Mujeres independientes, no v¨ªctimas
"A la mujer se la ayuda haci¨¦ndola independiente, no haci¨¦ndola v¨ªctima". Si pol¨ªticos, periodistas, jueces y otros profesionales tuviesen en cuenta esta frase, muchas cosas mejorar¨ªan en nuestro pa¨ªs. Por ejemplo, la situaci¨®n de las parejas divorciadas con hijos. Para empezar, es importante comprender que un hombre y una mujer se pueden divorciar, pero ello no implica que tambi¨¦n lo deban hacer de sus hijos. Por otro lado, ambos tienen derecho a seguir con sus vidas de la forma m¨¢s independiente posible. Y la ¨²nica forma que garantiza estos dos requisitos es la custodia compartida.
Mucho se ha querido debatir sobre la custodia compartida, la mayor¨ªa de veces por personas que no conocen ning¨²n caso. Aunque en realidad, ser¨ªa necesario analizar qu¨¦ es la custodia monoparental. Las separaciones son siempre traum¨¢ticas y afectan a diferentes ¨¢mbitos del ser humano: el sentimental, el social y el econ¨®mico. Ninguno puede dejarse de lado. Si una pareja se separa es porque ya no tiene una buena relaci¨®n, por lo que es rid¨ªculo que se exija ese requisito para obtener la custodia compartida. Es curioso que se opine que si no hay buena relaci¨®n, la custodia monoparental es la mejor opci¨®n, cuando es precisamente esa opci¨®n la que no reconoce a ambos progenitores como iguales. Es necesario diferenciar el papel de una persona como progenitor y como pareja.
La custodia monoparental consolida el rol machista, seg¨²n el cual, la mujer se queda a cargo de los hijos y la casa, mientras el hombre trabaja para aportar el sustento. La madre es la que compra la ropa, los alimenta, los ducha, los acuesta, mientras que el padre se hace cargo de ellos unos d¨ªas al mes, normalmente festivos y estivales. La carga econ¨®mica no se reparte por igual: el padre no solo paga la pensi¨®n y los gastos extraordinarios de los hijos, sino que debe hacerse cargo de los gastos de transporte para recogerlos y devolverlos al domicilio materno. Adem¨¢s, la pensi¨®n se establece en funci¨®n del sueldo, no del tiempo que el padre pasa con los hijos, con lo que paga lo mismo un padre que los ve dos d¨ªas al mes, que uno que pasa con ellos la mitad del tiempo. Finalmente, el progenitor custodio no tiene la obligaci¨®n de pagar ninguna pensi¨®n por el tiempo que los hijos pasan con el no custodio. Sinceramente, nunca he entendido la raz¨®n de esta norma.
La custodia monoparental muestra a la mujer como un ser cuya ¨²nica funci¨®n es ser madre. Limita su promoci¨®n laboral y su tiempo libre para ampliar la vida social. Esto tambi¨¦n conlleva que se recurra m¨¢s a los abuelos maternos para cuidar a los hijos, mientras que los abuelos paternos est¨¢n desesperados por poder disfrutar m¨¢s de sus nietos. Tampoco tiene sentido que no se repartan los bienes gananciales de forma inmediata a la ruptura. ?Por qu¨¦ hay que esperar 20 a?os para romper los v¨ªnculos econ¨®micos de los c¨®nyuges?
La custodia monoparental deja el poder de decisi¨®n en una sola parte: el progenitor custodio, que muchas veces decide unilateralmente cuestiones tan importantes de los hijos como las actividades extraescolares, lugar de residencia o colegios. Porque, seamos sinceros, la patria potestad en este pa¨ªs es simplemente una coletilla legal que sirve para bien poco.
En resumen, la custodia monoparental crea desigualdad y provoca que los ni?os vayan con las maletas arriba y abajo. Con la compartida tienen lo que necesitan en los dos hogares y padre y madre se responsabilizan de ellos por igual. Recordemos que un hogar se hace con responsabilidades y sentimientos, no con ladrillos.
?ssun P¨¦rez Aicart es presidenta de la Plataforma Feminista por la Custodia Compartida.
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