las reformas -laboral, financiera y de pensiones- van en esa direcci¨®n. El endeudamiento ha empezado a reducirse y la tasa de ahorro est¨¢ cerca de m¨¢ximos: si se genera confianza, parte del ahorro se convertir¨¢ en consumo y acelerar¨¢ el crecimiento. De hecho, ese cap¨ªtulo ya ha empezado". Estrada asume que el ajuste inmobiliario-financiero provocar¨¢ un avance algo m¨¢s lento que el del resto de Europa. "Pero la salida va a ser igual en todo el mundo rico: no veo que muchos pa¨ªses presenten datos como los de Alemania". El Ejecutivo conf¨ªa en que la reciente mejor¨ªa de productividad -fruto, en parte, del declive de la construcci¨®n- se transforme en una mejora del sector exterior. "Espa?a ha sabido mantener cuota de mercado mundial en la ¨²ltima d¨¦cada; y durante la crisis solo Alemania presenta mejores cifras", argumenta.
- Los esc¨¦pticos. "Ese optimismo es encomiable", replica Paul De Grauwe, de la Universidad de Lovaina. "Pero al final Espa?a no tiene en sus manos la salida de la crisis: depende de la recuperaci¨®n europea, de que no haya m¨¢s sustos, y tambi¨¦n de que las cajas aguanten los riesgos inmobiliarios". "Vienen tiempos de mucha incertidumbre", avisa. "Las dificultades de Espa?a no han desaparecido: son m¨²ltiples y muy reales. Yo no dar¨ªa por acabada la crisis", a?ade Wolfgang M¨¹nchau, de Eurointelligence. Guillermo Calvo, desde Columbia, tambi¨¦n desconf¨ªa: "A Espa?a le queda a¨²n tela que cortar en todo lo relativo a la deuda. Pero mi mayor preocupaci¨®n es esa pol¨ªtica alemana de empobrecimiento del vecino, que no es sostenible y perjudica claramente a Espa?a. Yo no ser¨ªa tan optimista".
- Negro, blanco y claroscuros. Luis De Guindos, del IE, defiende que no puede haber una salida r¨¢pida de la crisis "con estos niveles de paro y de deuda, sin cr¨¦dito y con tantas incertidumbres". "El Gobierno plantea un crecimiento de m¨¢s del 1% en 2011 y cercano al 3% en los siguientes: no me extra?a, es la ¨²nica manera de que cuadren las cuentas. Pero para que eso sea posible har¨ªan faltan reformas mucho m¨¢s ambiciosas que las aprobadas. Yo no las veo".
Jos¨¦ Carlos D¨ªez, de Intermoney, discrepa. "El consumo ya est¨¢ tirando. La mitad de las familias no tienen deuda, y muchas de las que s¨ª tienen ya han pagado su primera vivienda: van a gastar si la confianza mejora. Ya hay datos que refrendan esa salida en oto?o. Toda la econom¨ªa, con la excepci¨®n del ladrillo, ha empezado a arrancar. Hubo una burbuja y hay un excesivo endeudamiento que nos hace vulnerables, es evidente: el panorama es lo suficientemente voluble como para guardar prudencia, pero si no pasa nada raro saldremos de esta como los dem¨¢s. Quiz¨¢ con algo menos de intensidad, por la vivienda, pero como los dem¨¢s".
Pesa m¨¢s el pesimismo, pero nadie lo ve del todo negro. Antonio Garc¨ªa Pascual, de Barclays Capital, defiende los argumentos del Gobierno: consumo y exportaciones pueden deparar sorpresas agradables, aunque las incertidumbres espa?olas e internacionales "van a graduar el alcance de esas buenas noticias". Daniel Gros, del think tank CEPS, asegura que el sector exterior no tiene peso como para aportar mucho, y que un empuj¨®n del consumo "es una mala idea: una tasa de ahorro elevada le da a Espa?a un colch¨®n confortable por lo que pueda venir". "El estancamiento es el escenario m¨¢s probable", concluye. El consuelo es que se trata del escenario m¨¢s probable en casi todas partes. La m¨²sica apenas se oye a¨²n. Pero no solo en Espa?a.
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