De esc¨¦ptica a fan
Quien haya visitado Mosc¨² lo sabe: lograr alojamiento a un precio razonable es una misi¨®n casi imposible. Pues chincha. Mi compa?ero de viaje y yo tuvimos alojamiento m¨¢s gu¨ªa personal por cero rublos. Y todo gracias a John. Le conocimos un mes antes a trav¨¦s de couchsurfing.com. En realidad intercambiamos correos con varias personas que se ofrecieron a acogernos. Yo no daba cr¨¦dito. ?De verdad toda esa gente estaba dispuesta a meter en su casa por la patilla a dos perfectos desconocidos para ayudarles a ahorrarse un pastizal? Mmm... Sospechoso.
Despu¨¦s de intercambiar correos con varios espont¨¢neos quedamos con John (s¨ª, encima pudimos elegir anfitri¨®n). De ¨¦l sab¨ªamos m¨¢s bien poco. Que escrib¨ªa en perfecto ingl¨¦s y parec¨ªa simp¨¢tico. Nos cit¨® en la boca de metro m¨¢s cercana a su casa y all¨ª que lleg¨®, puntual como un reloj. Y todos mis recelos desaparecieron en un 'click'. John result¨® ser un periodista estadounidense de 30 a?os que nos llev¨® a su casa, nos prest¨® dos gu¨ªas de la ciudad, nos dio las llaves de su casa y se march¨® a trabajar. Y yo me sent¨ª mala persona. Existe el altruismo. Y est¨¢ ah¨ª fuera.
Una semana m¨¢s tarde, tras cruzar parte de Siberia en el transiberiano, tuvimos nuestra segunda experiencia como 'couchsurfers' o 'gorrones unidos jam¨¢s ser¨¢n vencidos', comunidad de la que a esas alturas ya era la fan 'number one'. Especialmente tras pasar una larga noche de juerga con John y parte de la comunidad 'couchsurfer' moscovita, que adem¨¢s de acoger a gente cuando les cuadra, quedan regularmente para pasarlo bien.
En Irkusk nos estaba esperando nuestra segunda anfitriona, Galia, una chica de 18 a?os de la etnia buryat, que result¨® ser un poquito menos altruista que su predecesor. Acog¨ªa a turistas por inter¨¦s propio. ?Qu¨¦ ganaba ella? Vocabulario ingl¨¦s. Y de pronto nos vimos convertidos en una especie de Home English con patas, lo cual nos pareci¨® muy bien. Galia nos prest¨® su cuarto esa noche. Y espero que gracias a nuestra compa?¨ªa ella mejorara un poquito la lengua de Shakespeare. Aunque fuera con acento espa?ol.
Desde mi regreso he promocionado entre mis amigos el mundo 'couchsurfer'. Y a uno de ellos incluso le sirvi¨® para salir de un peque?o apuro. Iba a pasar un fin de semana en Oporto con un amigo que en el ¨²ltimo minuto tuvo que cancelar su viaje. Horror. ?Qu¨¦ demonios hago yo solo paseando mi palmito por Oporto?, pens¨® mi amigo. Ya ten¨ªa un hostal reservado, as¨ª que su problema no era el alojamiento, sino la compa?¨ªa. Y de pronto record¨® aquel asunto de la comunidad 'couchsurfer', pues en este portal hay mucha gente que no puede o no quiere ofrecer alojamiento pero s¨ª su compa?¨ªa. As¨ª que mi amigo se puso en contacto con varios de los candidatos y al final triunf¨®. Se pas¨® el fin de semana entre desconocidos que le trataron como un rey.
?Son todas las experiencias as¨ª de buc¨®licas? Seguro que no. Una chica que conoc¨ª me cont¨® que ella hab¨ªa tenido al menos dos experiencias malas (b¨¢sicamente gente maleducada), pero que le compensaba con creces por todas las dem¨¢s. Yo tengo una deuda pendiente con esta comunidad: acoger a un turista que quiera ahorrarse unos durillos. Y cuando me cuadre, la cumplir¨¦.
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