M¨¢s mercados y m¨¢s capital
En medio del debate sobre la magnitud de la p¨¦rdida de dinamismo que est¨¢n evidenciando algunos indicadores de coyuntura, la actividad en los mercados de financiaci¨®n empresarial ha ido ganando pulso de forma constante desde el cierre de los meses posteriores a la quiebra de Lehman Brothers (hace esta semana dos a?os). Desde las emisiones de deuda corporativa hasta las Ofertas P¨²blicas de Venta (OPV), pasando por las operaciones de fusiones y adquisiciones, la recuperaci¨®n de actividad ha sido generalizada. A pesar de que los vol¨²menes de negociaci¨®n y/o transacciones contin¨²an siendo muy inferiores a los de 2007, superan significativamente los de trimestres anteriores. A modo de ejemplo, en los ¨²ltimos 12 meses el volumen de OPV asciende a m¨¢s de 15.000 millones de d¨®lares, cinco veces m¨¢s que un a?o antes. Tambi¨¦n en los mercados de deuda corporativa las emisiones han ido ganando frecuencia y amplitud en los ¨²ltimos trimestres. Ello contrasta con el menor dinamismo que contin¨²an mostrando los flujos de financiaci¨®n bancaria a empresas no financieras, tanto en EE UU como en la eurozona.
La necesidad de fortalecer los recursos propios en todos los sectores productivos es manifiesta
Entre los factores que explican este comportamiento cabe destacar la paulatina normalizaci¨®n de las primas de riesgo tanto soberano como financiero, en un entorno de pol¨ªticas monetarias y fiscales extraordinariamente expansivas. Pero a ello hay que unir aspectos de car¨¢cter estructural que previsiblemente anticipen cambios relevantes en los flujos de financiaci¨®n durante la siguiente fase del ciclo.
Desde que comenzara la crisis, el exceso de capacidad y apalancamiento de los agentes econ¨®micos ha dado lugar a un proceso de adelgazamiento y recomposici¨®n de balances. Las lecciones aprendidas en este proceso y los cambios regulatorios introducidos condicionar¨¢n los flujos de financiaci¨®n en el siguiente ciclo.
En el marco de Basilea III no cabe esperar que las empresas no financieras cuenten con la misma complicidad del sistema bancario en la financiaci¨®n de sus actividades que en la anterior fase alcista del ciclo. Muy previsiblemente nos enfrentemos a un escenario con un creciente peso de operaciones de financiaci¨®n directamente en mercados y a una paulatina disminuci¨®n del volumen de intermediaci¨®n bancaria. Junto a ello, la necesidad de fortalecer los recursos propios en todos los sectores productivos es manifiesta. Las exigencias de capital establecidas en Basilea III no solo afectar¨¢n al sector bancario, sino que se generalizar¨¢ al resto de los agentes productivos. En primer lugar, porque la necesidad de cumplir con ratios de capital m¨¢s exigentes incrementar¨¢ la rentabilidad exigida, con el consiguiente impacto, por ejemplo, en los tipos de inter¨¦s aplicados a los pr¨¦stamos concedidos, y por tanto, sobre su coste relativo frente al capital. En segundo lugar, la aplicaci¨®n de estructuras menos apalancadas exigir¨¢ a las empresas balances m¨¢s saneados y capitalizados.
Esta es una combinaci¨®n de factores que apuntan a un entorno de financiaci¨®n m¨¢s complejo y caro, que podr¨ªa tener un impacto relativo en el crecimiento potencial del pr¨®ximo ciclo. Pero al mismo tiempo, la transici¨®n hacia un modelo en el que la financiaci¨®n directa en mercados de las empresas adquiera un mayor peso permitir¨¢ diversificar riesgos y equilibrar los flujos de financiaci¨®n en la econom¨ªa. -
Alfonso Garc¨ªa Mora y Daniel Su¨¢rez son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Afi).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.