Por una cultura del mantenimiento
Una serie de caracter¨ªsticas del cambio de siglo se?alan un momento de oportunidades si se aprovechan hechos como los cambios de valores de la ciudadan¨ªa hacia una mayor preocupaci¨®n por las cuestiones ecol¨®gicas.
Una caracter¨ªstica clave de Europa es el envejecimiento, tanto social como de los entornos construidos. Y la prolongaci¨®n de las expectativas de vida requiere la transformaci¨®n de las estructuras urbanas, espacios p¨²blicos y equipamientos. Este salto en la demograf¨ªa se comprueba al leer Can our cities survive? (1942), de Josep Llu¨ªs Sert, donde, al tratar del espacio p¨²blico, reproduce un esquema del grupo holand¨¦s del CIAM en el que a los mayores de 50 a?os, dibujados como ancianos, no se les da otra opci¨®n que pasear apoyados en sus bastones o sentarse en un banco.
Hay que aprovechar lo que tenemos. Transformar en lugar de derribar crea m¨¢s igualdad y diversidad en las sociedades
Otra caracter¨ªstica es el creciente individualismo, el ¨¦nfasis en la singularidad y la diversidad, la necesidad de distinci¨®n. Todo ello puede desbordar en la atomizaci¨®n, el consumismo y la insolidaridad, pero una buena gesti¨®n urbana y social puede potenciar la participaci¨®n en acuerdos, intercambios y servicios compartidos. En cualquier caso, la ciudad ha de albergar esta gran variedad.
Al mismo tiempo, la vivienda reclama unos usos m¨¢s flexibles, acordes con la evoluci¨®n de las familias hacia la diversidad de "unidades convivenciales". Lo escrib¨ªa Joan Subirats en EL PA?S del 4 de septiembre pasado: "Nos faltar¨¢ la familia, pero la construiremos y reconstruiremos m¨¢s a nuestro modo". Por tanto, necesitamos unas viviendas transformables y no jer¨¢rquicas.
Por ¨²ltimo, ha aumentado la valoraci¨®n de la cultura urbana, las relaciones sociales, la calidad de vida, el bienestar y la felicidad. Lo cual es m¨¢s posible en la ciudad densa y bien equilibrada, reduciendo el predominio del autom¨®vil y mejorando el transporte p¨²blico.
Todo esto conduce a primar la rehabilitaci¨®n y la remodelaci¨®n de lo existente, reforzado la ciudad compacta y potenciando una cultura del mantenimiento. En este contexto, las viviendas antiguas se revalorizan por sus posibilidades y flexibilidad. La rehabilitaci¨®n podr¨ªa dar lugares de trabajo, no solo en un sector de la construcci¨®n reorganizado, con unas obras de menor tama?o y tecnolog¨ªas intermedias, sino tambi¨¦n a centenares de agentes de barrio que se dedicasen al mantenimiento y reparaci¨®n de grupos de edificios.
En definitiva, el gran cambio que se ha producido en la cultura arquitect¨®nica ha sido pasar de la restauraci¨®n de edificios singulares a la remodelaci¨®n de barrios, pol¨ªgonos, tejidos urbanos y edificios ordinarios. En esto la ciudad pionera fue Bolonia, cuando en 1969 el urbanismo de izquierda plante¨® una pol¨ªtica sistem¨¢tica de restauraci¨®n de su gran centro hist¨®rico, reforzando la memoria colectiva y rehaciendo los sectores urbanos medievales uno a uno.
Si se sigue el sentido com¨²n de aprovechar y mejorar lo que tenemos, si se hace lo que argumentan los arquitectos franceses Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal, es decir, transformar en lugar de derribar, habr¨¢ m¨¢s igualdad y diversidad en las sociedades. Se trata de enriquecer las viviendas existentes, con balcones, terrazas y galer¨ªas, potenciando vistas y transparencias, garantizando el derecho a un espacio exterior propio
Tenemos buenos ejemplos en la Europa m¨¢s avanzada, como Augustenborg en Malm? (Suecia), un barrio moderno y popular, hasta hace poco degradado, que est¨¢ siendo remodelado por fases desde 1998, con un paisajismo basado en el ciclo del agua, pabellones de reciclaje en cada patio, mejora del aislamiento de las fachadas, cubiertas verdes con paneles solares t¨¦rmicos y formaci¨®n para los residentes en el ahorro de energ¨ªa.
Y tenemos ejemplos pioneros locales, como la cualificada actividad de los arquitectos Joan Margarit y Carles Buxad¨¦, trabajando desde 1985 para Adigsa en la rehabilitaci¨®n de barrios maltrechos y estructuras enfermas de aluminosis. El mismo Joan Margarit, poeta y pregonero hoy de las fiestas de la Merc¨¨, ha escrito: "Gente y muros conviven y se agrietan. /Negros mohos corrompen las almas, los forjados /las altas azoteas donde tiernos /jubilados cultivan sus camelias".
Josep Maria Montaner es arquitecto.
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