El placer f¨ªsico de vender arte
El chantaje a veces da resultados inesperados. "Mis padres nos daban cada fin de semana una paga solo si antes hab¨ªamos ido a alg¨²n museo". Es la explicaci¨®n que da Oliva P¨¦rez Arauna a su temprana afici¨®n al arte. Esa fue su escuela, su universidad y sigue siendo el lugar en el que renueva su fe y su placer. "El hoy solo se aprecia a trav¨¦s del tiempo. Si no me apasionase Goya o Vel¨¢zquez no habr¨ªa sido capaz de encontrar mis preferencias por el arte contempor¨¢neo. Siempre he sido inconformista y creo haber desarrollado cierta capacidad de ver y valorar lo que se hace en el momento en el que vivimos".
En octubre celebra 25 a?os de actividad de su galer¨ªa, ubicada hoy en la madrile?a calle del Barquillo. "Me parece que ha pasado un siglo pero tambi¨¦n hace nada". En su despacho casi no hay objetos que parezcan "personales". Ante sus ojos hay un gran cuadro amarillo de Rosa Brun. "No me canso de verla. De alguna manera me hace enfrentarme a mi propia vida". Es sobria y austera hasta en dar cuenta de sus rasgos biogr¨¢ficos. "Nac¨ª en Santander y a los dos a?os me trajeron a Madrid. Me cas¨¦ muy joven, con veinte a?os. Vivimos en Valladolid, tuvimos dos hijos". Siempre quiso ser galerista y empez¨® en 1985 con una socia creando Oliva Mara, una experiencia que dur¨® a?o y medio. Luego empez¨® por su cuenta en la calle de Claudio Coello, y no tard¨® en encontrar su l¨ªnea, muy ligada a la fotograf¨ªa en sus vertientes m¨¢s innovadoras. "No s¨¦ c¨®mo met¨ªa en un espacio tan peque?o instalaciones tan ambiciosas", piensa ahora. "Me interesan las proposiciones radicales, por eso muchos de mis artistas incorporan la fotograf¨ªa en conceptos tridimensionales". Para ella ser galerista "es como una sentencia o una droga", dice. "Casi todos los d¨ªas he estado dispuesta a tirar la toalla, pero en igual cantidad de oportunidades he encontrado algo que vibraba en alguna obra de arte que me ha vuelto a embarcar en proyectos imposibles", afirma.
Vender arte es distinto a vender cualquier otra cosa. Oliva Arauna es tambi¨¦n coleccionista, pero dice disfrutar mucho m¨¢s como marchand. "Me gusta comprar, pero me gusta mucho m¨¢s vender. Es un placer mucho m¨¢s pleno, casi f¨ªsico. Es compartir algo muy ¨ªntimo con otra persona, poner en sus manos algo con lo que va a convivir d¨ªa a d¨ªa. Desde luego, un placer que no tiene nada que ver con el dinero", afirma. "Lo que te aporta el arte es distinto a otras ramas de la cultura. La literatura me indica lo que puedo pensar. El arte me da m¨¢s libertad, me hace part¨ªcipe de su creaci¨®n. El arte me ha permitido vivir con mayor intensidad".
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