?Qu¨¦ b¨¢rbaro!
Extractos del debate entre el legendario escritor argentino Jorge Luis Borges y el lamentable novelista austroamericano Edgar Franz Milton, en el transcurso de una mesa redonda celebrada en la Universidad de Ginebra, el 28 de enero de 1986).
(conversaci¨®n in¨¦dita)
Moderadora. Entonces empecemos por el principio, si les parece.
Jorge Luis Borges. Es lo cl¨¢sico.
Edgar Franz Milton. Es lo aburrido.
M. Repasemos brevemente el canon de la literatura argentina.
EFM. ?Canon? Querr¨¢ decir oligarqu¨ªa.
JLB. No se ponga ideol¨®gico, Milton. Los estudiantes van a quererlo igual.
M. Por ejemplo, ?qu¨¦ opini¨®n les merece El matadero de Esteban Echeverr¨ªa?
JLB. Tiene menos adjetivos que sus contempor¨¢neos.
EFM. Me gusta su violencia.
M. Y ser¨ªa, digamos, el primer cuento realista, ?no?
JLB. Con todos mis respetos, El matadero me parece un poco largo para ser un cuento. Y demasiado did¨¢ctico para ser realista.
EFM. Cierto, la realidad no dice moralejas. Es m¨¢s cruda que la carne del matadero.
JLB. La intenci¨®n de Echeverr¨ªa era loable. Caudillos hemos tenido unos cuantos en nuestra historia.
EFM. En Argentina los conflictos hist¨®ricos tienen m¨¢s prestigio que los buenos escritores. Usted es una excepci¨®n, Borges.
JLB. Le agradezco el malentendido, Milton.
M. ?Y Sarmiento?
JLB. Alg¨²n poema le he dedicado, me imagino que torpe. Y no le dediqu¨¦ tambi¨¦n una novela, porque ¨¦l ya hab¨ªa escrito el Facundo y hubiera sido redundante. As¨ª que me limit¨¦ al cuento.
EFM. Sarmiento era un hombre pol¨¦mico. O sea, honesto. O sea, fan¨¢tico.
JLB. ?Lo dice por simpat¨ªa o narcisismo, Milton?
EFM. ?Cu¨¢l es la diferencia?
M. Me interesar¨ªa saber si, de alg¨²n modo, consideran vigente la gran dicotom¨ªa sarmientista, civilizaci¨®n y barbarie.
EFM. Y una mierda. La barbarie es la base de lo que llamamos civilizaci¨®n. Es barbarie contra barbarie. Y gana la m¨¢s b¨¢rbara. Eso es civilizar.
JLB. No hace falta decir mierda para declararse b¨¢rbaro, Milton.
JLB. No, G¨¹iraldes no retrat¨® a los gauchos. En realidad retrat¨® a la gente de la capital. La que le¨ªa su libro. La que nunca hab¨ªa estado en la Pampa.
EFM. Don Segundo Sombra es una obra maestra del humor. Y hasta usted tuvo su sarampi¨®n criollo.
JLB. Tampoco subestimemos a la gauchesca. Al fin y al cabo es la ¨²nica ¨¦pica que se nos ocurri¨® a los argentinos, que somos m¨¢s propensos a las desgracias que a las proezas.
EFM. La ¨¦pica es salvaje, Borges. Como los indios en el Mart¨ªn Fierro. Si en ese libro los indios fueran m¨¢s simp¨¢ticos, toda la historia de la literatura argentina habr¨ªa cambiado. A lo mejor usted hoy ser¨ªa un porn¨®grafo.
JLB. Milton, lo pornogr¨¢fico es hacerse el gracioso.
M. Y de esa generaci¨®n, la de los a?os veinte, ?a qui¨¦n prefieren?
EFM. Yo, a Walsh. Siempre hablando de frente.
JLB. O mejor Di Benedetto. Con esa prosa como de perfil.
M. Uno asesinado y el otro, casi. ?C¨®mo afect¨® la dictadura al lenguaje literario?
JLB. Al lenguaje en concreto, no s¨¦. Supongo que afect¨® m¨¢s a la vida de los escritores. Yo mucho no me di cuenta.
EFM. Borges, y cuando fue a cenar con Sabato y Videla, ?tampoco se dio cuenta? ?O prefiere que hablemos de la Islandia medieval?
JLB. De pronto parece Cort¨¢zar, Milton. Qu¨¦ pena que Cort¨¢zar escribiera art¨ªculos. Y qu¨¦ lindos sus cuentos. En Islandia tambi¨¦n se mat¨® a mucha gente. Su poes¨ªa lo cuenta con toda sinceridad. ?Usted lee poes¨ªa? Mejor no me conteste.
M. Bien. Hablemos de poes¨ªa, entonces.
EFM. Si no queda otro remedio.
M. En ese tiempo tambi¨¦n estaban los ultra¨ªstas moderados, como Carlos Mastronardi.
EFM. No se puede ser ultra¨ªsta y moderado.
JLB. No se puede ser ultra¨ªsta. Quise mucho a Mastronardi.
EFM. Pero usted, Borges, lo fue. Y escribi¨® los Salmos rojos.
JLB. Lamento su memoria. Me equivoqu¨¦ de colores. Ahora soy ciego y veo mejor.
M. ?Y la poes¨ªa popular?
JLB. ?Adem¨¢s de Carriego y la milonga? Est¨¢ dif¨ªcil, ?no?
EFM. A m¨ª me gusta Gonz¨¢lez Tu?¨®n.
