Desfile de irrelevancias
Las propuestas de la tercera jornada de la pasarela Cibeles naufragan en el tedio
Dice bastante del inter¨¦s que despierta la moda espa?ola que Nova, el canal de la TDT que emit¨ªa ¨ªntegramente los desfiles de Cibeles en directo, haya decidido esta temporada programar en su lugar la reposici¨®n del culebr¨®n Pasi¨®n de gavilanes, que cuenta con un share del 4%. A la hora de su emisi¨®n, las 16.00, andaba Juan Duyos presentando sus et¨¦reos vestidos de crep¨¦ estampados a mano. "Estoy celosa porque no me has sacado a desfilar", bromeaba la directora de la pasarela, Cuca Solana, antes de llevarse al dise?ador al kissing room. En un estimable golpe de efecto, el madrile?o incluy¨® en su casting a cuatro mujeres maduras. Entre ellas, Elo¨ªsa Bercero, c¨¦lebre en su d¨ªa por haber comprado alta costura, y Marie-Ange Schmitt-Lebreton, antigua directora de la academia de formaci¨®n del reality Supermodelo. "Estoy harto de ver a modelos de 20 a?os que venden cremas antiarrugas para mujeres de 60", razon¨® en el backstage Duyos. "Desde mi peque?a y humilde tribuna quiero reivindicar que la belleza no se acaba ni a los 40 ni a los 50". Acentuada por los siniestros acordes de La danza de los caballeros, de la suite de Romeo y Julieta, de Prok¨®fiev, la colecci¨®n desconcert¨® por su inusual prudencia. Se echaron en falta los atrevidos juegos de vol¨²menes del Duyos m¨¢s exc¨¦ntrico, pero la delicadeza de sus siluetas y su habilidad con el color bastaron para ratificarle como una de las bazas claras de la cita.
Horas antes, las t¨ªmidas asimetr¨ªas y superposiciones que trataron de romper el mon¨®tono soniquete de Jes¨²s del Pozo consegu¨ªan parad¨®jicamente hacer m¨¢s palpable su evidente falta de ambici¨®n. Cierto que los drapeados grecorromanos y las caracter¨ªsticas texturas r¨²sticas evocaron los d¨ªas de gloria del madrile?o. El dominio de las proporciones ofrece pocas dudas sobre sus 36 a?os de experiencia. Pero resulta descorazonador ver al responsable de alguna de las p¨¢ginas m¨¢s notables de la moda espa?ola abandonarse a la m¨¢s inofensiva de las irrelevancias.
Miguel Palacio est¨¢ de celebraci¨®n. O al menos eso sugiere su nota de prensa. En una ¨¦poca en la que Carmen March, Javier Larrainzar o David Delf¨ªn est¨¢n cerrando tiendas, el bilba¨ªno anuncia la apertura de su primera flagship store -as¨ª llaman en el negocio a los espacios que concentran el universo visual de una marca-. Este tampoco parece ser el momento para empezar a mojarse. Salvo algunos simp¨¢ticos ramalazos disco alejados de su habitual discurso, su irreprochable colecci¨®n de vestiditos negros y beis resultaron tan vendibles como inocuos. La dictadura de lo mono parece seguir gobernando esta pasarela con mano dura.
M¨¢s visceral se mostr¨® Ana Locking. "Mi trabajo refleja mi preocupaci¨®n por el devenir del ser humano", explic¨® mientras mostraba dos estampados ¨®pticos confeccionados a partir de fotograf¨ªas cient¨ªficas. Un divertido juego de transparencias y superposiciones que no brill¨® especialmente por su ejecuci¨®n, pero con un componente lo bastante trash e incorrecto como para mitigar los efectos de una jornada particularmente tediosa.
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