Filipe Luis y poco m¨¢s

Un Atl¨¦tico m¨¢s fiable que bonito, sereno y estramb¨®tico a partes iguales y con el regusto temerario que hasta hace pocas lunas le caracteriz¨®, aprovech¨® de aquella manera la visita del chollo de la Liga, el colista Zaragoza, para cumplir el tr¨¢mite mientras presentaba en sociedad a Filipe Luis. El debut tras varios meses de puesta a punto del carrilero de largo recorrido que en su momento pretendi¨® el mism¨ªsimo Barcelona, y el gol de Diego Costa, un meritorio que por fin vio puerta tras dos partidos y medio ocupando el puesto del Kun, que se dej¨® ver un ratito, fueron la mejor noticia para la escuadra del Manzanares, que solo como ella sabe se complic¨® una noche que se desarrollaba intrascendente.

As¨ª discurr¨ªa la jornada, pl¨¢cida y adormilada, con el Atl¨¦tico cubriendo el expediente y el Zaragoza dando palos de ciego, hasta que en un plis plas la alborotaron la estrechez arbitral y la falta de cabeza de Reyes. Revolucionado por el exceso de vista de Mu?iz Fern¨¢ndez, que entendi¨® como cesi¨®n un puntapi¨¦ de Tiago a la pelota que God¨ªn dej¨® pasar con buen criterio y termin¨® en los guantes de De Gea, el extremo andaluz se desquit¨® empujando a Contini, que le ve¨ªa venir y le dej¨® la espalda como reclamo. Reyes, tan exquisito como asilvestrado, pic¨® el anzuelo y vio la roja por quinta vez en la Liga, la cuarta con el escudo colchonero.

Pese al conato de incendio, la sangre no lleg¨® al Manzanares por la falta de juego y de punter¨ªa del Zaragoza, entregado en un acto de fe sin parang¨®n a Sinama Pongolle. El delantero ex rojiblanco, al que el conjunto de Gay repesc¨® tras su anodino paso por el Sporting de Lisboa, no aprovech¨® por dos veces el libre indirecto que le sirvi¨® en bandeja el colegiado a la vuelta del descanso. Fue la mejor ocasi¨®n, con diferencia, del equipo ma?o, que prob¨® desde lejos y con cuentagotas los reflejos de De Gea, que siempre est¨¢ cuando le buscan.

Tan contundente en la defensa como impreciso en el apartado ofensivo, el Atl¨¦tico sufri¨® en la creaci¨®n con un Tiago fuera de tono y que llora por las esquinas la marcha de Jurado. Imprescindible el curso pasado, en el que no se perdi¨® ning¨²n partido, el traspaso del mediapunta al Schalke ha trastocado la l¨ªnea media m¨¢s de lo esperado porque Fran M¨¦rida y Mario Su¨¢rez no terminan de arrancar y obligan al grupo a reinventarse sobre la marcha. Tras probar sin ¨¦xito a Tiago de enganche en Tesal¨®nica, Quique solo aguant¨® una hora en el tapete al centrocampista portugu¨¦s, uno de sus preferidos, de pivote con Assun??o, el tiempo que tard¨® el Zaragoza, el ¨²ltimo de la fila, en sacudirse los complejos.

Hasta que Herrera y Lafita dieron un paso al frente, al cuadro colchonero, sobrio en la primera mitad y disperso en la segunda, le bast¨® con plantarse en el campo y esperar alguna calamidad de su rival. La condena del conjunto aragon¨¦s, con una defensa de post¨ªn, no se hizo esperar. Jarosik, un peso pesado al que las piernas pesaban una arroba, perdi¨® una cabalgada por la banda con Filipe Luis, al que sacaba varios cuerpos de ventaja. La asistencia del lateral brasile?o le lleg¨® perfecta a Diego Costa, que, dentro del ¨¢rea peque?a, solo tuvo que embocar a la red. Tras su peregrinaje por Vigo, Albacete y Valladolid fue el primer gol con el Atl¨¦tico del punta brasile?o, que adem¨¢s combin¨® m¨¢s y mejor, que ya es decir, que Forl¨¢n, que lleva unos partidos peleado con el mundo. Su gol fue la acci¨®n m¨¢s interesante de un Atl¨¦tico que volvi¨® a confiarse en un partido que ten¨ªa encarrilado y termin¨® pidiendo la hora.