JLB. Mis amigos y yo dejamos de gustarle a ¨¦l. Tu?¨®n ten¨ªa un poema titulado El poeta muri¨® al amanecer. L¨¢stima que ¨¦l no madrugara tanto.
EFM. D¨ªgame, Borges, ?por qu¨¦ escribe sonetos? ?No le parece anticuado?
JLB. Lo anticuado, Milton, es que un poeta crea que inventa formas nuevas. Esa ingenuidad data de finales del siglo 18. Por eso me gusta Lugones, supo sonar nuevo sin sacrificar la rima.
EFM. Para original, su amigo Macedonio Fern¨¢ndez, ?no?
JLB. Es que, m¨¢s que escribir, Macedonio insinuaba que pod¨ªa hacerlo genialmente. Sus libros son una peque?a muestra de su obra secreta, esa que todos admir¨¢bamos sin haber le¨ªdo. Ojal¨¢ sus conversaciones pudieran imprimirse.
M. Veo que no mencionan a mujeres.
JLB. Eh, bueno, est¨¢ mi amiga Ocampo, ?no? Que escribe unas crueldades muy inteligentes.
M. Y de las cuales se dijo que parec¨ªan escritas por un hombre, ?se acuerda?
JLB. Comentario que usted, supongo, ley¨® como una mujer.
M. Hace 70 a?os, Alfonsina escribi¨®: "La belleza es una forma y el ¨®vulo, una idea".
JLB. El mal gusto de la Storni ya lo conoc¨ªamos. Se enamor¨® de Quiroga.
EFM. Quiroga escrib¨ªa muy bien porque sab¨ªa escribir mal, como Arlt. Para m¨ª la mejor era Pizarnik. Siempre me acuerdo de su verso "todo hace el amor con el silencio".
JLB. ?Y se ejercita mucho en ese amor, Milton?
M. Otra notable es Olga Orozco. O Mar¨ªa Luisa Bombal, que era medio argentina.
EFM. Como todo el mundo.
JLB. Creo que usted sabe m¨¢s que yo de mujeres, se?orita.
EFM. Eso, Borges, tampoco era dif¨ªcil.
JLB. Adolfito escribe mejor que yo, pero nadie se da cuenta. ?l tampoco.
EFM. Yo a Bioy Casares no lo he le¨ªdo mucho. ?Qu¨¦ me recomienda?
JLB. Sin duda, El sue?o de los h¨¦roes. Es como un libro m¨ªo que se le ocurri¨® a ¨¦l.
EFM. Eso parece una teor¨ªa suya que se le hubiera ocurrido a Piglia.
M. A prop¨®sito, ?Respiraci¨®n artificial es la gran novela argentina de la d¨¦cada?
JLB. Si fuera una novela, puede ser. A m¨ª me la leyeron, me pareci¨® admirable.
EFM. Creo que a Piglia le pasa como a usted, Borges: es un poeta disfrazado de ensayista disfrazado de narrador.
JLB. Ojal¨¢ yo fuera poeta.
EFM. Le voy a confesar algo, Borges. Mi abuela se exili¨® en Buenos Aires a principios de siglo.
JLB. Qu¨¦ curioso, Milton. Ahora que lo dice, usted tambi¨¦n parece argentino.
EFM. ?Por?
JLB. Porque su patria es llevar la contraria.
EFM. Ah, ?eso es lo argentino?
JLB. No.
EFM. Disculpe, Borges, ?usted fuma?
JLB. No me servir¨ªa de nada, Milton. Voy a morirme igual. (...) -
Andr¨¦s Neuman (Buenos Aires, 1977) es autor de las novelas Una vez Argentina (Anagrama) y El viajero del siglo (premio Alfaguara y premio de la Cr¨ªtica), y del libro sobre Latinoam¨¦rica C¨®mo viajar sin ver (Alfaguara). www.andresneuman.com.
El pa¨ªs imaginario
ARGENTINA DESPLEGAR? en la Feria del Libro de Francfort (www.buchmesse.de. www.frankfurt2010.gov.ar) todo el poder de su imaginaci¨®n. La m¨¢s importante cita internacional del sector editorial, que se celebrar¨¢ del 6 al 10 de octubre, contar¨¢ con 48 editoriales del pa¨ªs suramericano. El programa SURha subsidiado en 14 meses la traducci¨®n de 300 obras de 230 escritores argentinos a 33 idiomas. Cincuenta y cinco autores promocionar¨¢n su obra. Entre ellos, Mart¨ªn Kohan, Guillermo Mart¨ªnez, Alan Pauls, Fabi¨¢n Casas, Diana Bellessi, Claudia Pi?eiro, Leopoldo Brizuela, Pablo de Santis y Ana Mar¨ªa Shua. A Borges se le recordar¨¢ con la edici¨®n de un sello de correos. La presencia de Argentina como pa¨ªs invitado coincide con la celebraci¨®n del bicentenario de su independencia, la Revoluci¨®n de Mayo. La presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner estar¨¢ presente en la feria. Entre las exposiciones, destacan: Vida jud¨ªa en la Argentina. La fuerza de su presencia; Tradici¨®n argentina: el arte de la plater¨ªa desde el periodo precolombino hasta hoy; Visi¨®n argentina: dise?o contempor¨¢neo. La persistencia de la esperanza; Relatos de resistencia y cambio, e Influencia de Alemania en la arquitectura argentina. Tambi¨¦n habr¨¢ un ciclo de cine hasta finales de noviembre.
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