He aqu¨ª un cineasta
Hace una d¨¦cada, un joven de 27 a?os llamado Rodrigo Cort¨¦s dirigi¨® 15 d¨ªas, sensacional corto con formato de falso documental sobre un jeta que viv¨ªa exclusivamente de productos de la teletienda, recibidos y devueltos justo antes del plazo legal al que alud¨ªa su t¨ªtulo. Cualquiera que viera aquel trabajo, ganador de medio centenar de premios, de brillante escritura, original¨ªsimo sentido del humor, el¨¦ctrico montaje y preciosa textura, fue consciente de que Cort¨¦s se convertir¨ªa en un cineasta con may¨²sculas. El augurio quiz¨¢ ha tardado m¨¢s de lo previsto tras un largo debut muy interesante, Concursante (2007), que no vio casi nadie, pero aqu¨ª llega de nuevo Cort¨¦s con una obra hist¨®rica para el cine espa?ol: Buried (enterrado), una pel¨ªcula que funciona como soberbio ejercicio de estilo para cin¨¦filos exigentes y como apabullante entretenimiento para plateas de refresco y palomitas; un relato con un ¨²nico protagonista (un trabajador de una empresa privada secuestrado en Irak), un escenario impensable (un ata¨²d oculto bajo tierra) y tres acompa?amientos de maravillosa servidumbre (un mechero, un m¨®vil y un bol¨ªgrafo).
BURIED (ENTERRADO)
Direcci¨®n: Rodrigo Cort¨¦s.
Int¨¦rpretes: Ryan Reynolds y voces de Jos¨¦ Luis Garc¨ªa P¨¦rez, Samantha Mathis y Robert Paterson.
G¨¦nero: intriga. Espa?a, 2010.
Duraci¨®n: 95 minutos.
El magn¨ªfico gui¨®n de Chris Sparling, el ¨²nico extranjero de una producci¨®n enteramente espa?ola, pone los cimientos. Sin ser una pel¨ªcula pol¨ªtica, reparte le?a para todos (los Gobiernos, las corporaciones, las compa?¨ªas de seguros, la globalizaci¨®n...), la cadencia dram¨¢tica es perfecta, se guarda una sorpresa para el valent¨ªsimo desenlace e incluso hay un par de gotas de gran sentido del humor. Respecto a la complicad¨ªsima puesta en escena, si en N¨¢ufragos (1944) y El diablo sobre ruedas (1971) Hitchcock y Spielberg legaron a la historia del cine sendas obras ambientadas, respectivamente, en un bote salvavidas y en un duelo de carretera entre un coche y un cami¨®n, Cort¨¦s, tambi¨¦n montador, juega a¨²n m¨¢s fuerte al cercar su historia de 95 minutos en un gran caj¨®n enterrado donde la c¨¢mara vendr¨ªa a rodear a su habitante. Sin sacar la acci¨®n al exterior en ning¨²n momento, sin flashbacks, sin utilizar voz en off con los pensamientos o sin el f¨¢cil recurso de que el protagonista hable solo, expresando lo que siente. De hecho, ¨²nicamente hay tres planos de los llamados imposibles (desde una posici¨®n inaccesible al ojo humano): un plano cenital hacia el minuto 15, que lo que pretende es crear agobio; un lento travelling lateral, hacia la media hora, en la que la c¨¢mara saldr¨ªa del ata¨²d por un lado, de corte l¨ªrico; y un ¨²ltimo travelling ascendente, cenital, que muestra la profundidad a la que estar¨ªa enterrado el ata¨²d, que mezcla la l¨ªrica con la ¨¦pica. Eso es cine del grande.
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